Colombia: La Paz es posible

La realidad supera a la ficción, en más de 50 años de lucha armada y 3 de papado de Francisco, en Colombia se ha logrado el mejor libro para la historia del mundo demostrando que la paz es posible.

Indistintamente de las escenografías, sean estas en selvas tropicales, cordilleras o áridas estepas, los pueblos a través de su campesinado han intentado frenar el avance de un sistema que mucho antes de la “guerra fría” viene dejando a un lado al ser humano y al planeta.

La humanidad deberá poner fin a la guerra, o la guerra será quien ponga fin a la humanidad”, (John Kennedy).

La historia nos muestra la influencia de Juan Pablo II en el derribamiento del muro de Berlín; con el tiempo notaremos este “hito” de Francisco en Colombia. Un cambio de tendencia esperado por los pueblos, como Él nos indica “las guerras se van gestando de a poquito por la mudez y por los desencuentros”, ya que “la única manera de construir el mañana es sólo con diálogo y encuentro”.

“La experiencia demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”.

Mucho se ha reiterado la tergiversación de dichos ideales por los intereses internacionales, el comercio de armas y el narcotráfico actuando como “lastres sociales”.

Francisco, en la visita al Congreso de Estados Unidos el pasado año inquirió: “¿por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad?, autorespondiéndose: tristemente, la respuesta que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas”.

Gracias a su diestro manejo de “timón”, grandes catástrofes humanas y ambientales que se cernían sobre “patrias” del mundo se han podido evitar, se están evitando y muchas más se evitarán; eludiendo así reiterar brutales genocidios; Colombia es prueba de ello .

Frente a los 70 años de actividad de las Naciones Unidas, Francisco le hablo al Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas y solicito: “limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo. Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sostenible de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”.

Naciones Unidas, un organismo que fue visitado por los papas Pablo VI en 1969, Juan Pablo II en 1979 y 1995 y Benedicto XVI en 2008; cada una de sus alocuciones son de memorizar.

Es posible lograr un país solidario, donde los jóvenes comprendan que su patria, no son las vacas, las casas, los campos ni las industrias, son sus hermanos;  y que los enemigos de la patria son los verdaderos enemigos del pueblo.

Hermanos que puedan tener posesión de algo que nadie nunca podrá quitarles: la experiencia de sentirse amados, abrazados y acompañados, de disfrutar del encuentro con el otro, de caminar y soñar juntos. La experiencia de “plato caliente”, de sentirse familia,  comunidad, de vivir en un país, una patria donde la felicidad no sea tan solo un holograma.

Podemos evitar que el mundo se convierta en un cementerio, nuestras patrias necesitan gestos de misericordia, de encuentro, de alegría, gestos de esperanza que nos eleven para el continuo caminar, un caminar conscientes de la meta y dejando de lado el lastre de cualquier  índole de corrupción.

El acuerdo de Paz de Colombia, con sus puntos de reforma rural, participación política, fin del conflicto, solución al problema de drogas ilícitas, acuerdo sobre las víctimas del conflicto, e implementación, verificación y refrendación con monitoreo de la ONU,  trascenderá en la historia de la humanidad. Es el inicio del fin de una época, de un estilo de reclamo social y generará un histórico proceso mundial donde las grandes potencias denoten el existente cambio de tendencia que los líderes religiosos ya han demostrado.

Lo inmediato de todo acuerdo, conlleva a ceder, “perder” por parte de cada protagonista. El presente, genera un freno a los grandes intereses que trascienden fronteras sin evaluar los costos al ser humano y al planeta; un cambio de tendencia que favorecerá a los que “prosigan”. Las tendencias privan sobre todos los hechos, no los plebiscitos, pues como enuncia Francisco: “El tiempo supera al espacio”.

América Latina, unida por su idioma común, identidad y fe cristiana, lucha como bloque por sus sueños más sublimes de paz y unidad; con una única paz posible, la paz de la justicia social.

Una democracia puede tener muchas deudas sociales, pero lo imperdonable es no haber podido vencer las causas que generan la peor de ellas: la pobreza.

“Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios “(cf. Evangelii gaudium, 222-223).

Recordemos las palabras de Pablo VI y Juan Pablo II en la ONU: “La paz, como sabéis, no se construye solamente mediante la política y el equilibrio de las fuerzas y de los intereses. Se construye con el espíritu, las ideas, las obras de la paz”;  y “la razón de ser toda la actividad política, nacional e internacional, la cual —en última instancia— procede «del hombre», se ejerce «mediante el hombre» y es «para el hombre«”.

Colaboración de Carolina López Forastier; Claudia Baez Roth y Gabriel Alsó

Referencias:

http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/speeches/1965/documents/hf_p-vi_spe_19651004_united-nations.html

http://www.acuerdodepaz.gov.co/sites/all/themes/nexus/files/24_08_2016acuerdofinalfinalfinal-1472094587.pdf

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