Con el show de scolas se despidió la Estudiantina 2016

Se vivió ayer la última noche del show estudiantil, en una despedida a lo grande, como este evento lo amerita. Con el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez colmado de un ferviente público y de fondo, como el silencioso espectador siempre presente en cada noche, el río Paraná. Se hizo esperar un poco más, por alguna lluvia primaveral, pero llegó esa noche que cada adolescente que forma parte de esta fiesta anhela.

Con un clima perfecto el tan esperado show de scolas se presentó en el mítico escenario posadeño para dar el cierre a la estudiantina, y fue así que una vez mas lentejuelas y plumas inundaron el suelo de este teatro.

El primer colegio que hacia su aparición, cuando el sol ya se estaba despidiendo, fue el Colegio Martin de Moussy, o más conocido como Nacional. Con un fuerte golpe de chancha tomaron el control de la escena las tribus urbanas, y así el sonido lleno el aire llevando música al alma con los distintos géneros musicales. No faltaron los instrumentos sorpresa, fabricados e ideados por cada uno de ellos y de esta manera hacer ese aporte distinto, ese toque final para coronar su gran noche.

A medida que avanzaba la noche, cada colegio iba dejando su impronta, su sello en el escenario, fuegos artificiales, luces de colores, bengalas, dragones de oriente, interpretaciones y actuaciones en vivo, como enfrentamientos entre guerreros, arengando y dirigiéndose no solo a sus compañeros sino también al público presente y de alguna manera haciéndolo participe de esta fiesta. Además cada escuadra del cuerpo se distinguía por formar diferentes figuras.

El himno nacional, héroes patrios, combatientes, gauchos y chámame fueron los más elegidos por los estudiantes. Como un homenaje a la Patria y para demostrar que la celeste y blanca corre por las venas de todos, varios colegios tararearon el himno, acompañados por sus instrumentos y el público.

La mayor fiesta estudiantil de Posadas, demostró una vez más porque después de tantos años sigue en pie, y esto se vio en los rostros de cada adolescente que vibro, canto y bailo al ritmo de cada sonido de sus instrumentos y de todos los presentes que no abandonaron el lugar hasta el final de la noche.