Frente a las dudas que existen sobre la suerte en el Senado de la ley de Reforma Electoral, Mauricio Macri salió a involucrarse personalmente en las negociaciones. Ayer a la mañana, el Presidente estuvo reunido en su despacho con el senador del peronismo disidente Juan Carlos Romero, quien hasta ahora se venía mostrando como un ferviente crítico de la incorporación del chip a los votos.
El proyecto de reforma, que cuenta con media sanción de Diputados, se encuentra ahora en discusión en el Senado. Existe un núcleo importante dentro del mayoritario bloque del FPV que está en contra de aprobar el proyecto tal como salió de la Cámara Baja y proponen una serie de cambios sustanciales en la iniciativa. Los más importantes: desechar la incorporación de un chip en el sufragio y que el conteo de los votos sea manual y no electrónico, como impulsa el oficialismo, indica Clarín.
La reunión de Macri con Romero, a la que al final se sumó el senador del PRO Federico Pinedo, indicaría que la Casa Rosada sigue con inquietud la suerte del proyecto.
Pero Pinedo rechazó esa especulación. “Al contrario, somos muy optimistas. Estamos tratando de encontrar un acuerdo razonable sobre bases concretas con la oposición”, dijo anoche a Clarín el senador macrista. Y completó: “No es un tema de chip o no chip sino de un mecanismo adicional de conteo de los votos”.
Pero por la controversia que genera en el bloque del FPV la incorporación del recuento electrónico, lo que se observa es que una mayoría de esa bancada rechazaría ese sistema y aprobaría otro, de conteo manual pero con sufragio en pantallas táctiles, que impulsan los senadores Juan Manuel Abal Medina y Omar Perotti.
En caso de que no logren avanzar en un acuerdo, la apuesta de la Casa Rosada será dividir al FPV. Hay un sector que está a favor del chip. Si la bancada del PJ vota dividida, es probable que la sanción del Senado no alcance los dos tercios, con lo que Diputados podría insistir por mayoría simple con el proyecto original. Eso sí: ahí no habría un plan de contingencia para el caso de que fracase el nuevo sistema de voto B ni gradualismo en su implementación, que son otros de los cambios que realizaría la Cámara Alta.
Ayer, en la segunda jornada de discusión del proyecto, estuvieron los camaristas Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera, quienes plantearon que el Congreso debe sancionar rápido la nueva ley para que se pueda votar el año que viene. La Jueza María Servini de Cubría pidió su aplicación gradual en el país.
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