Los colombianos votan hoy en un histórico plebiscito para confirmará el acuerdo de paz con las FARC

Colombia afrontará este domingo la última etapa del largo camino hacia el proceso de paz con las FARC iniciado hace casi cuatro años en forma oficial y dos más previos en negociaciones secretas, cuando casi 35 millones de ciudadanos podrán votar a favor o en contra en un plebiscito de carácter vinculante.

El acuerdo de paz firmado el lunes último por el presidente Juan Manuel Santos y el jefe guerrillero Rodrigo Londoño, alias Timochenko, frente a 15 presidentes de la región, entre otros, quedará en el olvido si la mayoría opta por el No, defendido entre otros por los ex presidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana.

Santos hizo hoy una nueva apelación a sus compatriotas a acudir masivamente a las urnas para participar en la consulta, en una muestra más de que el acto electoral ya constituye un hecho político tan importante como el acuerdo, si bien las encuestas auguran un triunfo del Sí.

«Con el plebiscito estamos ante una decisión histórica y esperamos que todos los colombianos salgan a votar», dijo al instalar la misión internacional de observación del acto electoral, integrada por cerca de 200 enviados de 25 países, entre ellos los Nobel de la Paz Rigoberta Menchú y el argentino Adolfo Pérez Esquivel, el ex presidente de Guatemala Álvaro Colom y el ex canciller uruguayo Enrique Iglesias.

Las últimas encuestas auguran un triunfo del Sí que va del 55% al 66%, pero el clima en las calles de Bogotá que los enviados de Télam pudieron palpar permite inferir un resultado algo más estrecho.

Las principales objeciones que se le formulan al acuerdo están relacionadas con los pagos de subsidios que se les hará durante dos años a los guerrilleros desmovilizados, mientras no existen planes de asistencia para la población civil perteneciente a los sectores más humildes.

«El salario mínimo es de unos 600 mil pesos (un poco más de 200 dólares) y ellos, que robaron o mataron, van a recibir un subsidio de 1.300.000 pesos», se quejaba esta mañana un taxista, confirmando su voto.

A esta suerte de desigualdad económica entre ex guerrilleros y civiles que establece el acuerdo se suma un sentimiento de resentimiento muy fuerte -por no decir lisa y llanamente de odio- hacia los insurgentes por los crímenes cometidos, en especial porque existe en la sociedad la creencia generalizada que si se firma la paz, no habrá penas de prisión
Más alejado de esa presunción «de calle», el catedrático y politólogo Pedro Medellín le confirmó hoy a Télam que -según entiende- efectivamente no habrá cárcel para los desmovilizados, ya que la justicia transicional establecida en el acuerdo habla de «restricción de libertad» para quienes confiesen sus delitos, lo cual no asegura penas de cumplimiento efectivo.

Según la firma Ipsos Napoleón Franco, el Sí obtendría 66% frente a 34% por ciento del No, mientras que Cifras y Conceptos y Datexco Company señalaron que el acuerdo se refrendaría con votaciones de 62% contra 38% y de 55% frente a 36,6%, respectivamente.

Más allá de la tendencia consolidada de las últimas encuestas, existe en el gobierno cierto temor a una alta inasistencia popular (el voto no es obligatorio), dato que deslegitimaría el acuerdo a pesar de que gane el Sí.

«Un triunfo por escaso margen o con baja asistencia sería una derrota para el presidente Santos», explicó Medellín, director de la Fundación Ortega y Gasset Colombia y titular del Programa de América Latina del Centro Internacional de Toledo para la Paz, de Madrid.

En este sentido, no sólo el presidente saldría «golpeado», sino también la mayor parte de la clase política colombiana, seriamente cuestionada por «corrupta» por los ciudadanos del común.

Hábil para entender esa sensación popular, Medellín arriesgó que «una derrota del Sí es una derrota de los políticos. No lograr una buena elección aún con el apoyo del papa Francisco y de líderes regionales de las más variadas orientaciones políticas, sería un golpe tremendo».

El plebiscito ya está en ciernes y constituye un hecho político tan importante como el acuerdo en sí, y parece depararles problemas a todos.

Por ejemplo, en el derechista Centro Democrático, de Uribe, surgió un grupo que apoya el Sí.

«Los Uribistas Pura Sangre Hacemos un llamado al señor ex presidente Alvaro Uribe Velez, para que retorne a nuestros principios: No Politiquería, No Corrupción, respeto al ser Humano al Opositor y a la Verdad. Mauricio Bermúdez Bernal, Uribista Pura Sangre, coordinador campañas de Uribe en Boyacá los años 2002, 2003, 2006, 2010 y 2014», publicó el grupo en su página de Facebook.

Concretamente, son 34.899.945 los colombianos que figuran en el padrón para votar. La opción del Sí debe obtener al menos 13% del censo electoral, lo que significa que necesitará como mínimo 4.536.992 votos para ser aprobado.

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