La joven de 25 años se impuso en la final de la categoría hasta 52 kilogramos por un yuko a la italiana Odette Giuffrida y se alzó así con el oro. Las medallas de bronce quedaron en manos de la rusa Natalia Kuziotina y la japonesa Misato Nakamura.
«Estoy muy feliz. Para ser honesta, vine aquí en busca de la medalla de oro, pero ganarla es una locura. Estoy muy feliz por mí, por mi entrenador y por mi país», afirmó Kelmendi, según reproduce DPA.
«Esta es la primera vez que Kosovo toma parte de los Juegos Olímpicos, y ganar el primer oro es algo enorme», añadió la campeona europea y mundial en 2013 y 2014, que consideró que su logro servirá mucho para un país castigado por la guerra.
«Esto significa mucho. Mucha gente, especialmente los niños de Kosovo me tomarán como una heroína. Yo sólo les demostré que, incluso después de haber sobrevivido a una guerra, si quieren algo, lo pueden lograr. Si quieren ser campeones olímpicos, lo pueden conseguir. Aunque vengamos de un país pequeño y pobre», indicó Kelmendi.
La judoca fue la abanderada de su país en la ceremonia de apertura de los Juegos el viernes. Ocho años después de su independencia, los de Río son los primeros Juegos Olímpicos del pequeño país balcánico.
El éxito de Kelmendi no debe haber caído bien al Gobierno serbio, que hoy pidió a sus atletas que boicoteen a los deportistas de la vecina Kosovo.
Incluso en el caso de una ceremonia de entrega de medallas, los serbios fueron instados a abandonar el podio bajo protesta, dijo el ministro de Deportes, Vanja Udovicic, a medios en Belgrado.
«No podemos escuchar el himno ni ver la bandera nacional», justificó el ministro este consejo poco habitual, porque de esa manera automáticamente se estaría reconociendo la soberanía de la ex provincia serbia.
Ante esa situación, el portavoz del COI, Mark Adams, dijo que no podía hacer comentarios porque no estaba al tanto de las declaraciones de Udovicic.
