Algunos más iguales que otros

Escribe Juan Carlos Argüello, Jefe de Redacción de Misiones On Line.

Hoy todos los indicadores son alarmantes, de 14.280 trabajadores que empleábamos el año pasado, pasamos a menos de 5.000, pero lo realmente grave es que para el año que viene ni siquiera tenemos presupuesto, estamos terminando las obras que tenemos comprometidas y para después no tenemos nada. Algunas empresas se  quedarán sin actividad en dos meses, otras en cuatro y dentro de ocho meses ya no habrá ninguna trabajando”, indicó Juan Carlos Butiuk, presidente de la Cámara Misionera de Empresas Constructoras y Afines, durante un coloquio que reunió a los principales empresarios de la construcción y del sector forestal, además de legisladores, el delegado del plan Belgrano en Misiones y funcionarios provinciales en el Centro Multicultural La Costanera, de Posadas, a orillas del río Paraná.

 

El diputado nacional Maurice Closs, uno de los convocados, pidió a su par Luis Pastori, integrante de la comisión de Presupuesto de la Cámara baja, que recoja el guante y junto a los demás legisladores misioneros y el Gobierno provincial, presionen por mejorar la situación de Misiones, no sólo en lo referido a obra pública, sino con los atrasos del Fondo Especial del Tabaco y la posibilidad de que se pierda una parte del adicional compensador que paga la Nación a los docentes misioneros. El ex Gobernador señaló que es tiempo de dejar atrás las chicanas y echar culpas a Macri o a Cristina para juntar fuerzas para proteger los intereses misioneros.

 

 

La desazón de los empresarios es justificada. La obra pública con fondos federales fue paralizada por el gobierno de Mauricio Macri y los recursos provinciales no alcanzan para sostener el ritmo del año pasado, aunque se prioriza la infraestructura social y educativa.  Y el reparto de lo que se hizo fue muy desigual. En Buenos Aires, Córdoba, y Capital Federal, donde el PRO obtuvo mayor diferencia de votos a favor se licitaron obras por casi 80.000 millones de pesos, de los cuales casi 30.000 se destinarán a la provincia gobernada por Maria Eugenia Vidal. Misiones aparece en el puesto 15, con licitaciones por 586 millones, 0,73% del total y 50 veces menos que Buenos Aires.

 

La proyección no es alentadora. En el mismo encuentro se conocieron datos oficiales que marcan un declive en la inversión pública federal. El primer proyecto de Presupuesto de Macri incluye una inversión de 863 millones de pesos orientados a obras a desarrollarse en Misiones. Es 43 por ciento menos en términos nominales que lo previsto en el Presupuesto 2016. Si se consideran además los incrementos interanuales en los costos de la construcción, la reducción presupuestaria que sufrirá Misiones es aún mayor. El miedo de los empresarios de la construcción no es, entonces, exagerado. La parálisis de la obra pública fue una realidad durante todo el año, pero la sufrían los obreros: se perdieron más de once mil puestos de trabajo desde agosto del año pasado. Es la primera vez sí, que los empresarios admiten que si la situación no cambia, no duran ellos más de seis meses. La crisis autogenerada comienza a hacer ebullición.

 

La preocupación de los empresarios tiene su correlato en las proyecciones de inversión de la Nación. Misiones es de unas de las provincias más desfavorecidas en el reparto de recursos. Mientras La Pampa recibirá 638 por ciento más, Jujuy, 367, Neuquén, 387,9, el incremento en Misiones es de apenas el 18,3 por ciento, por debajo de la tasa de inflación. En Salta y Santa Cruz, los fondos caerían un 12 y 85 por ciento, respectivamente.

 

Entre las provincias a las cuáles se destinan mayores inversiones por habitante se encuentran en primer lugar la Provincia de La Rioja (11.817 pesos), seguida por Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (11.588). En el extremo de menor gasto por habitante se encuentran Córdoba (2.246), Santa Fe (2.301) y Misiones, con apenas 2.484 pesos.

 

Si no aumenta la inversión –y no parece haber demasiada presión como para torcer los números-, está claro que la situación no será mucho mejor, aunque los representantes locales del PRO aseguran que hay obras que están por fuera del Presupuesto, como los seis jardines de infantes que fueron licitados y obras del mejoramiento de hábitat en Posadas, San Ignacio e Iguazú por unos 300 millones de pesos. Eso, claro está, no alcanza para mover la aguja en nivel de empleo ni actividad de las empresas.

Mal de muchos… la crisis por la que atraviesa la construcción en Misiones, una de las actividades que más empleo genera, es común a todas las provincias. El último informe del Indec sincero, reconoce una nueva caída de la ocupación y el área más dañada es precisamente la construcción, con 12,5 por ciento menos de puestos de trabajo en relación al año pasado. Son casi 50 mil trabajadores menos en todo el país.

Los datos del Indec parecen sepultar cualquier atisbo de “brote verde”. Confirma una caída pronunciada en la actividad económica desde que asumió Macri. En total hay 118.079 trabajadores registrados menos y 6.109 empresas cerraron sus puertas desde diciembre. Pese a los enormes beneficios recibidos, como la reducción de las retenciones y las “compensaciones” por el transporte, el campo no está generando más puestos de trabajo. Por el contrario, expulsa. Hay 4,5 por ciento menos de trabajadores en el sector rural, mientras los patrones ganan millones con el cambio de escenario. Pero peones rurales hay 11.268 menos que no sólo salen de la Pampa sojera, sino de las más castigadas economías regionales. Como irónica contracara, el crecimiento más alto de empleo en el sector privado, se da en la Intermediación financiera, con 5,8 por ciento. Aquí se crearon poco más de nueve mil puestos.

El empleo bajó en casi todas las provincias, con excepción de La Pampa, Tucumán, Corrientes y Córdoba. En Misiones, la caída registrada supera el promedio nacional, con 2,1 por ciento. Hay casi 2.500 trabajadores menos que en el segundo trimestre del año pasado, aunque el Indec registra un crecimiento en relación con el trimestre anterior.

La preocupación de los empresarios misioneros no distingue sector. Las 150 mil personas que aprovecharon el último fin de semana largo para cruzar a comprar a Paraguay, reavivaron todos los temores.

La Confederación Económica de Misiones y la Cámara de Comercio de Posadas, en conjunto con el Gobierno provincial, no encuentran una salida local ni interlocutores en la Nación para resolver el complejo escenario. Todo lo que se venía discutiendo con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, volvió a fojas cero tras la visita del jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien se mostró sorprendido por las quejas de los hombres de negocios locales y aseguró no estar anoticiado de la gravedad de las asimetrías.

Mientras Misiones se desangra por las fronteras, el tiempo pasa entre las pujas internas del gabinete de Macri, que tiene a ambos funcionarios en rincones enfrentados. El ITC diferenciado para los combustibles es hoy una quimera, aunque los negociadores locales se niegan a perder la esperanza.

Sin embargo, la paciencia se va agotando y aparece un fantasma al que todos temen: los 90, década en la cuál los misioneros elegían a Paraguay como destino de compras y los comercios locales se cerraban en medio del creciente desempleo y pobreza.

El tiempo pasado no permite avizorar que el resultado sea distinto. Con una salvedad, en los 90 Encarnación era una ciudad de compras informales, que se transformó ahora en una de servicios, con buenos hoteles ideales para un fin de semana distinto a minutos del puente, gastronomía y hasta “lujos” que no están en Posadas, como exclusivas casas de comida, cine 6D y una costanera rodeada de playas. Los misioneros –y argentinos que llegan en tours de compra- tienen más excusas que ir que recorrer la zona baja o cargar combustible.

“No se cuánto más vamos a poder aguantar. Yo tengo espalda. Algunos locales en alquiler. Pero acá estamos hablando de empleo”, le dijo un conocido empresario misionero a un funcionario nacional que prometía créditos para las Pymes. “Si me das crédito y no le vendemos a nadie, en marzo voy a tener que cerrar y voy a estar más endeudado. Acá se trata de reactivar”, increpó el agotado emprendedor local.

Un colega suyo que escucha la conversación, agrega dramatismo: “Hace cuatro meses que no me pagan el alquiler en un local que tengo. Ya le bajé varias veces y no quiero que se vaya, porque quedará vacío y no lo volveré a alquilar. Pierdo por todos lados”, apunta.

Los lamentos son incluso de aquellos que apostaron por el PRO y todavía se ponen la remera amarilla. Diego Barrios, dueño de Electromisiones publicó en una red social que “las asimetrías fiscales no se han reducido, son muy altas y nos deja fuera de competencia por más hábiles y trabajadores que seamos”.

“Los controles al contrabando todavía no tienen resultado positivo, al parecer subió el valor del pase, supongo estarán pasando por otro lugar más difícil. Verdades que me traerán algún tipo de reproche, pero debemos empezar a acostumbrarnos a decir lo que pensamos sin temores, así seremos mejores ciudadanos y construiremos un mejor país”, aseguró.

Del otro lado del río Paraná, obviamente, celebran. Un informe oficial revela que en lo que va del año, las compras con tarjetas de crédito de argentinos y brasileños superaron los 114 millones de dólares. Sobre los millones en efectivo no hay certeza. Pero son muchos más.

Aunque el gobernador Hugo Passalacqua mantiene la línea de garantizar la gobernabilidad del Presidente, también marca que la solución a los problemas misioneros no debe depender exclusivamente de lo que decida la Nación, sino de la propia inteligencia del Gobierno y los empresarios. “En esta situación de país, un país con una economía fría por decirlo de alguna manera, los misioneros tenemos que encontrar fórmulas propias para salir. No podemos solamente esperar a que vengan las soluciones, que las esperamos también, pero tenemos que tener iniciativa propia”, señaló al presentar un encuentro internacional de Pymes que se hará en noviembre en Posadas.

La situación desfavorable de Misiones motivó una amarga queja en la Legislatura. Por primera vez varios legisladores de la Renovación alzaron su voz por el desigual reparto de recursos.

El reclamo surgió de los bloques del partido Agrario y Social y de Vanguardia Radical. Desde ambas bancadas se preguntaron si la gobernabilidad que se pregona, tiene devolución desde la Nación. Claramente no, se respondieron.

La alianza entre el PRO y la UCR intentó defender a Macri, pero tuvieron que hacer silencio ante la evidencia: el soterramiento del tren Sarmiento en Buenos Aires, fue adjudicado por decreto del Presidente a la empresa que conduce Angelo Calcaterra, su primo. Son 45 mil millones de pesos, más que el presupuesto provincial para el año que viene.

La discusión había empezado por la mañana. Al culminar la reunión de la comisión de Obras Públicas, el diputado Hugo Escalada advirtió que  se debía “dejar de lado los enconos locales y priorizar la provincia”.

“Mientras acá se pide un informe por un camino en Fachinal, Macri autorizó por decreto y para una empresa familiar más de un presupuesto provincial para una sola obra”, cuestionó. El presidente de la Comisión, Orlando Franco, fue bien concreto al considerar que con sólo 2 mil millones de esos 45, Misiones podría dar respuestas a muchas urgencias y poner en funcionamiento programas que han dejado de ser financiados por la Nación. Hablaron todos los diputados menos el radical Germán Bordón. En un momento dado Mario Linderman le pidió al radical que diga algo en defensa del gobierno nacional. Bordón dijo que estaba escuchando atentamente y luego se paró para irse diciendo: “Ya debatiremos”. Por la noche, hizo silencio.

 

macririgoyen

No fue el único momento en que la alianza PRO-UCR se quedó sin palabras. La Renovación sorprendió con una decisión del presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, de ponerle límite a las facultades del Ejecutivo de modificar las partidas del Presupuesto provincial. Desde ahora, el Gobernador podrá sólo modificar hasta un 20 por ciento de los gastos, excepto los destinados a salarios y al Poder Judicial. Ante esta señal de calidad institucional, la oposición se quedó así sin argumentos para rechazar el Presupuesto, al que cuestionaban siempre por los mal llamados superpoderes.

Ajenos a los padeceres locales, a 1000 kilómetros de Posadas, en el coloquio de IDEA, donde los funcionarios y el propio Presidente se sienten más a gusto, reinó el optimismo. Los grandes empresarios celebraron el “sinceramiento” de la economía y, popes como Cristiano Rattazzi Rattazzi, CEO de Fiat Argentina advirtieron que “en este periodo algunos van a sufrir y otros van a crecer pero la regla debe ser que si hay huelga no se pagan sueldos». Más claro imposible. Algunos ganan, mientras otros pierden.

 

El coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina muestra otra realidad. Conformado por los grandes empresarios, todos exhibieron su complacencia con el rumbo de la Argentina.

Ante un público excitado, Rattazzi hasta bailó con la Gilda del siglo XXI, la versión cumbiera de Natalia Oreiro.

Con un auditorio complaciente, los ministros de Macri se lucieron. El ministro de Educación, Esteban Bullrich, que amenaza con quitarle plata del bolsillo a los docentes con la intención de pagar adicionales sólo por agente y no por cargo, se despachó a gusto ante los empresarios.

Dijo que el sistema educativo argentino no sirve para nada y es simplemente una “fábrica de chorizos”. La frase en un congreso pedagógico hubiera despertado un gran debate. Pero ante CEOS y empresarios, revela una mirada desde arriba que no se condice con quien debe ser el conductor político de la educación.

También advirtió, como antes el radical Ernesto Sanz, que los planes sociales no sirven para cambiar la situación de pobreza. “A ese pibe le podes dar un plan social pero esa plata la va a usar para comprar balas, lamentablemente tenemos que pensar eso, hoy ese pibe no ve el futuro, nosotros, la dirigencia política, no se lo estamos mostrando». De la desigualdad entre megaganancias, caída de empleo y aumento de la pobreza, ni una palabra.

La mirada optimista la aportó el ministro de Producción, Francisco Cabrera. Lejos de mostrarse preocupado por la crisis de despidos y suspensiones que en paralelo informaba el Indec, el titular de la cartera productiva dio un curioso argumento: Las suspensiones, “en parte son una buena noticia porque quiere decir que las empresas retuvieron su personal ante la esperanza de una reactivación económica”.

La única voz discordante, que generó enojo de los empresarios, la dio el sacerdote jesuita  Rodrigo Zarazaga, un conocedor de la realidad de las villas de Buenos Aires, pero con estudios en la universidad de Harvard. «Yo no conozco a nadie que gane (un plan de) 880 pesos por mes que no quiera trabajar si le ofrecen un trabajo en el que le van a pagar 15.000 pesos”, lanzó ante el auditorio empresario, casi al mismo tiempo en que Macri viajaba a Roma para sacarse una nueva foto con el Papa Francisco y hablar de pobreza.

Después el sacerdote le puso valores a la desigualdad: “El valor de una cartera Louis Vuitton equivale a 300 meses de planes sociales; una corbata Hermes, para no hacer distinción de género, unos 200 meses”.

 

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