Hugo Yasky criticó al triunvirato de la central obrera por “aceptar discutir migajas” que ofrece el Gobierno. Además, dijo que la semana que viene se anunciaría un paro nacional con movilización.
El acuerdo al que arribaron el Gobierno y la cúpula de la CGT, y que evitó la convocatoria de un paro nacional, quedó en el centro de las críticas: los titulares de la CTA autónoma y de los trabajadores, Pablo Micheli y Hugo Yasky, cuestionaron al triunvirato encabezado por sindicalistas Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid por «discutir migajas» y «humillar» a los trabajadores.
«Un sector de la CGT aceptó discutir los puntos que el gobierno quería, porque no quería discutir la reapertura de las paritarias o hablar de despidos. Se arregló un bono de fin de año, como si el problema nuestro estuviese solamente en lo que va a pasar a fin de año, todavía falta, estamos discutiendo cómo se llega a fin de mes», indicó Yasky.
A su vez, y en diálogo con Radio Del Plata, aseguró que los funcionarios nacionales «eligieron con quién discutir, porque no convocaron a las CTA». «¿Qué tienen, lepra?», ironizó el dirigente sindical.
A su vez, se refirió a la posibilidad de convocar a un paro para octubre. «La semana que viene se va producir un debate donde habrá gremios de nuestras centrales, una importante cantidad de gremios de la CGT que no aceptan humillar de esta manera ni a una central ni a sus representados, discutiendo una respuesta en común de una propuesta miserable del Gobierno y ante una aceptación claudicante por este sector representado por el triunvirato».
Ayer, el Gobierno y la central obrera acordaron la entrega de un bono en diciembre de mil pesos para aquellos jubilados que reciben la mínima y una suma para las familias beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo además de eximir «15 mil pesos» de ganancias en el aguinaldo a las remuneraciones brutas de hasta 55 mil pesos, tras una extensa reunión.
En sintonía, Micheli apuntó contra el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. «Para él no existimos. Dice que no debería haber paro… como nosotros estamos fuera del diálogo porque discriminan a las dos CTA, entonces podemos hacer paro. Él mismo está incitándonos a hacer paro», aseguró.
No solo desde las CTA se mostraron críticos con la cúpula de la CGT. Puertas adentro, el arreglo realizado con el Gobierno reavivó las divisiones internas.
En este sentido, Daer admitió que «por supuesto» el paro quedó desactivado y descartó una «ruptura» de la central obrera. «Estamos encauzados en encontrar caminos que vayan acercando las diferencias que venimos teniendo», dijo.
Consultado sobre el rechazo de sindicalistas como el camionero Pablo Moyano, que tildó de una «vergüenza» el convenio alcanzado, señaló: «Pablo es un dirigente que tiene esa costumbre de adjetivar permanentemente los actos. Respeto las expresiones, (pero) no hay lugar para una ruptura, a nosotros nos costó mucho la unidad».
En tanto, el titular de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), Andrés Rodríguez, consideró que «la CGT tenía el mandato del paro y entró en una negociación; esa negociación dio ciertos resultados, (aunque) tampoco es para tocar el paraíso con las manos: eran urgencias para aliviar la realidad y la situación de acá a fin de año», advirtió.
En este punto, Rodríguez se preocupó en aclarar: «Tampoco nosotros todavía hemos descartado el paro, está suspendido, si se quiere». «La negociación está encaminada pero todavía no está resuelta», insistió.
El dirigente añadió: «Este último capítulo que todavía no está resuelto en términos numéricos está condicionado a la reunión que vamos a tener Gobierno, empresarios y CGT. Allí se va a vislumbrar claramente la medida compensatoria y allí podemos decir que hemos avanzado en toda la negociación».
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