Los policías aseguraron que las monjas negaban que hubiera entrado alguien

Tres de los efectivos que arrestaron al ex secretario de Obras Públicas, José López, declararon ante la Justicia que en el convento de General Rodríguez tardaron más de media hora en dejarlos entrar.
Hasta pasado el mediodía habían declarado los tres policías que aparecieron en el video difundido esta semana en el que se ve la llegada de la policía al monasterio mientras que los otros tres que participaron del operativo continuaban declarando ante el juez federal Daniel Rafecas y el fiscal Federico Delgado.
Los tres agentes de la policía bonaerense relataron que las monjas, que este miércoles fueron imputadas por el fiscal, tardaron entre «40 minutos y una hora» en dejarlos entrar, según relataron fuentes judiciales.
Los policías relataron que tras recibir la alerta al 911, llegaron al convento de General Rodríguez a las 3.50 del 14 de junio, donde una hora más tarde detuvieron al ex funcionario con un 9 millones de dólares repartidos en bolsos y un arma de guerra.
Las fuentes judiciales indicaron que durante su declaración testimonial, uno de los policías contó que tras llegar al convento mantuvieron un diálogo a través del portero eléctrico con alguien que se encontraba en el interior y dijo que allí no había entrado nadie.
También relataron que otro de los uniformados relató que la madre Inés respondió que no conocía a López y la madre Alba -de 95 años- que no se acordaba el nombre cuando, les preguntaron si conocían al ex funcionario que había llegado allí hace instantes.
Cuando al fin lograron entrar al convento, los policías -según su propio relato- atravesaron los 100 metros que separan al portón de entrada de la casa principal y detectaron que había un hombre comiendo bizcochos.
Antes de ingresar a al casa, vieron vieron el arma con el que el hombre había llegado y fue allí que decidieron detenerlo, cuando aún no sabían que se trataba de un ex funcionario y que había entrado con 9 millones de dólares.
Los policías que ya declararon fueron Fernando Sei, Alejandra González y Pablo Ramón, que contaron que en el llamado al 911 alguien había advertido de la presencia de un hombre trepado al portón del convento.