Los secuestradores del comerciante chino tendrían relación con guerrilleros paraguayos

Detrás de la banda que secuestró al comerciante chino Daniel Wu (25), en Posadas, estarían guerrilleros paraguayos que hace tiempo generan dolores de cabeza al Gobierno del vecino país y cuya principal fuente de financiación han sido siempre los secuestros extorsivos.
El propio ministro de Gobierno de la provincia, Marcelo Pérez, confirmó la hipótesis y precisó que los elementos incautados en el barrio San Isidro tienen más relación a una organización guerrillera que a una gavilla dedicada a privar de su libertad a personas para pedir un rescate.
Las sospechas apuntan al temido Ejército del Pueblo Paraguayo. Incluso se habrían registrado movimientos de familiares de presuntos integrantes de esa guerrilla hacia Misiones.
Daniel Wu declaró durante horas ante autoridades de la Justicia Federal. Dijo que lo secuestraron ayer por la madrugada luego de que abandonara un casino de la capital provincial. En la casa de juego, de acuerdo con lo que detalló, conoció a una mujer. Con ella, el oriental decidió dirigirse a bordo de su camioneta Suzuki Vitara verde hacia el Acceso Oeste, con la intención de un encuentro íntimo. Sin embargo, en cercanías del puente sobre la avenida Chacabuco, apareció una banda de cuatro integrantes y lo tomó de rehén.
El comerciante dijo que de inmediato comprendió que la mujer había actuado en connivencia con la gavilla. Aseguró que los malvivientes tenían acento paraguayo y que le colocaron cintas en las manos y en la boca. Declaró que no sabe qué cómo fue el itinerario, pero que lo encerraron en una de las habitaciones de una casa, luego de pedirle el número de teléfono de su padre. Más de doce horas después se supo que era una vivienda de la manzana 38 del barrio San Isidro, en el Sur de la capital misionera.


Wu asegura no haber visto armas en poder de la banda. Apuntó que en determinado momento, cuando notó que no había ruidos en la residencia, pudo liberar sus manos y escapar por una ventana. Luego saltó un muro tras improvisar una escalera con unos cajones de madera. Una vez afuera, empezó a deambular por el vecindario, hasta que por la ruta provincial 213 lo encontró la Policía.
El propio comerciante indicó a los uniformados dónde había estado. Entonces se produjo el allanamiento en el inmueble. El ministro Pérez dijo que lo que encontraron en la residencia no tiene relación con el equipamiento de una organización dedicada a los secuestros únicamente. Había armas de guerra, cajas de granadas, uniformes del Ejército argentino y equipo de supervivencia en el monte para equipar a unos 30 hombres, con carpas de campaña, bolsas de dormir y carpas de campaña.
La sospecha más firme es que el grupo tendría vinculación con el Ejército del Pueblo Paraguayo y que consiguió el dato de que a la familia Wu podía sacarle una importante suma de dinero, tal vez para financiar algún tipo de operación guerrillera.
Los secuestradores sabían de la afición del comerciante por el casino y le tendieron la trampa con la mujer, que aún no está identificada. Conocían bien sus movimientos y lograron capturarlo con facilidad.
Wu no presenta lesiones, apenas marcas de las cintas en muñecas y boca. Recordó que recibió algunos golpes en la espalda nada más. Y detalló que sólo le dieron agua durante el cautiverio.
En cuanto a los arrestos, Pérez confirmó que hay un solo sospechoso entre rejas. Se trata de un ciudadano chino de 31 años, llamado Lin Shi Shua, al que capturaron en Oberá. Esta persona fue vista por la Policía en la zona de San Isidro y huyó cuando los uniformados quisieron acercarse. Conducía un auto de alta gama (Audi Q5, chapa INT-700) y luego de evadir distintos controles, lo interceptaron en la Capital del Monte. Ahora se trata de establecer si conocía a los Wu y tuvo algo que ver con el secuestro.
Con la descripción que aportó Daniel la Policía trabaja en la búsqueda de los captores, con la colaboración de otras fuerzas.

¿Qué es el EPP?

El Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) es un grupo armado con presencia en los departamentos más pobres del norte de Paraguay, que lleva ya una larga lista de secuestros de empresarios y estancieros, y que reivindica el carácter político de sus acciones, aunque el gobierno suele señalarlo como una simple organización delictiva con fines económicos.
Definido como marxista-leninista en alguno de sus primeros documentos, el EPP se dio a conocer como tal en 2008 con un reclamo de reforma agraria y asistencia para los sectores campesinos, de donde se supone que proviene la mayoría de sus escasos militantes.
En rigor, varios medios consideran que el grupo, que registra origen en el Partido Patria Libre, ya tenía actuación a fines de los ’90, y que en 2005 dio su golpe más resonante con el secuestro y el asesinato de Cecilia Cubas, hija del ex presidente Raúl Cubas.
El Ejecutivo paraguayo armó una Fuerza de Tareas Conjuntas (FTC) -policías y Ejército- únicamente para combatir a la organización, que parece ganar algunas simpatías en zonas en las que el Estado está ausente. Se le atribuyen unas 50 muertes.
El grupo sufrió en 2014 la separación de una parte de la estructura, que se presentó luego como Asociación Campesina Armada (ACA), pero la muerte de los que se suponían sus líderes desdibujó el accionar de esta organización.
En la actualidad, el EPP mantiene secuestrados a un policía, Edelio Morínigo, y a dos colonos menonitas, Abraham Fehr y Franz Wiebe, a quienes el gobierno considera con vida. Por el suboficial, retenido desde hace más de dos años, el EPP pidió la liberación de algunos de sus líderes detenidos.
Fehr está cautivo desde hace más de un año, y Wiebe fue secuestrado el mes pasado, y el mismo día la guerrilla exigió el pago de 700.000 dólares, una cantidad que la familia aseguró que no está en condiciones de reunir.
Aun cuando dio algunos golpes a través de atentados y ataques, la organización hizo del secuestro una vía de recaudación clave, al punto que las fuerzas de seguridad estiman que lleva reunidos no menos de cinco millones de dólares.

El rescate que no fue

Este jueves, la Fiscalía Federal de 1ra. Instancia de Posadas con Competencia Penal, a cargo de Diego Guillermo Stehr, difundió un comunicado sobre lo actuado hasta el momento. Allí, entre otras cosas detallaron cómo empezó el caso: “Estos autos se inician como consecuencia de la ‘notitia criminis’ presentada ante esta Fiscalía por parte de la Policía de la Provincia de Misiones, en la cual ponen de manifiesto que en horas de las madrugada del día 17/08 siendo aproximadamente la 01:00, el ciudadano Antonio Wu recibió llamados telefónicos a su teléfono celular y a su teléfono fijo en los cuales una persona de sexo masculino le comunicaba que tenía secuestrado a su hijo Daniel WU de 25 años de edad y que pedía un rescate de 500.000 dólares por él, amenazando con quitarle la vida.
Tres horas después volvieron a comunicarse telefónicamente solicitando la suma de 250.000 dólares para liberar a Daniel Wu, bajando la suma luego a 200.000 pesos. En dicha comunicación le fue comunicado que dicha suma debía ser dejada en cercanías de la zona del hipódromo de la ciudad de Posadas y cuando el mismo se dirigió hacia allí, por indicaciones de los presuntos captores, dejó un bolso con una suma no determinada de dinero sobre la ruta nacional 12 frente a la entrada de un templo Laosiano. Luego de ello aguardó un tiempo prudencial de treinta minutos y cuando volvió a pasar frente al lugar notó que dicho bolso todavía se encontraba en el lugar, por lo que resolvió volverlo a llevar consigo, sin que desde ese momento se produjera otra comunicación con el padre (Antonio Wu); aunque si se comunicaron con un amigo de la familia llamado Pin Li”.


Marcelo Pérez, ministro de Gobierno (Radio Libertad)

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