Inédito: no gestó al bebé ni puso sus óvulos, pero la reconocen como madre

El bebé nació luego de una fertilización asistida. Fue gracias a una donante y a una amiga que lo gestó.

La Justicia reconoció como madre a una mujer que no aportó sus óvulos ni gestó en su vientre al chico que, desde septiembre de este año, fue inscripto ante el registro civil como su hijo. El Juzgado Nacional en lo Civil N° 8, a cargo de Myriam Cataldi, se basó en la voluntad procreacional manifestada por esa mujer y su marido –reconocido a la vez como padre– para confirmar el vínculo filiatorio entre la pareja y el nene, nacido en julio de 2014.

El fallo, que quedó firme, es del 20 de septiembre de este año pero se dio a conocer ayer. La pareja, que reside en Córdoba y cuyos datos son mantenidos en reserva por el Poder Judicial, apeló a las llamadas “técnicas de reproducción humana asistida”. El varón aportó su esperma y los óvulos fueron aportados por una donante anónima ya que, por la edad de la mujer del matrimonio, los suyos ya no podían ser fecundados. A la vez, un diagnóstico médico estableció que la mujer no podía llevar a término un embarazo: en esa instancia, una amiga del matrimonio se ofreció como gestante.

“Cuando se recurre a una técnica de fecundación, el vínculo filial queda emplazado en el elemento volitivo, es decir, en la voluntad de ser padre o madre”, explica a Clarín la jueza Cataldi. La regulación de la gestación por sustitución –es decir, cuando hay un vientre alquilado o prestado– quedó fuera del nuevo Código Civil y Comercial. “No se encuentra regulada, pero tampoco prohibida, entonces se aplica el principio de legalidad”, sostiene Cataldi, y agrega: “El artículo 19 de la Constitución establece que lo que no está prohibido, está permitido”.

El artículo 562 del nuevo Código Civil y Comercial sostiene que “los nacidos por las técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su consentimiento (…) con independencia de quién haya aportado los gametos”. Por eso hubo que, en palabras de la magistrada, “impugnar la maternidad de la mujer gestante para emplazar la filiación en base a la voluntad procreacional”.

Según el fallo judicial, el chico tiene derecho a saber en qué circunstancias fue concebido y gestado: sus padres están obligados a darle esa información. A la vez, podrá acceder a la información de la donante anónima de óvulos si así lo desea al ser mayor de edad o si, por motivos de salud vinculados a la genética, necesita hacerlo antes.

“Hasta hace muy poco, las nociones de maternidad y paternidad estaban asociadas a una visión tradicional y heteronormativa: ahora se disocia entre los elementos genéticos, biológicos y de voluntad, y esa voluntad se impone sobre lo demás”, reflexiona Cataldi.

El abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez sostiene: “Estos fallos son muy importantes porque van construyendo una práctica constitucional que garantiza la voluntad procreacional como un derecho. Garantizan que el amor filial llegue a buen puerto: que quien quiere ser madre o padre, pueda ser madre o padre ante la ley”

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