La doctora Barrionuevo señaló que los Defensores muchas veces actúan, además de asistir a las víctimas, desde el lado de los niños, y sucede que «nos quedamos sin defensor que pueda atender a la situación compleja de la mujer. Se necesita un cuerpo de abogados como propone la Ley de Violencia Familiar, con una mirada especifica, con perspectiva de género, sería quizás una manera de ampliar este servicio de Justicia que es la primera instancia a la que accede la mujer cuando tiene un “round” de violencia concreta», dijo.
La Defensora Oficial reflexionó que desde el Poder Judicial siempre actúan posteriormente al hecho, no de manera es preventiva. Y una vez que interviene el Poder Judicial, puede haber una prevención secundaria; «pero si se toman las medidas, si se hace el seguimiento del cumplimiento de estas medidas, podemos evitar malos mayores. Entonces, independientemente de la labor concreta de la intervención judicial, el después de las medidas también es importante, y en este seguimiento también es necesario que exista un cuerpo especial de abogados que pueda acompañar a la víctima y a su grupo familiar hasta la última instancia. Es decir, desactivar la bomba, que es lo que hacemos con las medidas cautelares y continuar el después».
En cuanto al proceso en sí, la Defensora Barrionuevo afirmó que quizás sea un poco complejo para los que no manejan la parte judicial. «Creemos que debemos incorporar la perspectiva de género en el proceso. Es decir, en el proceso se aplica las mismas normas a todos, pensando que las partes tienen abogados, y listo. Cuando en realidad las partes no son iguales.
Y agregó que una vez que se desató el conflicto, se excluye al violento, «pero la señora, la madre queda sin sustento económico, muchas veces sin su hogar, porque se tiene que ir ella, porque la casa era de la suegra, por ejemplo, entonces debe irse ya que ni siquiera tiene una vivienda propia. Esta visión de género hay que tener en cuenta a la hora de ver cuál es la posición en la que queda la víctima de violencia, y que aún con las medidas cautelares no logra desactivar esa violencia y sigue quedando desprotegida».Poner en práctica el Fuero especifico de Violencia Familiar
La doctora Griselda Barrionuevo también cuestionó que para cada trámite posterior, se le sigue pidiendo a la mujer determinados requisitos: que se traslade a tal lugar, que busque la partida de nacimiento del hijo en la chacra 32-33, que vaya al hospital y haga sellar la libreta sanitaria, etc.
Recomendó que a veces hay que invertir la carga de la prueba cuando hay indicios de que los sucesos son como se están detallando, y hacer hincapié en la puesta en práctica urgente del Fuero especifico de Violencia Familiar que será quien esté al mando de todo esto. Quizás también salga de este Foro la idea de focalizar el tratamiento de la cuestión a partir de la necesidades propias de la violencia familiar. También necesitamos, que una vez adoptadas las medidas, haya un seguimiento, para facilitar el cumplimiento de estas medidas y no dejar a la mujer sola, y que después todo dependa de ella».
Protección y atención integral para las víctimas
Barrionuevo también se refirió al Plan que lanzó el Gobierno Nacional. «Me parece muy bien que el botón de pánico ya no lo lleve la mujer, sino que sea el hombre quien tenga el dispositivo. Con eso ya estamos sacando la necesidad de que sea siempre la mujer la que se autoprotege y comenzamos a poner el foco en el hombre. De la misma manera, cuando a la mujer le solicitamos que tenga atención psicológica, que lleve los hijos, etc., a veces también estamos poniendo nuevamente una traba, cuando es el Poder Judicial o quizás los Ministerios de Salud o de Desarrollo Social, el que debe ir a la casa de la señora y ayudarla, contenerla y no hacerla viajar en colectivo de acá para allá».
También se necesita que la protección estatal, posterior a las medidas de violencia, contemple programas de vivienda, bolsas de trabajo, pensiones especiales temporales, mientras se tramitan los alimentos, atención medico-psicológica integral, educación, la terminalidad de la educación formal. «Hay muchas mujeres que dejaron la escuela para dedicarse a sus hijos y se encuentran un buen día sin trabajo, sin plata, sin instrucción, sin nada».
Estas personas deben tener esa asistencia; pero con la perspectiva de género, «ya no decirle que venga cuando quiera, sino ir a buscarla, incentivarla, ayudarla, devolverle la autoconfianza a la mujer. También, talleres de capacitación, todas cosas que están hoy en práctica; pero que son como muy atómicas y circunscriptas a determinados lugares donde no hay una coordinación general. Además, es interesante que los Ministerios que manejen estos planes, brinden respuestas rápidas, y que los funcionarios que están a cargo, tengan algún tipo de sanción por incumplimiento, que cuando se les da la orden, la tienen que cumplir y no demorar la situación».