Crimen de la comerciante de Puerto Rico: para el juez del caso, su hija la mató por codicia y tras armar un plan con su ex pareja

Para el juez de Instrucción subrogante de Puerto Rico, Andrea Elizabeth Mieres (31) mató a su madre de un balazo en la cabeza “con premeditación y alevosía y por codicia”. La víctima fue la comerciante de Puerto Rico María Ester Yess (63), ultimada la noche del 24 de julio en el kiosco de su propiedad ubicado sobre la calle Río Grande.
Madre e hija tenían una pésima relación. Incluso en algún momento cada uno tomó su camino, aunque Yess quedó al cuidado de los hijos de Andrea. Pero luego hubo un acercamiento, que duró hasta que la menor de las mujeres tramó un plan para deshacerse de su mamá, de acuerdo con la resolución dictada por el magistrado el viernes último.
Mieres habría sido quien jaló del gatillo la noche del crimen. El balazo de un revólver calibre 22 dio en el parietal derecho de la comerciante, que cayó muerta en su local. Fue la propia Andrea quien avisó a la Policía y acusó a supuestos asaltantes. Pero las sospechas viraron hacia ella al poco tiempo. La prueba de parafina, orientativa para determinar si alguien efectuó algún disparo, le dio positivo.
Mieres no habría actuado sola. En el mismo auto de prisión preventiva, se incluyó como partícipe necesario del delito de “homicidio cuádruplemente  agravado por premeditación, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos personas” a una ex pareja de la mujer, Paulino Ramón Olmedo (24), quien tras el crimen huyó de Puerto Rico y fue atrapado en Caraguatay, al día siguiente. La moto con la que habría huido ya estaba desarmada.

La principal hipótesis sostiene que ambos tramaron el crimen porque Yess no quería entregar un terreno a Andrea y que esa negativa era motivo de constantes choques. La versión del asalto letal cobró fuerzas al poco tiempo, también la de una supuesta venganza de un hombre contra la comerciante. La codicia habría estado detrás del homicidio. Así lo asentó el juez Lunge en su resolución. Mieres fue alojada en la Alcaidía de Mujeres, en tanto que Olmedo en la Unidad Penal VII de Puerto Rico.

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