La alianza que sustenta a Temer entró en crisis tras la destitución de Rousseff

El presidente se quejó que todos los senadores de su partido no hayan votado a favor de la inhabilitación de la ex mandataria. El apoyo parlamentario será clave para concretar las reformas que pretende.

 

La votación sobre la destitución de Dilma Rousseff como jefa del Estado provocó una inesperada crisis en el primer día del gobierno confirmado de Michel Temer, quien se manifestó irritado con la división de la base parlamentaria que pretende apoyarlo con reformas del sistema público hasta el 31 de diciembre de 2018.

 

El Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) de Temer se dividió en el Senado al votar a favor de no inhabilitar a Rousseff por ocho años en la función pública, aunque sí lo hizo en forma unida para destituirla.

 

En la primera reunión de gabinete, Temer se quejó de que Rousseff no haya sido inhabilitada a causa de una negociación impulsada por uno de los caciques del PMDB, el titular del Senado Renan Calheiros.

 

«Hubo una división inadmisible. Si están con el gobierno tienen que votar con el gobierno, si no están de acuerdo con algo deben avisar antes de tomar decisiones sin informarles a los aliados», dijo Temer apenas asumió.

 

El PMDB y el Partido de los Trabajadores (PT) tejieron dividir la condena y la pena por crimen de responsabilidad, lo que abrió una polémica jurídica ya que podría beneficiar a todos los funcionarios y legisladores que son expulsados por improbidad.

 

«Esta votación demostró realmente que el juicio era político, que los motivos no eran jurídicos», comentó el abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo.

 

Apenas terminó la votación, el senador Aecio Neves, principal aliado de Temer y presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en los pasillos del Senado, ni siquiera celebró el fin de la era de 13 años del PT, sino que expresó «preocupación porque nuestros aliados se dividieron y votaron para salvar a la presidenta».

 

 

El líder del gobierno en el Senado, Aloysio Nunes, del PSDB, amenazó con renunciar a su misión y parte del conservador Demócratas también dejó en claro que no le dará un cheque en blanco al PMDB, aunque sí a Temer.

 

«No podemos votar con esta desunión», se quejó el presidente de Demócratas, el senador José Agripino Maia.

 

El tono más fuerte fue el del jefe del bloque del PSDB, Cassio Cunha Lima, quien dijo que lo que hizo Calheiros y parte del PMDB con el PT y la izquierda «fue llevado a cabo por la espalda de toda la base aliada que apoya a Temer».

 

Según analistas, Calheiros mandó un mensaje de que él no puede quedar afuera de las decisiones y que formará parte de lo que Rousseff llamó en el juicio como «el PMDB bueno, el gran partido del centro democrático y progresista».

 

El PSDB, que controla al cancillería con José Serra, quería inhabilitar a Rousseff y amenazó con apelar al Supremo Tribunal Federal contra la separación de la condena.

 

Desde todos los partidos indican que el acuerdo para no inhabilitar a Rousseff a ejercer cargos públicos podría abrir un precedente que puede beneficiar justamente al verdugo de la ex jefa del Estado, Eduardo Cunha, ex titular de Diputados, del PMDB, que este mes se juega la destitución de su cargo debido a que está procesado por ocultar una cuenta en Suiza donde recibió 5 millones de dólares supuestamente de sobornos.

 

TELAM

Vea también:

El Gobierno expresó su respeto al proceso institucional que vive Brasil

Dilma Rousseff: «no digo adiós, digo hasta pronto»

Dilma Rousseff fue destituida como presidenta de Brasil

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas