El deporte es una escuela de vida que nos hace mejores personas. Desde el inicio en el club de barrio hasta el alto rendimiento los que practicamos algún deporte hemos aprendido valores como el esfuerzo, la amistad y el respeto. Hoy, estos valores no solo son importantes para los jóvenes en etapa formativa sino que, además, son fundamentales para volver a unirnos como sociedad.
El deporte también es un buen guía para mejorar nuestra calidad de vida. Hoy el 60 por ciento de los chicos de entre 5 y 17 años no realiza la actividad física mínima recomendada y el 42 por ciento tiene hábitos sedentarios.
Nuestro desafío es que al terminar los Juegos de Río 2016 no sólo se celebren las victorias obtenidas por nuestra delegación olímpica, sino que, además, más gente haga deporte.
Es innegable que nuestros representantes de alto rendimiento son muy importantes porque, entre otras cosas, son una fuente de inspiración para que más jóvenes se sumen a la actividad física y hagan crecer la base de la pirámide del deporte. Sin embargo, en la Argentina abundan los casos de figuras individuales o equipos que alcanzaron el éxito internacional y que luego no supimos capitalizar.
Por esta razón, en esta primera etapa en la Secretaría de Deporte, Educación Física y Recreación, además de poner mucho esfuerzo en remodelar el CENARD y crear la Comisión Nacional Antidopaje, trabajamos más cerca del Comité Olímpico Argentino, el Comité Paralímpico Argentino, el ENARD, las federaciones y las provincias para que la Argentina tenga más deportistas compitiendo en el mundo. De esta manera más chicos se inspirarán en ellos, querrán imitarlos y tendremos más gente haciendo deporte.
Los atletas del 2028 ya están en la escuela primaria. Por eso tenemos que pensar que esto no es una carrera de 100 metros, sino una posta en la que cada uno de los argentinos tenemos que hacer bien nuestro trabajo para ayudar al que tenemos al lado y demostrar lo que somos capaces de hacer.
Para ellos ya iniciamos el trabajo de las 1.600 Escuelas de Iniciación Deportiva gratuitas en todo el país para fortalecer el deporte de base y la Extensión de Jornada, que busca aumentar la cantidad de horas de educación física en las escuelas. Además, con el Programa Clubes Argentinos apoyamos a las instituciones que hacen que los chicos no pasen su tiempo libre rodeados por los peligros de la calle. Con la intención de federalizar el deporte apoyamos a todos los clubes del país para que se inscriban en el Registro Nacional de Clubes.
Gracias a los Juegos Olímpicos en estos días el deporte está en el centro de atención de los medios de comunicación, que lamentablemente muchas veces sólo hacen foco en la cantidad de medallas conseguidas. No es mi intención poner en duda la importancia de ese indicador. Sin embargo, a la hora de analizar qué le pasa al deporte argentino (que no son únicamente los deportistas argentinos de alto rendimiento) creo que es el momento de pensar en la totalidad de la pirámide y no solo en la élite que ocupa la parte superior de la misma.
Con Río 2016, los Juegos Olímpicos llegaron por primera vez a nuestra región. Es la escala previa al gran desafío en el que tendremos el orgullo y la responsabilidad de ser anfitriones: los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.
Ese será el primer paso en un camino de grandes planes para seguir creciendo y mejorando infraestructura, que nos permiten soñar con la organización del Mundial de rugby 2027, el de fútbol 2030 (junto a Uruguay) y, por qué no, también con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Buenos Aires 2028.
