«Le dije que dejara de tratarme así y me empezó a pegar piñas con el puño cerrado, piñas y piñas y piñas»

Es el terrible relato de Paula Muschetto, una mujer de Buenos Aires que se animó a viralizar su caso de violencia de género.

Al hablar me empezó a decir que yo le faltaba el respeto, que era una estúpida, una pelotu…, que lo tenía podrido. Le dije que dejara de tratarme así, que él le estaba faltando el respeto a mis hijos y me empezó a pegar piñas con puño cerrado, piñas y piñas y piñas». Así comenzó la brutal golpiza que recibió una mujer el día de la madre.

Las marcas de los golpes que Paula Muschetto recibió en su cuerpo fueron hechos por las manos de su pareja, Sebastián Ruiz, cuando estaba amamantando a su bebé de 6 meses en su casa, en la provincia de Buenos Aires.

Hizo público su caso por las redes sociales e inmediatamente se viralizó.

Paula relató «Le estaba dando la teta a mi bebé acostada en la cama. Le pregunte cuánto faltaba para la pizza porque él estaba cocinando porque mi hijo tenía hambre. Me empezó a gritar, que no le faltara el respeto, que le deje de romper las pelotas, que si tiene hambre que se aguante. Yo le contesté, le dije que no me tratara así».

«Le dije a mi hijo (de 17 años) que no discutamos, comimos, yo me acosté con la bebé para darle la teta de nuevo y sin hablar me empezó a decir que yo le faltaba el respeto, que era una estúpida, una pelotuda, que lo tenía podrido», recordó la mujer.

Y continuó: «Le dije que dejara de tratarme así, que él le estaba faltando el respeto a mis hijos. Él estaba arrodillado y me empezó a pegar piñas con el puño cerrado, piñas y piñas y piñas, y lo único que me acuerdo es decir el nombre de mi hijo para que me fuera a ayudar y me desvanecí. Me amenazó con matarme y no paraba de pegarme».

«Mi otra hija de 12 años estaba durmiendo. Mi hijo agarró una botella, forcejeó con él, se le cayó y en el forcejeo se cortó y tiene tres puntos en una muñeca. Mi hijo me salvó la vida», dijo.

La Justicia

A una semana de este terrible hecho de violencia de género, Sebastián Ruíz continúa libre. La Justicia dictó una prohibición de acercamiento, pero él todavía no fue notificado.

«Ayer –jueves- fui a la Comisaría 2º de Ciudadela, y me dijeron que el papel de la perimetral se la tenían que quedar ellos y que iba a tardar varios días para que llegara hasta Quilmes, donde vive él, sino lo tengo que llevar yo», contó Paula.

«No me siento protegida porque yo sigo resguardada con mis hijos, no puedo volver a mi casa porque no sé si está en la puerta. Más allá de una perimetral, es un papal que no impide que me mate», explicó.
«La policía me dijo que tratara de continuar con mi vida normal, pero no puedo, tengo mucho miedo. Pedí una custodia en la puerta o algo que me de seguridad, pero me dijeron que no, que no había personal», detalló.

La publicación en Facebook

Toda esta situación llevó a Paula a hacer público su caso: «Un poco por presión de mi familia lo publiqué, yo tenía miedo, no quería que se sepa y después porque me di cuenta que estoy desamparada, él está libre y los días pasan».

Sebastián Ruiz cursa en la Facultar de Filosofía y letras de Buenos Aires, y además es docente, trabaja en una escuela, aunque ahora fue apartado del cargo.
Como fue la relación

Paula estaba con Sebastián hace dos años. Dijo que siempre hubo maltratos psicológicos y que era muy celoso, pero se puso peor cuando se quedó embarazada.

«Nunca lo denuncié antes por miedo, por la bebé, porque pensé que iba a cambiar, que íbamos a estar mejor», lamentó.

«La primera vez que me levantó la mano estaba sola en mi casa, siempre el problema era por cosas así, por pedirle que me acompañara a comprar. Aunque nunca había sido de esta magnitud. Yo hacía todo sola».

Contó: «Hasta ayer me mandó mensajes pidiéndome que sacara la denuncia, que se va a quedar sin trabajo, que sus hijos, pero también me dijo que me iba a buscar y que mi familia también va a tener lo suyo».

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