La provincia hasta el año pasado ocupaba uno de los últimos lugares del país en parejas del mismo sexo que decidían pasar por el civil.
En el año 2010 uno de los grandes temas de debate en el país fue la posibilidad de que parejas del mismo sexo puedan unir sus vidas ante la ley.
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Importantes colectivos de lucha contra la igualdad unificaban sus voces a favor de la iniciativa que atravesaba discusiones en todo el territorio argentino, mientras otros actores ensayaban argumentos en contra temiendo que la ley provoque hasta un efecto dominó en la sociedad incluso en la heterosexual. En Misiones hasta se escuchó a un dirigente político pedir que no lo llamen matrimonio, sino “homomonio o gaymonio” para no dañar las buenas costumbres de las familias tradicionales.
A seis años de aquella experiencia todavía hay algunas batallas culturales que ganar, aunque lo cierto es que la homosexualidad dejó de ser un tema tabú del que no se hablaba para pasar a ser algo que había que conocer, y que cambió usos y costumbres de las familias “moralmente aceptadas” por la sociedad.
Datos del Registro de las Personas de la provincia, demuestran que Misiones sigue siendo una de las provincias en donde menos casamientos igualitarios se dan. Hasta el momento y desde la sanción de la ley 26.618 se casaron 54 parejas, siendo Posadas e Iguazú las ciudades donde más uniones se registraron. En tercer lugar aparece Eldorado. Similar es el número entre hombres y mujeres.
De acuerdo a los registros a agosto del año 2015 de la Federación Argentina LGBT, la provincia ocupaba uno de los últimos lugares en el país. Siendo los primeros Ciudad de Buenos Aires con casi tres mil casamientos, provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. También de acuerdo a esos datos, hasta esa misma fecha casi diez mil parejas del mismo sexo se habían casado en toda la Argentina.
Pocas uniones convivenciales
La reforma y unificación del Código Civil y Comercial también se aprobó como una manera de adaptar la ley al comportamiento de la sociedad y en la necesidad de dar respuesta a ese cambio. Las uniones convivenciales aparecieron como la gran novedad en la posibilidad de registrar los bienes dentro de esa sociedad conyugal sin necesidad de cambiar el estado civil. Los cónyuges pasaron a ser convivientes.
Y si bien el Registro de las Personas para esta inscripción incluso prepara un acto con la solemnidad del caso similar a la de un casamiento por civil, fueron pocas las oportunidades en las que las parejas hicieron uso de esa opción.
Alejandra Soto, a cargo del Registro de las Personas, afirmó que únicamente se dieron cinco uniones convivenciales, a poco más de un año de entrada en vigencia de la norma, e igual número se dio en las convenciones matrimoniales que refieren a que antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyuges pueden hacer convenciones para la designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio, la enunciación de las deudas, las donaciones que se hagan entre ellos.
JM
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