Homenajearon a los oleros misioneros

Por iniciativa del presidente de la Cámara de Representantes, compartida con el Gobernador, la Renovación organizó un significativo homenaje a los trabajadores ladrilleros, reconocidos como oleros. Alrededor de cuatrocientas personas asistieron al asado familiar que compartieron con diputados y funcionarios en El Porvenir II, de Posadas, donde existen 180 olerías. Como toda conmemoración, el encuentro encierra reconocimiento y hace visible lo que el trajín cotidiano va naturalizando. En un momento en que la construcción no pasa por su mejor momento debido a la parálisis del financiamiento nacional para la obra pública, acercarse al trabajador del barro y el horno encierra todo un mensaje de esperanza.

Se realizó ayer un homenaje a los trabajadores del ladrillo, comúnmente conocidos como oleros. Por iniciativa del presidente de la Cámara de Representantes, Carlos Rovira y el gobernador, Hugo Passalaqcua, se organizó un mega asado en el que participaron cuatrocientas personas que compartieron el pan con diputados y funcionarios de la Renovación.
El encuentro tuvo lugar en el barrio El Porvenir II de Posadas, donde existen alrededor de 180 olerías que venían funcionando a full por la demanda de la construcción pero, que empiezan a sentir la reducción del financiamiento de la obra pública dispuesto por el gobierno nacional.
Estuvieron presentes la esposa del Gobernador, Viviana Rovira; los diputados Roberto Chass Roubineau, Oscar Alarcón, Rosana Argüello, María Inés Rebollo, Orlando Franco y Marcelo Rodríguez; el ministro de Salud, Walter Villalba, la ministra de Ecología, Verónica Derna, el director de Vialidad Provincial, Hugo Kovalski, la Coordinadora de Políticas Sociales de la Vicegobernación, Alejandra Juañuk, y Juan Solari, entre otros.


Como toda fecha establecida en el calendario para conmemorar o celebrar acontecimientos, personas u actividades, el Día del Olero, que fue instituido en Misiones con un proyecto impulsado por el diputado Chas, tiene el propósito de hacer visible lo que cotidianamente no se ve: el esfuerzo del trabajador del barro y el horno para fabricar ladrillos en forma artesanal. Y al mismo tiempo resaltar las luchas del sector para ingresar en el circuito formal de la economía. La presencia del Estado misionero en los últimos años, desde la Provincia y la Municipalidad, así como de la Eby, para coordinar con el sector su organización en cooperativas, son el contraste con aquel 21 de agosto de 1946 cuando los trabajadores ladrilleros a través de una huelga masiva y extendida a todo el país, lograron que la patronal se hiciera cargo de tapar los adobes y los trabajadores consiguieron sostener la paga. Fue la coronación de 85 largos días de presiones y ollas populares.
No pasa desapercibido el gesto político de la Renovación al promover el homenaje al trabajador en un encuentro que traduce la insistente prédica del Gobernador cuando en los momentos difíciles es cuando más cerca de la gente debe estar el funcionario o el dirigente.
Una de las viejas metas de los oleros era ingresar a las familias a un círculo de la economía formal, acceder a la cobertura en Salud, poder sostener a sus hijos en el sistema educativo, y a la vez mejorar sus ingresos y la rentabilidad de su producción. En un momento en que la construcción no pasa por su mejor momento debido a la parálisis del financiamiento nacional para la obra pública, que el poder político se muestre cerca del trabajador del barro y el horno encierra todo un mensaje de esperanza.

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