Córdoba: productores y profesionales demandan de políticas de Estado para reconstruir una nueva provincia forestal

 

La sexta edición de las Jornadas Forestales de Córdoba que se llevaron a cabo en la localidad de Villa General Belgrano (VGB), en el departamento de Calamuchita -a 90 km al sur de la capital provincial cordobesa-, fue bajo el lema “bosques y foresto industria en búsqueda de la sostenibilidad”.

 

La actividad en la provincia de Córdoba está en crisis, los productores han dejado de plantar por diversas dificultades económicas y climáticas, y se estima que de 30 mil hectáreas forestadas no quedan más que 5 mil. Sin embargo, esta región tiene un potencial de 500 mil hectáreas con aptitud forestal, sin competir con la agricultura ni la ganadería y sin desplazar al bosque nativo.

 

“Hoy se advierte que habrá un fuerte déficit local de materia prima en el corto plazo para los pocos aserraderos que quedan. Se han cerrado muchas industrias en estos últimos años, y al productor forestal no se lo está acompañando como se debería desde el Estado para desarrollar la actividad. Hay que retomar las Mesas Foresto-industriales locales para definir un plan de desarrollo que permita recuperar al sector, pero por medio de la participación e inclusión de todos los actores, incluida la Universidad”, sostuvo en la entrevista con ArgentinaForestal.com la ingeniera Mónica Dorado, docente de la Cátedra de Industrias Forestales de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, y principal organizadora del encuentro que se realiza tradicionalmente cada dos años el último fin de semana de agosto.

 

“Hay mucha gente que vive de los árboles en la zona. Córdoba es uno de los principales mercado de la madera del país, sin embargo importa de otras provincias casi el 90% de la madera que se utiliza. La industria forestal es generadora de empleo y tiene un fuerte impacto en la economía local, pero en la actualidad atraviesa una de las peores crisis. Sin embargo, tiene un potencial enorme, además es vital para las generaciones futuras porque ofrece bienes y servicios ambientales fundamentales”, remarcó la profesional.

 

Las jornadas se llevaron a cabo el jueves y viernes, y resultó con alta convocatoria y representatividad regional ante la presencia de productores de la región, empresarios, profesionales y estudiantes de la provincia, como también de Santiago del Estero, La Rioja, Santa Fe, Corrientes y Misiones. Fueron organizadas con el apoyo de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, la Municipalidad de Villa General Belgrano y la cobertura especial de ArgentinaForestal.com.

 

Identidad forestal

La ciudad elegida para el encuentro técnico tiene una fuerte identidad forestal. Localizada en la zona de las sierras cordobesas, rodeada de valles, ríos y arroyos, está inmersa en un paisaje escénico particular rodeada por bosques nativos y forestaciones (pinos, abedules y alerces). Asimismo, la Municipalidad de Villa General Belgrano además establece por normativas el uso de la madera en la planificación urbana y el cuidado ambiental. La arquitectura de la ciudad se caracteriza por la señalización y cartelería general de los comercios, restaurantes, hoteles con madera, como también con muy vistosas casitas alpinas con predominancia en techos de tejas y chimeneas.

 

El encuentro de culturas de inmigrantes centroeuropeos (alemanes, suizos, austriacos, italianos, húngaros y españoles), la actividad turística y el desarrollo local de productores agrícolas y ganaderos, fabricantes de cerveza, de chocolates, de telas, carpinteros, artesanos e industriales madereros, enriquecen el lugar y conforman un atractivo diferente en la Villa.

 

En ese contexto, las jornadas forestales realizadas en el salón parroquial de VGB contaron con la presencia de destacados especialistas invitados para debatir el escenario actual y exponer sus conocimientos relacionados sobre aspectos de manejo forestal, bienes y servicios, cadena de valor y tecnología de la madera. Entre las principales conferencias estuvo la investigación sobre sistemas silvopastoriles de Pinus elliottii con pastizal natural en las Sierras de Córdoba que fue expuesta por la docente Graciela Verzino (FCA-UNC); un diagnóstico del sector forestal de Córdoba y alternativas a futuro fue expuesto por Esteban Zupan (NEF Córdoba), que se refirió a las oportunidades de desarrollo que tiene la provincia. Sobre usos ancestrales y potencialidad de los Productos Forestales No Maderables en los bosques del Chaco Seco, expuso Patricia Hernández (FCF-Universidad de Santiago del Estero); la nuevas tecnologías en la primera transformación de la madera y secado fueron expuestas por Ronald Vera asesor y propietario de la firma Foresto-industria de Misiones; sobre certificación de cadena de custodia de proyectos, brindó una charla la secretaria ejecutiva del Sistema Nacional de Certificación Forestal Argentino (Cerfoar-PECF), Florencia Chavat. En tanto, un estudio con lineamientos para replantear el desarrollo del sistema forestal del Valle de Calamuchita a partir del análisis comparativo con la región de Virasoro (Corrientes), fue expuesto por Gerardo Denegri y Gustavo  Acciaresi (Universidad Nacional de La Plata);  las nuevas normativas para la foresto-industria fueron expuestas por el coordinador regional temático de Protección Vegetal del SENASA, Francois Barron y Justo Ocampo y , cerrando la primera jornada con una dinámica charla sobre el agregado de valor del diseño en la cadena foresto-industrial que estuvo a cargo de la diseñadora industrial Cecilia Gurtner, del equipo de DIMU-UNC.

Las actividades cerraron el viernes con diversas opciones de visitas de estudiantes a establecimientos forestales y aserraderos, que fueron guiadas en esta oportunidad especialmente con la colaboración de la docente Laura Vázquez, de la carrera de Ingeniera en Recursos Naturales Renovables para Zonas Áridas, de la Universidad Nacional de La Rioja, sede Chamical.

 

Volver a empezar

 

La apertura de las Jornadas Forestales se realizó el jueves, y contó con la presencia del director Nacional de Producción Forestal, Javier Van Houtte, por el Ministerio de Agroindustria de la Nación; Alejandro Angaroni  y Susana Siwinsky, en representación del Ministerio de Agricultura y Ganadería del Gobierno de la Provincia de Córdoba; Mónica Ontiveros de Urquiza y Mónica Dorado, por la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC); Francois Henri Barron,  coordinador Regional de Protección Vegetal del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria); Eduardo Orecchia y Francisco Marraro, del INTA Manfredi; Daniel Cavallín, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Córdoba; el empresario maderero Gino Ferella, presidente del Foro de los Ríos; Florencia Chavat, secretaria ejecutivo del CERTFOAR, y funcionarios de la Municipalidad de Villa General Belgrano.

 

En representación del intendente Sergio Favot, asistió el Secretario General y de Gobierno, Guillermo Friedrich, para dar la bienvenida. “Desde hace tiempo venimos siguiendo los diferentes momentos de la actividad, fuimos testigos del desarrollo del sector a lo largo de estos años, a veces con subidas y otras en bajada, quizás por las políticas que no han tenido continuidad, sumado a los incendios que fueron diezmando el desarrollo de las forestaciones de los productores. Esperamos que este encuentro permita analizar todos estos aspectos y plantear alternativas para seguir adelante. Desde el municipio acompaños este evento porque consideramos importante para la actividad”, indicó el funcionario local.

 

Seguido, un movilizador mensaje dejó a los presentes el asesor y productor forestal Aldo Rudi, ingeniero agrónomo y reconocido empresario en el sector de la provincia por su perseverancia, trabajo constante y generosidad. Su primer plan forestal fue hace 60 años atrás, con 1.000 hectáreas de eucaliptos, y en la actualidad continúa con su emprendimiento forestal en Río de los Sauces, integrando la actividad con un vivero, sistema silvopastoril, asociado a un arboretum y parcelas experimentales de más de 35 años con especies y variedades de todas partes del mundo. Además, es socio de Agrovet, empresa pionera en agroservicios y producción de semillas hibridas.

 

“El momento de gloria para los productores forestales fue durante la vigencia del IFONA que tenía autarquía presupuestaria. En ese entonces, con la primera certificación de un plan ya  empezábamos a cobrar, pero después la ambición de los ministros de Economía de la Nación que querían manejar el dinero, hicieron desaparecer el instituto, y desde allí la burocracia de la operatoria fue erosionando la actividad y la liberación de los fondos de planes forestales a través de la Ley 25.080 fue muy ineficiente”, relató Rudi.

 

En esa línea, explicó que en la actualidad el productor atraviesa una situación muy difícil: “se encuentra en un callejón sin salida, con una operatoria difícil de sobrellevar económicamente, sin apoyo, en un escenario desfavorable para atraer inversores a la provincia. Hoy no tenemos sustentabilidad, la operatoria tiene muchas dificultades en la provincia, sobre todo para la normalización del dominio. En el Ordenamiento Territorial provincial tenemos el mapa con más superficie en categoría Amarillo, situación que limitó a la actividad forestal y no permite la producción forestal. Por esto, hay productores que no están cobrando, los expedientes de sus planes van y vienen. Los técnicos hoy tenemos que poner la cara ante los productores y ver cómo solucionamos esto. Por otro lado, las industrias madereras están cerrando”, precisó.

“Pero no quiero poner palos en la rueda, lo que creo que sí es necesario es que cambiemos esta realidad, que todos trabajemos por una nueva provincia forestal, sobre todo los jóvenes”, dijo Rudi.

 

Agregó que en la provincia hay 16 millones de hectáreas, y unas 3,5 millones son montañas, y quedarían unas 500 mil hectáreas para conformar un polo forestal regional extraordinario. “Es posible desarrollar la actividad forestal junto al turismo, sería agregar valor y sustentabilidad ambiental, económica y social”, señaló el ingeniero.

 

Finalmente, llamó a reconstruir el sector. “Hay que empezar de nuevo. No hay que perder la ilusión de seguir forestando. Yo sigo con esa misma ilusión desde hace 60 años, tengo la matrícula y sigo forestando, no pierdo las esperanzas de que en algún momento alguien entenderá que es necesario mejorar las normativas vigentes, crear nuevas leyes, promocionar la actividad para que cada vez sean más los forestadores. Tiene que volver las ganas de forestar y que todo el mundo plante un árbol”, convocó Rudi.

 

 

Institucionalidad y nuevas tecnologías al 2017

 

A su turno, Javier Van Houtte expuso la mirada de la política forestal nacional sobre la actualidad del sector, y reflexionó que históricamente “la forestación fue la “cenicienta” dentro de Agricultura, pero a partir del 10 diciembre pasado esto cambió, ya que hubo una señal de apoyo importante con la creación y jerarquización de dirección forestal dentro de la nueva Subsecretaria de Desarrollo Foresto-Industrial. Esta es una oportunidad que tendremos que ver de aprovechar, frente a esta nueva etapa forestal que se pretende construir en el país”, dijo el funcionario nacional.

 

Sumado a ello, sostuvo que el gobierno nacional tiene una mirada integral de la cadena productiva, por ello el nombre de la nueva área dentro del Ministerio de Agroindustria abarca a la producción e industria. “La política pública tiene la vocación de mirar la cadena productiva foresto-industrial de manera integral, no todo pasa por forestar ni todo pasa por industrializar, o agregar valor. Hay que empezar a identificar los cuellos de botellas en toda la cadena de valor, y coordinar la cadena en forma articulada entre el sector público y privado para diseñar acciones que nos permitan atender los problemas y resolverlos. Sin dudas es un sector estratégico, tiene un techo muy alto a nivel país y en Córdoba. Habrá que sumar varios desafíos, empezar a diversificar, combinar la actividad con otras agroforestales como las asociadas al cambio climático y fijación de carbono. Hay mucho para ofrecer desde lo forestal”, admitió el funcionario.

Van Houtte valoró el espacio de debate y autocrítica generado en las jornadas. “El trabajo local permitirá atender las realidades regionales y así diseñar los mejores instrumentos por medio de las coordinaciones entre Nación-Provincia”, dijo.

 

Por otro lado, en relación a las dificultades que presenta la operatoria de la Ley 25.080 para ejecutar los fondos de planes forestales, adelantó que desde el área se encuentran trabajando en el desarrollo informático de un sistema online para gestionar los expedientes de forma electrónica. “Esperamos agilizar los planes por medio del uso de las nuevas tecnologías digitales. A partir de enero de 2017 será todo con expedientes electrónicos, para ello implementaremos capacitaciones, trabajaremos en hacer docencia para que nadie quede afuera, pero sólo la tecnología nos permitirá agilizar la operatoria, reducir la burocracia y generar presupuestos más adecuados”, sostuvo el funcionario.

 

Sin embargo, la cuestión de fondo sería comenzar el debate para la elaboración de una nueva normativa, considerando que la 25.080 cumple su ciclo en menos de dos años. “Es una oportunidad de repensar todo, analizar los nuevos desafíos para debatir una nueva ley foresto-industrial, que de los encuentros técnicos, académicos y sectoriales se generen propuestas concretas, una normativa de promoción más integral, que piense en la cadena de valor, que se contemple aspectos ambientales entre otros temas”, reflexionó Van Houtte.

 

 

Crisis sectorial cordobesa

 

De esta manera, la jornada forestal se fue desarrollando con la participación y el debate de todos los presentes y los propios disertantes. Se expuso la preocupación por el bajo ritmo de plantación anual en la provincia, la necesidad de reactivar una Mesa foresto-industrial con la participación de todos los actores de siempre y los nuevos actores, incluyendo a la Universidad. Los productores manifestaron que aún no se han podido recuperar del impacto económico que sufrieron por las condiciones climáticas adversas que enfrentaron, entre fuertes vendavales, inundaciones e incendios forestales que, además, arrasaron con varios aserraderos.

 

 

En la entrevista con Dorado, indicó que “si bien la iniciativa de organizar las jornada surgió hace más de diez años, hoy la inquietud que tenemos es la de concientizar al sector forestal de Córdoba sobre la pérdida progresiva que se viene dando desde 1991 del patrimonio de bosques cultivados”. En ese sentido agregó que “la gente se preocupa mucho por los bosques nativos pero no por los cultivados que también se pierden en gran cantidad cada año, en especial por el efecto de los incendios y otras catástrofes ambientales. La forestación en nuestra provincia comenzó en el año 1956 y si bien hay políticas de promoción para el sector, la realidad es que son insuficientes”, opinó.

 

Sostuvo que “el sector esta pasando por un momento muy crítico, desde lo económico como todo el país, pero desde lo político no existe un Plan Forestal para la provincia de Córdoba, no se tiene un camino a seguir. Y esta situación no se debe a un color político, este es un problema que se arrastra desde hace muchos años. No se registra a la actividad forestal, pareciera que hay una negación”, comentó.

 

 

Para la profesional, la actividad hoy se rige por medidas y acciones aisladas. “Las normativas no son la política para el sector. Son herramientas, pero necesitamos planificar el desarrollo de la actividad, trabajar entre todos los actores, no sólo la industria, para tener una visión integral hacia donde vamos. Eso es lo que se necesita”, precisó Dorado.

 

Por su lado, Aldo Rudi agregó que “en la actualidad es muy difícil concretar una inversión forestal en Córdoba. El apoyo estatal de la 25.080 ha superado los dos años de retorno, lo que hace que ningún productor pueda enfrentar solo esa inversión y tener un plan sustentable. El primer año de forestación tiene un costo de alrededor de 20 mil pesos por hectárea en nuestra zona, sobre una base de un costo de 8 mil pesos que se recibe como Aporte Económico no Reintegrable de la ley de promoción, un costo totalmente desactualizado. Sumado a que el retorno llega fuera de tiempo, y después de una cantidad de peripecias burocráticas y complejas de la operatoria. En todo esto hay un vacío muy grande y nadie se ocupa de revisar este tema”, cuestionó el profesional.

 

Dorado y Rudi coincidieron que la ausencia de políticas de Estado de la provincia en la actividad forestal “profundiza la crisis, no se atiende los problemas que enfrenta el forestador, mientras que el desarrollo del turismo y la industria de la madera y carpinterías se sustentan en Córdoba porque el árbol existe, es decir, alguien en algún momento se molestó en forestar”.

 

Por su parte, Dorado ejemplificó que “VGB se desarrolló con actividades controversiales, aprovechamiento maderero y ecoturismo, las dos actividades compiten por tener el pino o el árbol que necesitan. Uno por su valor escénico y el otro porque necesita la materia prima. Los dos generan bienestar, los dos dejan huella en el ambiente. Y esta zona tiene un alto desarrollo. Es decir, en esto hay beneficios de los servicios ambientales, que en equilibrio esta comprobado que pueden convivir. En la historia forestal se aprendió mucho, sobre mejores sitios, aptitudes de suelo, silvicultura de precisión, todo esto es conocimiento que debe aplicarse para el desarrollo sostenible futuro”, analizó la académica.

 

“En Córdoba hay que empezar de nuevo”, dijo Rudi. “Pero con un apoyo real del Estado al productor forestal”, exhortó el profesional. “Córdoba no es como Misiones o Corrientes, donde puede ser que un plantador ya no dependa de un subsidio que otorga la Nación para una segunda plantación, porque ya le será rentable. Aquí hay que empezar de nuevo, la situación es difícil, los costos altos, no hay retorno. Aquí se están cerrando aserraderos, solo seguiremos adelante los que hace varios años somos forestadores y ahora estamos eligiendo el manejo de la plantación para el destino industrial que le daremos. En mi caso no hacemos tala rasa, solo sacamos lo mejor para que nuestro aserradero sea óptimo, con un mejor rendimiento. Hacemos lo que podemos, de la mejor forma, para ser eficientes”, concluyó.

 

Por Patricia Escobar 

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