«Con los residuos electrónicos todos están de acuerdo en que es un problema y también, en que nadie quiere pagar»

Jorge Daniel Stankovsky es uno de los expertos que disertó en el 1er Seminario de Gestión, Valorización y Desafíos para los Residuos Electrónicos que se desarrolló esta mañana en el auditorio de la Estación Vía Cultural.

Stankovsky es uno de los fundadores de la firma Scrap y Rezagos SRL, una empresa que es de las pocas del país que se dedica a tratar los residuos electrónicos, buscando reciclar, revender o reutilizar mucho material de descarte sobre todo del ámbito corporativo.

«Con el tema de la basura electrónica, todos están de acuerdo en dos cosas, todos coinciden en que es un problema y nadie quiere pagar», dijo Stankovsky.

«Somos una empresa que trabajamos todo este tiempo en el tema desde el año 2007 estoy dando charlas sobre el tema, voy a contar cosas positivas y algunos fracasos que son útiles también», señaló el experto.

Entre los fracasos, uno de los que más destacó fue el de la llamada Ley Filmus, un proyecto para crear una agencia que tratara los residuos electrónicos que nunca llegó a pasar por el filtro de la Comisión de Presupuesto, presidida entonces por Daniel Feletti.

Stankovsky reseñó durante su exposición que muchas veces, las ONGs o incluso las autoridades, como municipios, juntan basura electrónica pero después no saben qué  hacer, en parte porque «estas cosas no son económicamente viables. Hay que pensar esto antes de hacer una acción».

«Tenemos material para donar, bárbaro, pero las baterías son residuos peligrosos por ley, nadie quiere gastar en residuos, ni las empresas ni nadie», dijo Stankovsky, que está acostumbrado a negociar permanentemente con empresas, organismos, para el retiro de basura electrónica. «A veces nos pagan, a veces pagamos nosotros, porque tenemos algo que tiene valor de reventa, como en todos los órdenes de la vida es una negociación permanente», señaló.

«El perfil nuestro es la reutilización, como primera medida, nos convertimos en exportadores de placas electrónicas por necesidad, si hubiera habido un mercado no lo hubiéramos hecho, porque es mucho trabajo», explicó.

Residuos peligrosos

Otro punto que abordó el especialista es el de los peligros que encierra manipular la basura electrónica.

«Acá aparecen otros problemas el tubo de rayos catódicos, tiene cobre, alumio y plástico. El tubo por suerte ya no se fabrica más, es una asignatura que nunca ase pudo resolver, escuche que en San Francisco lo habían resuelto, viajé allá pero no lo resolvieron, lo sacaron de su jurisdicción, intentaron hacer asfalto, igual lixidiaba (se pasaba a las napas previo contacto con el agua) con el tiempo, terminó todo en Mexicali, que es en el Norte de México donde están las maquilas que fabrican para los Estados Unidos».

«El cable es otro tema interesante, adentro tiene cobre, hay una ecuación económica, fotos donde aparece la gente quemando cable, eso ocurre en todos lados, se podría hacer un trabajo correcto pero implica una mancomunión de intereses y además requiere masa crítica», explicó.

El experto también habló de la importancia de reutilizar y recuperar algunos componentes «dentro de la economía social», como las partes de computadoras personales.

«Algunos tipos de cosas pueden ser útiles, como las lámparas block light, con las que se pueden hacer millones de cosas, el que desarma un servidor, tienen fuentes para hacer cargas de baterías, el cartón se lo donamos a una cooperativa que hace esto. No generan dinero pero es bueno para pensarlo», señaló.

«Los motores de impresora se reciclan, hay cosas de robótica que se pueden hacer y por supuesto siempre hay gente que hace arte. con los coolers (ventiladores), imanes de un disco rígido también se pueden hacer muchas cosas», dijo.

Stankovsky señaló que «los municipios me escriben desesperados preguntando qué hacemos con los residuos electrónicos».

«La dificultad es el financiamiento, es difícil pensar esto, el tema de la masa crítica, todas estas dificultades tienen que ver con el escaso valor de los materiales, con excepción de placas y celulares. Hace seis u ocho años le vendíamos el plástico en dos pesos el kilo, hoy el valor es cero, a lo sumo se lo llevan gratis. Tiene que ver con el valor de los commodties (que cayó, en especial el precio del petróleo), es difícil sostener una actividad sustentable, las placas electrónicas y celulares si mantienen su valor. La chapa me la pagaban 0,70 hace un año y hoy es 0,60 centavos, computando la inflación, es muy difícil», dijo.

Responsabilidad compartida

A la hora de hablar de cómo encarar el problema y las posibles soluciones, Stankovsky se refirió al concepto de «asumir nuestra responsabilidad. Me refiero al concepto de responsabilidad compartida, no solo del productor. Un país como el nuestro que es el octavo país en territorio del mundo, este tema va a ir a un gasto, porque las empresas lo van a pasar a sus precios, por eso va a ser mejor si lo tomamos con el concepto de responsabilidad compartida».

 

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