Caso SIP: a ocho años de las dos muertes, los tres imputados se declararon culpables y no irán a juicio oral

María Felicitas Aquino y su hija Mariela Alejandra Báez, responsables de la firma SIP, y Juan Carlos López, un empleado jerárquico, aceptaron haber sido responsables de la muerte de dos de sus empleados, que en 2008 se intoxicaron al manipular cloro granulado en condiciones que no eran las apropiadas. Recibirán penas de tres años de prisión en suspenso, por el delito de «homicidio culposo».
Estaba previsto que los tres acusados fueran a debate oral el 8 de septiembre en el Salón de Usos Múltiples del Palacio de Justicia. Sin embargo, un acuerdo entre la defensa de los imputados, a cargo del abogado particular Roberto Chemes, y la fiscal Yolanda Mazal de Mass hizo que el expediente se resolviera vía proceso abreviado.
Aquino, Báez y López prefirieron evitar la exposición y ante las pruebas en su contra, se declararon culpables. Ahora, el juez Correccional y de Menores Dos, César Raúl Jiménez, a cargo del tribunal unipersonal que tiene la causa, analizará el acuerdo y tiene que darle el visto bueno.
Ricardo Enrique Caballero (19) y Andrea Itatí Pérez (27) por la negligencia de los responsables de la empresa de limpieza.
Ricardo fue internado el 17 de mayo de 2008. Murió ese mismo día. Andrea también fue hospitalizada en esa jornada y dejó de existir una semana después.
La instrucción de la causa la inició el entonces juez de Instrucción Dos, José Luis Rey. De acuerdo a los testimonios que recabó entre los empleados de SIP, los trabajadores manipulaban productos químicos sin las medidas de seguridad necesarias, y preparaban un “polvo blanco”, que reemplazaba a la lavandina líquida que habitualmente usaban. Muchos de ellos, en algún momento, presentaron los mismos síntomas: dolor de cabeza, mucha sed y fuerte dolor abdominal. Ricardo y Andrea perdieron la vida por ese “polvo blanco”, que no era otra cosa que cloro granulado.
El caso llegó hasta la Corte Suprema de Justicia, pero la máxima instancia judicial rechazó el intento de los acusados por evitar el juicio. Ahora, ante las evidencias en su contra, prefirieron aceptar la culpabilidad.