11 de agosto Día del Nutricionista: “El desafío es cambiar los hábitos alimenticios”

Desde el Ministerio de Salud Pública se hace extensivo el saludo a todas/ os los nutricionistas,  por su aporte en su labor diaria en cada uno de los hospitales y centros de atención primaria, con el fin de mejorar a través de alimentación la calidad de vida de todos los misioneros.

 

Jennifer Zimmermann ejerce su profesión de nutricionista dentro del ámbito público de salud, en la Dirección de Salud Indígena donde enseña a mejorar la alimentación en las aldeas de la comunidad Mbya Guaraní de Misiones.

Jenni como la llaman sus amigos reside en Argentina desde los 6 años de edad, es de  nacionalidad Suiza y “me criaron felizmente en una colonia Suiza de Ruiz de Montoya. Hice la licenciatura en la Facultad de Isalud, que se dictaba en la sede del Dachary”,  comentó la profesional.

“Honestamente elegí ser nutricionista sin saber que me esperaba, elegí la carrera porque no tenía matemáticas como asignatura. La carrera no tardó mucho en «engatuzarme». Día a día comprendía la lógica del hecho de sentirse bien con el acto de alimentarse, seleccionar, preparar e ingerir los alimentos adecuados que evitan enfermedades. Entendí una realidad… no hay mayor amor, que el amor por los alimentos… y si es de mamá… ¡mucho mejor!. También entendí que el trabajo sería difícil, sería meterme directamente a la cocina de mamá e intentar cambiar hábitos. Me recibí en diciembre de 2013 y mi trabajo final fue sobre la relación de la cultura alimentaria Mbya y su estado nutricional.  dicho trabajo me abrió puertas al trabajo comunitario que actualmente practico en la población Mbya”.

“A  mediados de2014 recibí mi titulo e inmediatamente presente mi proyecto al Ministerio de Salud Pública, a la Dirección de Salud Indígena donde fui becada a través del Programa Nacional de Mediaos Comunitarios  e inmediatamente comencé a trabajar en las aldeas aborígenes”, contó  Zimmermann.

“Nada es bueno o malo, las cosas solo son diferentes”

La cultura Mbya “ me ha hecho comprender que nada es bueno o malo, las cosas solo son diferentes y como tales debemos respetarlas y aceptarlas como son. Misiones aloja muchas culturas y la Mbya es una más. Aprendo de este trabajo que el camino es largo y difícil, la barrera cultural es alta, pero crecí en un pueblo donde me enseñaron a trepar árboles, así que no será imposible. Vamos por las comunidades ofreciéndole herramientas para mejorar las preparaciones de los niños, hacemos talleres de alimentacion, incentivamos al cultivo como para hacerle frente a la crisis económica”, explicó la nutricionista.

La profesional, comento además, que  para ella no hay diferencia a la hora de trabajar “con el Yuruá (blanco en Guaraní) o con el Mbya, ambas son culturas y como tales tienen sus resistencias y como nutricionista busco mejorar hábitos, y eso es lo difícil. Si comen reviro, bien, pero que sea el mejor reviro, y si comen marinera.. que sea la mejor”.

En su tiempo libre Jennifer  se dedica a su consultorio privado “donde pongo en practica de manera más especifica e individual la generación de un estilo de vida saludable. Actualmente estoy estudiando para ser coach ontológico y lo mismo me abre muchas puertas a la hora de empoderar y guiar a mis pacientes hacia el éxito”.

“Cambiar hábitos alimentarios”

La alimentación pasa por algo más que una simple dieta o plan alimentario al que acudimos antes del verano, la alimentación involucra factores muchos más profundos, más amplios, más humanos, más puros y personales, propios de cada familia. “Es un valor que lamentablemente se esta perdiendo, el comensalismo en los hogares por el estrés diario, ya no está, las niñas ya no visitan un sábado por la mañana a su abuela para aprender a hacer sus galletas favoritas, el padre de familia no despierta a la familia el domingo para que los hijos colaboren con el fuego del asado… y muchas costumbres más. Costumbres que determinan una identidad familiar de la cual debemos estar orgullosos. Meterme con la alimentación de las personas es un desafió que enfrentamos como nutricionistas a diario, por lo difícil que es cambiar hábitos alimentarios, por lo cautelosos que debemos ser para no faltar el respeto de las abuelas por querer modificar una fritura por un horneado. Por tratar que el señor, elija carne magra para ese asadito y evite el choricito… trabajamos con el desafío cotidiano donde tratamos de recuperar las costumbres culinarias, hacerlas más saludables, fomentar al comensalismo que es atacado por el estrés y también el terror al aumento de los precios de las verduras que tanto pedimos que se consuman”.

 

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