Iván, el «ex» Crucero que se fue sin que lo echen: «Son los menos, pero el mundo se sigue rigiendo por tipos de principios»

Iván Delfino está nuevamente en Misiones para visitar mañana con Instituto de Córdoba a su ex equipo, Crucero del Norte. Fue el DT que hizo un campañón en la temporada 2013-2014, que peleó palmo a palmo con Independiente el tercer ascenso y que terminó dando un paso al costado por diferencias con el presidente del club, por quien guarda un gran cariño y respeto, que es mutuo.

Sentado en el parque del hotel La Misión, a la espera del duelo de mañana a las 17 ante Crucero por la tercera fecha de la B Nacional, se sienta para charlar de fútbol y de las sensaciones que le provoca volver a pisar por primera vez el estadio Andrés Guacurarí, que tantas alegrías le dio. Contará que «Crucero me abrió las puertas al fútbol grande de la Argentina» y repetirá, en varias ocasiones, lo bien que fue tratado en Misiones y el cariño que guarda por el club y la gente de esta provincia. «Me abrieron las puertas de sus casas y valoro mucho eso», dirá.

Delfino es un DT que cuando se fue de Crucero «por diferencias de vision con el presidente» se la jugó, porque tenía 42 años y no tenía trayectoria. Pero también se fue ganando un respeto por esa renuncia, por respetar sus convicciones. El tema de las convicciones, entendido como hacer algo que no conviene, porque así lo dictan los principios, no es algo menor en el fútbol.

Delfino sacó empezó a sacar esa chapa cuando se fue del Colectivero y de alguna manera la reforzó cuando, habiendo ganado el ascenso con Patronato a Primera División (subían sólo 2 de 22 equipos) volvió a alejarse del Patrón. «No podía ponerme a tachar en una lista a jugadores que se habían jugado la vida por mí», explica. Por eso este DT, hoy de 44 años, sacó ese plus que tienen algunos técnicos, el de tener convicciones y firmeza para sostenerlas, cueste lo que cueste. «Yo creo que son los menos, pero el mundo se sigue rigiendo por hombres de principios», dice.

A continuación, algunos pasajes de la charla con este DT que mañana volverá a pisar el Andrés Guacurarí y será homenajeado por el club al que ayudó a meterse en los primeros planos del fútbol argentino.

-¿Cómo estás en Instituto?

-Estamos en un proceso de recambio importante, de muchos jugadores, de una cuestión institucional también de trasfondo, así que tratando desde lo futbolístico de encaminar un proceso para lograr los objetivos.

-¿Cuáles son?

-Sumar puntos, tenemos un compromiso con el tema del promedio y reacomodar un poco lo que fue la campaña pasada. Primero ensamblar las piezas que trajimos y sumar puntos en este semestre.

-¿Les mete presión que Talleres y Belgrano estén con un presente tan bueno en Primera?

-Estoy un poco ajeno porque recién llegue. Sí, creo que Talleres y Belgrano llegan a esa posición por una cuestión de un proceso y un proyecto adecuado, en eso está encaminado el club y yo soy parte de ese proceso, ojalá se respeten los tiempos para desarrollarlo.

-Te veo muy equilibrado, otros se subirían a un discurso triunfalista de decir que van a seguir los pasos de la T y el Pirata…

-Es que es la realidad, el club está en convocatoria, debe mucha plata. Hay que tener la cabeza dura para soportar momentos que tal vez no sean los que vos querés, creo que a la larga esa infraestructura, ese predio, tendría que estar mucho mejor, más ordenado, siempre fue un equipo que sacó muchos jugadores de inferiores. El año pasado terminó último y vendió cuatro, dos a Europa y dos a Primera División. Si podés potenciar eso es más fácil para todos.

-¿Qué significa volver mañana a Santa Inés?

-Es una cuestión un poco con sentimientos encontrados, Crucero me abrió las puertas al fútbol grande de la Argentina, lo reconozco y lo agradezco, aparte que tuve momentos desde lo humano con mucha gente que me abrió las puertas de sus casas, muchos amigos, me sentí muy cómodo yo y mi familia cuando han venido, en cierta forma se extraña. Pero mañana las cosas del fútbol y la vida nos hace poner en contra con la gente que está a cargo del equipo, pero bueno, son cosas pasajeras.

-¿Te ves en un segundo período en Crucero?

-Si, va  a depender…no soy de atarme a las cosas o a las palabras, va a depnder de los momentos de cada uno, no sabes cómo voy a estar yo o el club en dos años, la idea de estar en esta provincia me seduce mucho.

-El presidente de Crucero dijo que te recomendó para ir a Patronato, al tiempo se fue Schurrer y dijo que te hubiera llamado otra vez a vos, pero ya te habías ido a Entre Ríos y no quería sacarte de ahí.

-Si, lo sabía, pero considerando como es Julio, que es un hombre de palabra, el no iba a traicionar su palabra. Dio buenas referencias de mi, en Patronato y también en Temperley. Son cosas que agradezo, porque más allá de cuestiones personales o futbolísticas, uno se maneja con un conducta que es respetable en este ambiente tan complicado.

-¿Cómo viste el derrotero de Crucero desde que te fuiste? Logró el ascenso, le costó en Primera, ahora está reinventándose en la B Nacinoal otra vez…

-Si, lo vi desde la lejanía. Yo sigo considerando que es un club con la estructura que tuvo desde un principio desde el Argentino B hasta el Nacional B y luego Primera División no va a tener problemas porque las decisiones las toma una sola persona, es mas fácil encaminar un proyecto. Después hay que sostenerlo, tener templanza ante la adversidad, ir al frente por más que te tiren piedras de todos lados, creo que está en una refundación desde lo futbolístico para volver a encaminarse.

-¿Qué me podes decir de tu salida del club y las diferencias que, se dijo, tuviste con la dirigencia?

-Fue antes de la 4ta fecha, la 3ra fecha (de la segunda rueda de la temporada 2013-2014), fue una cuestión de ideas. Me fui yo. De cambio de ideas con Julio (Koropeski), vos imaginate como quedó (de bien) la relación que me sigue recomendando y no tuve ningún problema en ningún lado, para no llegar a mayores respeto mucho las personas, yo no iba a cambiar mi idea, ni el la suya, seguir eso iba a repercutir en mis jugadores

-¿Diferencias en qué?

-En puntos de vista, en formas de trabajo y esas cosas. No es para hacer un mundo. Yo pensé en ese momento y sigo creyendo que iba a repercutir en el plantel y la mejor salida es de uno solo. Me parecía lo mejor, estuve diez meses sin trabajar, donde tenés tiempo para recapacitar. Pero el mundo, más allá de que son los menos, se sigue rigiendo por hombres de principios.

-¿Qué le faltó a Crucero que en cambio tuvo Patronato o Temperley para sostenerse en la Primera de 30 equipos?

-Creo que perdió la localía fuerte que supo tener en el Nacional B, la perdió y a igualdad de condiciones, de orden, el que te hace diferencia es la jerarquía y a Crucero le tocó jugar con muchos equipos de jerarquía.

-¿Cómo ves el partido de mañana?

-Es un equipo nuevo, tanto Miguel (Salinas) como Carlos (Marczuk) tuvieron su impronta, son chicos que Miguel ya estuvo dirigiendo, el mamó cosas de los técnicos, Carlos si bien hace poco que dejó de jugar al fútbol, tiene su recorrido, le van a meter su impornta. Va a ser un partido como todos los del Nacional B, trabado y de ida y vuelta por las dimensiones de la cancha.

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Delfino se prestó al diálogo distendido en la concentración de Instituto, en el hotel La Misión. El plantel se había ido a pasear y hacer compras por La Placita. «Esta ciudad es increíble, no es tan conocida afuera, muchos se sorprenden cuando ven la Costanera», dijo Delfino. Que dirigió en Salta, Entre Ríos, Buenos Aires y ahora le toca Córdoba. El hombre, de 44 años, es oriundo de Sunchales, provincia de Santa Fe.

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