El caso más reciente es el de un militar paraguayo que se habría contagiado durante su estadía en África. Aclararon que se trató de otro cuadro “importado” que ya fue controlado y descartaron cualquier posibilidad de diseminación de la enfermedad.
El doctor Nicolás Aguayo, titular del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa), dijo que “este es el décimo caso que estamos encontrando en lo que va del año; todos los casos son de personas que han retornado de África”, precisó.
Según explicó, el paciente en este caso es un efectivo de las Fuerzas Armadas que volvió de Costa de Marfil, país del África Occidental. “El diagnóstico lo hizo el Laboratorio Central de Salud Pública y el tratamiento lo hacen la Dirección de Servicios de Salud y la Dirección de Vigilancia de la Salud. Senepa proveyó los medicamentos correspondientes”, detalló.
Sobre el estado de salud del militar, indicó que el cuadro ya fue controlado y el hombre se encuentra en etapa de recuperación. El alto funcionario descartó que haya alguna posibilidad de contagio. “Nosotros hicimos una investigación en la zona de Luque (donde reside el militar) y no existe el mosquito anopheles, que es el transmisor de la malaria; igual, estamos vigilando y se hace la investigación preventiva”, refirió.
Explicó que el peligro con un caso importado se produce cuando se detecta la presencia del agente transmisor, capaz de diseminar el mal. “Hay que investigar si está el mosquito en la zona; si el mosquito está presente en el lugar donde vive (el paciente) puede ser peligroso, pero en este caso no hay”, reafirmó.
Aguayo ratificó que en Paraguay no existe ningún caso autóctono de malaria y resaltó que el país justamente es reconocido a nivel mundial por su lucha contra este mal. “Paraguay está a punto de ser certificado como país que ha eliminado la malaria; en estos últimos tres años ha recibido dos premios internacionales de la OPS, como campeones de las Américas en la lucha contra la malaria”, recordó.
La última gran epidemia de malaria en Paraguay se dio en 1999, cuando el mal alcanzó a casi 10.000 personas.
