Aranguren y la máquina de impedir

Contexto general del tema.
Dentro de la nutrida batería de medidas que a paso forzado implementó el actual gobierno neoliberal de Argentina, la abrupta paralización de las obras públicas fue pieza crucial para lograr sus claros objetivos de provocar artificialmente una severa crisis socio económica, frenar la economía, aumentar brutalmente la tasa de desocupación y con ello bajar los salarios reales, concentrar la riqueza y desarticular e incluso desmantelar el considerable desarrollo industrial y tecnológico que había logrado nuestro país.
De un modelo neokeynesiano o de “capitalismo de Estado”, que con aciertos y errores fue claramente inclusivo; se pasó abruptamente y sin escalas al neoliberalismo más crudo, de economía subdesarrollada y claramente anti industrial, en cuyo contexto “sobra” la mitad de la población argentina. En el actual esquema, el acceso a los servicios públicos no es ni remotamente un objetivo de gobierno; más bien sus capitostes se precian de excluir adrede a “los grasas, los morochos y pajueranos” (al pueblo común, a los no “puramente” caucásicos –blanquitos-, y a los de fuera de la Pampa Húmeda).
Dos conjuntos de obras de gran envergadura y notable importancia estratégica, energética y económica, que habían comenzado y contaban con gran número de personal calificado trabajando, son la central nuclear Atucha 3, y el complejo hidroeléctrico del río Santa Cruz, formado por las presas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, ex Cóndor Cliff y La Barrancosa.
No bien asumido Macri, de un plumazo las paralizó, e incluso dijo que se cancelarían definitivamente sus construcciones, basándose en harto discutibles argumentos de “eficiencia”, “transparencia” y “racionalidad”, e incluso “al voleo” se acusó de incurrir en sobreprecios y otras figuras de peculado por parte de los constructores y sus fuentes de financiación. Dentro de los muchos exabruptos que casi a diario incurre el Presidente, dijo que “existen 19 tecnologías de generación de energía más eficientes que la hidroeléctrica”; como eso es burdamente falso, nunca lo ratificó ni explicó…
La apresurada y avasalladora metodología de acción (que fue calificada como “una motosierra en un quirófano”), virtualmente llevándose todo por delante a los decretazos de supuesta necesidad y urgencia, en el claro afán de desarticular el modelo de economía neokeynesiana, industrial/tecnológico y socialmente inclusivo, que estuvo vigente, tuvo uno de sus primeros serios obstáculos en la escueta pero firme respuesta que el Estado Chino hizo pública inmediatamente, con un total mentís a las osadas e infundadas acusaciones de delitos en los procesos de adjudicaciones y financiaciones de ambos conjuntos de grandes centrales eléctricas.
Ante las diplomáticas pero muy fuertes respuestas de China a los exabruptos macristas (acostumbrada la oligarquía local a tratar al resto de los comunes mortales como los patrones de estancia feudales lo hacen con la peonada indefensa), el gobierno neoliberal debió dar marcha atrás, y seguramente para intentar “salvar la ropa” ante la desairada posición, se abocó a renegociar ambos contratos de obras, claramente buscando excusas para justificar el desplante inicial a China y la dura respuesta recibida.
Por otra parte, “nada nuevo bajo el sol”, pues es una constante que los gobiernos ultra conservadores en lo político y ultra liberales en lo económico, operan como “socios menores” de las petroleras y gasíferas transnacionales, en particular los grandes pulpos energéticos anglosajones. Consecuentemente, siempre se han opuesto a las energías hidroeléctrica y nuclear, por ser competencias insalvables, para las costosas (por KWh) y contaminantes usinas termoeléctricas, grandes devoradoras de gas natural y petróleo. No pudo sorprender entonces, que el actual gobierno, de neoliberalismo recargado, haya intentado anular los proyectos de Atucha 3 y de las hidros en Santa Cruz.
No es ningún secreto para quienes conocemos el tema energético, que desde hace poco más de 3 décadas, otros actores muy activos, claramente con jugosos presupuestos y con libretos escritos en el riñón del G 7 (1), están interviniendo con constantes y crecientes participaciones, influyendo cada vez más en la opinión pública, basándose en refinadas técnicas de cooptación mental, en la institucionalización de gruesas falsedades técnicas, y operando sobre dos costados muy sensibles del pensamiento del ciudadano medio, por lo general nada conocedor del complejo tema energético. Esos dos flancos en los que atacan preferentemente, son el miedo y la sensiblería. Son las ONGs, en particular las pseudo ecologistas, las que claramente utilizan técnicas goebbelianas (aquello de “miente, miente, que algo queda”), para lo cual se aseguran tener amplios titulares para sus usuales y constantes “denuncias”, mientras que los aceitados contactos con los medios de difusión y periodistas varios de dudosa profundidad conceptual, cuando no vulgares mercenarios de la comunicación, les garantizan que las desmentidas que son consecuencia de muchas de sus estentóreas “denuncias” apenas sí ocupan pequeñísimos lugares en letras pequeñas y en páginas interiores de los diarios, mientras que por lo general ni siquiera se comentan en radio, TV, y son casi imposibles de ubicar en portales electrónicos. Con eso, las mentiras quedan instaladas en el subconsciente colectivo, y el “prestigio científico” de las mentirosas ONGs “ecologistas” queda a salvo para el común de la gente.
En ese marco, hubo fuertes cruces de opiniones entre el anterior Ministro de Planificación y actual Diputado Nacional, Julio De Vido; y el actual Ministro de Energía, accionista de y operador claro de la petrolera anglo holandesa Shell y sus asociados menores (entre estos, los de las “energías renovables”). En eso terció el siempre bien fundamentado Federico Bernal y su equipo técnico de OETEC.
La “respuesta” de Aranguren, difundida en Ámbito Financiero el 06/09/2016, tiene “mucha tela para cortar”…y de la gruesa. Se intentará ser breve.
Discutibles y/o pobres argumentos de Aranguren.
– Insiste el ministro de Shell, en el remanido argumento de “crisis energética”, acorde al otro repetido “argumento mayor” de la supuesta “pesada herencia”; dos figuras retóricas creadas para justificar los ajustazos a escala dantescamente apocalíptica, que este neoliberalismo recargado está implementando para encorsetar a la -hasta 2015- creciente e industrializada economía argentina, en un sistema feudal desindustrializado adrede, y subordinado a los poderes externos, acorde al modelo unitario / mitrista, siempre tan caro a los sueños de poder interno sin límites de ciertos sectores
excluyentemente oligárquicos, y a la subordinación explícita como colonia de la potencia de turno.
– La falacia de la “crisis energética” se cae si se analizan los fuertes crecimientos de la Potencia Instalada del Sector Eléctrico, las cuantiosas y estratégicas obras de interconexión en Alta Tensión (antes siempre postergadas por los “expertos” neoliberales); si se evalúan los indicadores claramente crecientes de las producciones de petróleo y gas, que de haber seguido al mismo ritmo hubieran madurado en un quinquenio, año más o menos; el crecimiento e inversiones que desarrollaba YPF; las ampliaciones de acuerdos de provisión de gas y ahora de energía eléctrica con Bolivia; el abastecimiento de combustibles líquidos sin cuellos de botella al mercado interno, como padecimos cuando los “eficientes privados” con Repsol y Shell a la cabeza intentaron prefabricar un cuadro de desabastecimiento; y otros indicadores similares, que desmienten la falsa “crisis energética”.
– Cierto, como dice Aranguren, que ahora importamos petróleo y gas, siendo que antes exportábamos. Lo que no dice es que el cuadro de exportaciones desenfrenadas, perpetrado en los años ’90, fue una maniobra de las petroleras extranjeras para “hacer caja” rápidamente con nuestras reservas de hidrocarburos, trabajosamente logradas por YPF en décadas previas de trabajo. Tampoco dice Aranguren, que los instigadores y perpetradores de las privatizaciones salvajes del sector energético, ejecutadas en los gobiernos neoliberales del menemato y el delarruato, son los mismos que luego se pusieron el traje de “salvadores de la patria” con el bonito rótulo de “exsecretarios de energía de la democracia”, en aquel doloroso período que algunos llamamos la partidocracia cleptocrática. Entre esos mismos “expertos energéticos” y otros sumados al equipo de asesores de Aranguren (2), está el que paralizó el Plan Nuclear (con miras al desguace posterior) desde el alfonsinato (Lapeña); otro que pretendió transformar (destruir) Atucha 2, desjerarquizándola como simple central a gas (Bastos); el que fue incapaz de solucionar la crisis eléctrica producida al fin del gobierno de Alfonsín (Apud); un par (o más), cuyos nulos niveles de patriotismo los llevaron a ser testigos contra Argentina en juicios ante el CIADI (Montamat – Chambouleyron); y todos ellos instigadores de las “privatizaciones salvajes” de los ’90, con cláusulas de riesgo cero para los inversores y costos adicionales para el Estado Argentino, los que además no cumplieron las inversiones pactadas en los contratos de privatizaciones, lo cual provocó faltas muy acentuadas de infraestructuras en Transmisión y Distribución, así como renuencia a invertir en Generación, desde un par de años antes al descalabro general de 2001. Nada de eso parece “recordar” Aranguren.
– Los niveles de importaciones de energía actuales serían perfectamente manejables, en una economía en expansión como estábamos antes del macrismo, y con los fondos de las retenciones al agro y la minería, que “generosa” y muy apresuradamente se derogaron, descalabrando el Presupuesto Nacional y los Presupuestos Provinciales y Municipales. Claramente los indicadores no muestran “crisis” como argumenta Aranguren; más aun si se consideran las fuertes inversiones en exploración y explotación de petróleo y gas convencional y no convencional, que estaba realizando YPF, hoy frenadas abruptamente por medidas de supuesta “racionalización” (léase achicamiento) del neoliberalismo en el poder.
– Por el contrario, al comienzo de su gestión ministerial, el ex CEO de Shell descalificó el objetivo prioritario del autoabastecimiento, al afirmar que “no es una prioridad para Argentina” (a contrapelo de toda la frondosa experiencia histórica nacional y mundial, que demuestra el elevadísimo valor estratégico de no depender de importaciones energéticas). ¡Pero hoy se escandaliza por importar el 15 % de los energéticos que consumimos! Doble discurso, que le dicen.
– Sus argumentos a favor de los achicamientos forzosos de las hidroeléctricas N. Kirchner y J. Cepernic, revelan un desconocimiento profundo del tema eléctrico, salvo aviesa animosidad de tergiversar y falsear la verdad. Vayamos por partes:
Falacias argumentales para el achicamiento de las hidros.
 Presenta como “una ventaja y un ahorro de inversión” la reducción de tres turbinas, lo cual es una burda falacia, que revela ignorancia de aspectos claves del Sector Eléctrico, o demuestra una aviesa intencionalidad de falsear o tergiversar conceptos. Con el “achicamiento” al suprimir 3 de las 11 turbinas originales, y la reducción de la cota (altura del dique) de al menos una de las dos presas, se las reduce de su rol principal original de Centrales de Punta a un subalterno rol de Centrales de Base. Supuestamente, no se afectará el volumen total de energía generada, pero sí en cambio disminuirá sustancialmente el valor real de la energía. La energía de punta es la de mayor valor real, de hasta 5 veces el valor de la energía del valle y 3 a 4 veces el valor de la media. Eso es así pues evita invertir en sobreequipamientos de generación (pues los cuellos de botella se producen en horarios pico), y evitan utilizar las máquinas menos eficientes, las más costosas por KWh. Eso es el ABC de la energía eléctrica. ¿No lo sabe Aranguren, o lo oculta maliciosamente? Como reconoció ser un improvisado (“estamos aprendiendo sobre la marcha” dijo con desparpajo), bien puede ser ignorante de algo tan elemental. El 12/09/2016 se publicó que la reducción de potencia será aun mayor que la inicialmente difundida, 470 MW; ¿así combaten la supuesta “crisis energética”?
 Al reducir las cotas de las presas, reduce la capacidad de almacenamiento de agua, con lo cual afecta sin solución a posibles beneficios complementarios de esas grandes obras, como la provisión de agua para uso humano, riego e industrias. Claro ideario unitario, centralista, que en nada considera los potenciales efectos positivos en provincias alejadas del “núcleo privilegiado” de la Pampa Húmeda.
 Actuando en tándem con las ONGs británicas que con la usual metodología del miedo y el escándalo, acusaron falsamente a esas obras de alterar o “poner en riesgo” el glaciar Perito Moreno, pretendiendo justificar los achicamientos de obras con ese argumento, demostradamente mendaz, tal como lo afirmaron afamados profesionales, como el Ing. G. Malinow y el propio Comité Argentino de Presas, de reconocida solvencia y experiencia técnica. De la misma forma se oponen a la Central Carbonífera de Río Turbio y presionan por el cierre de la mina, que es impedirnos producir carbón y despoblar una estratégica ciudad del extremo sur; es muy claro que el atraso y el despoblamiento de La Patagonia es un objetivo geopolítico británico, y para eso utilizan a sus agentes, como Greenpeace, WWW F. Vida Silvestre, y de hecho Aranguren –CEO, accionista y operador de la británica Shell-, secunda ese accionar.
 Bajo un criterio federal, las grandes usinas eléctricas, sin perjuicio de estar interconectadas, deben servir prioritariamente para el desarrollo de la provincia y la región en la cual están emplazadas. El unitarismo excluyente hoy gobernante, enfatiza servir al núcleo del poder (Pampa Húmeda), dejando a las provincias periféricas (en el caso Santa Cruz) con “los pequeños vueltos” de las regalías y similares. En forma un poco más “elegante”, ese es el criterio defendido por Aranguren.
 La línea de interconexión de las dos hidros santacruceñas, como usualmente se hace, deberían licitarse aparte, evaluando las alternativas, para lo cual existe tiempo más que suficiente, pues es una obra de menor complejidad y envergadura que las dos hidros. Nada de la improvisación que Aranguren endilga al gobierno anterior. Sacrificar Potencia para hacer la interconexión, es como dejar de comprar un auto cambiándolo por una moto, con tal de hacer de apuro el garaje. Un absurdo, o una premeditada mala intención.
 Las muy promocionadas “renovables” (solares, eólicas, etc.) son en realidad mucho más costosas por KWh, no sirven como tecnologías de base, contaminan y representan una hipoteca a futuro para la economía argentina. ¿Por qué se tergiversa el tema, en el cual las grandes petroleras anglosajonas fungen de socios, dado que las “renovables” necesitan el respaldo “en caliente” (funcionando) de usinas convencionales)? Desarrollé el tema en mi libro “Los Profetas del Caos”, disponible en mi blog. ¿No sabe eso Aranguren?
Algunos hechos que no puede/no quiere, explicar.
– Siete de las primeras ocho licitaciones de compras de combustibles líquidos, “casualmente” beneficiaron a Shell, la empresa “de” Aranguren.
– Pudiendo comprarse gas natural más barato a Bolivia, se compra gas extra continental, vía Chile (que no lo produce), a precio mucho más caro. La firma proveedora sería Shell, según trascendió. Eso no fue aclarado por el Gobierno Nacional.
– Aranguren no pudo justificar técnicamente los brutales tarifazos, y se niega a suministrar el costo del gas a boca de pozo.
– Ética y legalmente, Aranguren no debe ser Ministro, dadas sus recientes (como CEO) y vigentes (como accionista) de Shell.
– Las retenciones condonadas a los sectores agrícolas concentrados y a la mega minería, sobraban holgadamente para solventar los subsidios de los servicios públicos, y hubiesen permitido una suave y coherente quita gradual de los subsidios, sin ahogar a las clases medias y bajas, a clubes de barrio y a miles de industrias y comercios.
– Las petroleras y gasíferas extranjeras, estarían disfrazando como pagos de servicios, a vulgares cuantiosas transferencias de ganancias a sus casas matrices.
– El lucro cesante por postergar al menos un año Atucha 3 y las hidros de Santa Cruz, se estiman en 10.930 GWh, lo que obligará a quemar combustibles fósiles en cantidades enormes, entre 2.200 a 2.700 millones de litros anuales adicionales de gas oil o combustibles equivalentes (3)
– El tema no se agota.
Reflexiones finales.
Todo configura un caso “de manual” de la “máquina de impedir” con la cual el establishment local ultra liberal y pro  británico / anglosajón busca jibarizarnos y achicarnos a la fuerza, a perimidos esquemas feudales de subdesarrollo crónico.
¡Y pensar que Aranguren le hace el cargo al severo y bien fundamentado crítico Federico Bernal, por haber estado vinculado al anterior gobierno, sin incompatibilidades para ello!
Notable el estruendoso silencio de los locuaces mercenarios de la comunicación, y otros denunciadores seriales varios, como dos conocidas blondas, veteranas y corpulentas diputadas nacionales.
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(1) G 7- Grupo de las 7 principales potencias económicas tradicionales –EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia-, hoy fuertemente devaluadas por la crisis sistémica y por el avance de las Potencias Emergentes.
(2) Autotitulados “ex secretarios de energía de la democracia” (E. Apud, J.C Aráoz, A. Devoto, R. Echarte, A. Guadagni, J. Lapeña, D. Montamat, R. Olocco) responsables del proceso de privatizaciones y extranjerizaciones salvajes del Sector Energético, perpetrado entre 1983 y 2001, principalmente desde 1990; con leoninas condiciones de “utilidades aseguradas” para los especuladores inversores a riesgo empresario cero, y bajo o nulo control de las inversiones pactadas en los contratos de ventas o concesiones. Otros “asesores” son Carlos Bastos, vinculado a la desastrosa gestión de D. Cavallo; personero local de Enron, que pretendía quedarse con los Sistemas de Transmisión de Sudamérica y que quebró ante los desmanejos y crisis eléctrica en California, EEUU; y Andrés Chambouleyron, cavallista, indicado como gestor de los tarifazos a dedo, testigo contra Argentina en el CIADI; entre otros. De buenas fuentes trascendió que Lapeña, como Presidente de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), hizo funcionar a las centrales nucleares Atucha 1 y Embalse, bajo un régimen de empuntamiento, con continuas paradas y arranques, para lo cual no están diseñados sus equipamientos; lo que provocó serios daños que las mantuvieron varios meses fuera de servicio. Con esos antecedentes, pretende erigirse en censor y referente del Sector Energético…
(3) Artículo “Energía-achicamientos disfrazados de economías y eficiencia”, disponible en internet y en el blog caoenergia.blogspot.com.ar.

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