La jueza de Instrucción Cinco de Leandro N. Alem, Selva Raquel Zuetta, ordenó la prisión preventiva del pastor evangélico acusado de haber abusado sexualmente de sus tres hijas, de 11, 14 y 16 años, y también de haber sometido a una hijastra, ahora mayor, quien hace tiempo abandonó la casa familiar.
En la misma resolución, la magistrada dispuso que cambie de lugar de detención: de la comisaría de Itacaruaré pasó a la Unidad Penal VI, Instituto de Encausados y Procesados, ubicada en Miguel Lanús, Posadas.
Sobre José Martín también pesa la sospecha de haber tenido hijos con la chica de 16 años y con esa hijastra que hace rato se fue de la zona. Esos niños tienen actualmente 2 y 10 años, respectivamente.
La imputación para el pastor es por “abuso sexual simple” y “abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante, agravado por el vínculo”.
El hombre está preso desde el 12 de agosto. Pero el hecho se conoció en mayo, cuando la nena de 11 años escapó de la residencia familiar en Itacaruaré, aprovechando la ausencia del padre, y fue hasta la residencia de una familiar en Paso Barco, San Javier. Esa pariente acudió de inmediato a la Policía y denunció que la pequeña había contado que había sido víctima de abuso.
La denuncia fue remitida al juzgado, donde la magistrada Zuetta, inició una investigación que la llevó a conocer el horror en la que vivía esa familia.
José Martín fue calificado por sus hijas como un hombre violento, que no dudaba en hacerlas trabajar hasta la extenuación a ellas y a su madre (incluso cuando estaba embarazada) y en amenazarlas con armas.
El hombre formó familia con una mujer que ya tenía una hija adolescente. Esa chica, ahora mujer, fue la primera víctima del pastor, según la denuncia. Ella fue sometida sexualmente y quedó embarazada y hace diez años dio a luz un varón, testigo clave en la investigación, porque contó que él había sido testigo muchas veces de los manoseos de José Martín hacia sus hermanas-tías.
La chica que dio a luz ese niño abandonó la casa familiar y actualmente residiría en la zona de San Pedro. Ese nene quedó al cuidado de su padre-abuelo y de su abuela.
De acuerdo con lo que obra en el expediente, el pastor no se detuvo en ese abuso. Después siguió con las tres hijas que tuvo con esa mujer con la que había armado la pareja. Las pequeñas tienen 11, 14 y 16 años, respectivamente.
La jueza de Alem dio por acreditado todos los abusos y consideró que si el imputado era excarcelado, podía fugarse o entorpecer la investigación.
Ahora el pastor tiene la chance de apelar la resolución.
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