Serrat recuerda a Aylan y denuncia las muertes de refugiados en Europa con un video

«Rescatemos #NuestroMediterráneo» se lanza cuando se cumple un año desde el fallecimiento del niño sirio en un naufragio frente a la costa griega

Joan Manuel Serrat y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) han lanzado hoy un vídeo con la canción «Mediterráneo» para denunciar las miles de muertes de los inmigrantes que fallecen ahogados en el Mare Nostrum.

La fecha no ha sido escogida al azar, ya que coincide con el primer aniversario desde la muerte del niño sirio Aylan Kurdi en un naufragio frente a la costa griega. «El Mediterráneo que inspiró esta canción queda muy lejos de este donde hoy las gentes se dejan la vida tratando de ponerla a salvo de la guerra», declara el cantautor en el vídeo.

La pieza, titulada «Rescatemos #NuestroMediterráneo» y realizada por el Colectivo de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales (CIMA), busca apoyo ciudadano para que el mar vuelva a ser «el que inspiró a Serrat y no la gigantesca fosa común que es hoy en día».

Más de 4.200 personas y más de 420 niños han muerto en sus aguas tratando de ponerse a salvo desde que Aylan y su hermano de cinco años se ahogasen el 2 de septiembre de 2015. Sólo en lo que va de 2016 se cuentan 3.164 muertos y la Organización Internacional de las Migraciones tiene confirmación de que entre ellos hay 189 niños, aunque dice que las cifras están incompletas porque en la mayoría los cuerpos nunca se recuperan.

«Por desgracia, los discursos de conmoción que escuchamos hace un año han quedado en papel mojado, y miles de niños y niñas como Aylan siguen teniendo que echarse al mar en busca de un refugio que Europa solo les ofrece a cuentagotas y a regañadientes. Sin olvidar la situación de abandonoen la que se encuentran miles de familias en Grecia con la más férrea incertidumbre de no saber qué va a ser de sus vidas», denuncia la secretaria General de CEAR, Estrella Galán.

El vídeo muestra a un grupo de espectadores que se detienen en un parque a escuchar la inesperada actuación de la Orquesta Filarmónica de España, conjuntamente con la Fundación Música Maestro, interpretando «Mediterráneo», de Joan Manuel Serrat.

A mitad de la canción, se destapan las fotografías de aquel «otro Mediterráneo» que viven las personas refugiadas a su llegada a Europa, con impactantes imágenes realizadas por los fotoperiodistas Javier Bauluz, Olmo Calvo, Juan Carlos Mohr y Santi Palacios.

Es entonces cuando los rostros de los espectadores cambian, mostrando suconsternación frente a la realidad que están viviendo las personas que buscan refugio en Europa.

Aylan

Aylan Kurdi tenía tres años, vestía pantalones cortos azules y una camiseta roja y huía de la guerra que destruía Siria desde hacía cuatro años. Su imagen, ahogado en la costa de Turquía, dio la vuelta al mundo, recorrió las redes sociales y trató de concienciar sobre el drama de la crisis de los refugiados y el sufrimiento sus víctimas más vulnerables: los niños. Y es que diferencia de Kim Phuc, la chica vietnamita asustada por los bombardeos con napalm, o de Kong Nyong, el pequeño sudanés acechado por un buitre en la fotografía de Kevin Carter, Aylan fue retratado sin vida.

El día de su muerte, provocada por el hundimiento de dos embarcaciones, otros cuatro menores también fallecieron junto a Aylan. Entre ellos su hermano Galip, un crío de cinco años, y la madre de ambos, Rehan, de 35. Ninguno tenía chaleco salvavidas. Doce personas perdieron la vida cuando intentaron cruzar el mar desde la localidad turca de Bodrum rumbo a la isla griega de Kos. Abdullah Kurdi, esposo de Rehan y padre de Aylan y Galip, logró sobrevivir al naufragio. Fue encontrado medio inconsciente y llevado al hospital cerca de Bodrum. Como señaló entonces, su único deseo consistía en regresar a Kobani, la ciudad siria de donde procedían, para enterrar a su mujer y a sus hijos.

«Después de alejarnos unos 500 metros de la costa, en el bote empezó a entrar agua y se nos mojaron los pies. A medida que aumentaba el agua, cundía el pánico. Algunos se pusieron de pie y el bote volcó. Yo sostenía a mi mujer de la mano», explicó Abdullah, que también admitió que pagó a unos traficantes para alcanzar Kos junto a su esposa e hijos. Iniciado el viaje, la guardia costera los detuvo. Y por eso decidieron tomar un bote comenzar a remar por si mismos, hasta que el naufragio provocó la tragedia.

Un año más tarde, cabe preguntarse si la fotografía de Kurdi ha surtido el mismo efecto que la de esos otros niños víctimas de la violencia o el hambre. No parece así. La imagen de Kim Phuc y la cobertura periodística de la guerra de Vietnam, la denuncia del uso de napalm, contribuyeron a finiquitar un conflicto que traumatizó a toda una generación de estadounidenses.

En 1993, el durísimo retrato tomada por Kevin Carter desencadenó un duro debate sobre la hambruna en Sudán y la indiferencia de occidente ante los padecimientos de ese país africano. La crisis de los refugiados, sin embargo, es ahora cosa del pasado. El acuerdo alcanzado por la Unión Europea y Turquía para cortar la ruta de los Balcanes, puerto de llegada tras una travesía por el mar Egeo, ha sido una solución criticada por asociaciones como Médicos sin Fronteras, que ha rechazado recibir fondos de Bruselas para protestar como la decisión.

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Fuente ABCEspaña

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