Amanda Clark, de 26 años, fue acusada de causar la muerte de su hija pequeña, al dejarla en la bañera e irse a otra habitación para tener sexo. La joven abandonó a sus tres niñas, de 6, 3 y 2 años, en la bañera mientras ella mantenía relaciones sexuales.
La niña murió el 23 de octubre en el hospital, a donde fue trasladada después de que su hermana, de 3, la empujara hacia el fondo de la bañera. Fue la mayor quien poco después avisó a la madre de que la pequeña había parado de respirar.
El sheriff del condado, Lane Akin ha declarado que «por supuesto, la niña de tres años no tenía ni idea de qué estaba sucediendo y las implicaciones que podía tener».
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