Demandó a sus jefes por acoso laboral, pero luego se conoció la verdad

Un empleado de seguridad reclamó una suma de 150 mil pesos en efectivo, pero la Justicia comprobó que había robado vino y lo bebía en el trabajo. Sucedió en Mendoza.

Un hombre que intentó cobrar una indemnización laboral por parte de una empresa de seguridad al asegurar que había sufrido acoso laboral terminó sufriendo un revés judicial ya que la Justicia comprobó que robaba alcohol y tomaba en horas de trabajo.

El hombre –se reserva su identidad- inició la demanda laboral contra la sociedad anónima y la aseguradora de riesgos del trabajo (ART) solicitando una suma superior a los 150 mil pesos en efectivo.

El demandante trabajaba como agente de vigilancia en la empresa desde enero de 2005, cumpliendo funciones ocho horas diarias de lunes a domingo. El lugar de trabajo era en la bodega Norton, específicamente en el control vehicular.

Según argumentó, cumplía sus labores a pleno rayo del sol en verano y en un garita sin calefacción en invierno, además de realizar rondines de vigilancia en un descampando sin siquiera una linterna.

En su demanda el trabajador detalló que en septiembre de 2010 comenzó con problemas nerviosos por un cuadro depresivo de maltrato laboral, lo que llevó a que fuera sometido a una operación del corazón. Tras la cirugía, volvió a sus labores aunque en barrios privados.

Por supuestos malos tratos de sus supervisores sufrió una nueva crisis depresiva. Siguiendo la línea de la presentación judicial, comenzaron una serie de trámites con la ART hasta que en 2010 determinaron que su enfermedad no era culpa del trabajo. En marzo de 2011 el trabajador dejó de recibir su sueldo, según afirmó.

Desde la empresa de seguridad contestaron la demanda y plantearon una versión totalmente distinta. Explicaron que en septiembre de 2010 le encontraron un bidón con 5 litros de vino al empleado en su puesto de trabajo, por lo que suspendido por 20 días, y que su operación de corazón se debió al alcoholismo más el consumo de tabaco.

Además aportaron los resultados de un control médico laboral donde evidenciaban que el hombre padecía adicción al alcohol, lo que es una patología inculpable al trabajo. Tras las licencias médicas, en agosto de 2011 le dan un alta parcial para recuperar sus tareas sólo por 4 horas, lo que la empresa rechazó y el actor se consideró despedido.

El litigio fue resuelto por la Cuarta Cámara del Trabajo que no accedió al reclamo indemnizatorio que solicitó el trabajador. Para ello tuvo en cuenta el peritaje psicológico que afirmó que el hombre padece «alcoholismo crónico del tipo delta, es decir, con dependencia física por lo que su consumo es diario», con un comienzo de la enfermedad hace 30 años. «Dicha incapacidad es transitoria, ya que su sintomatología es funcional, destacando que si se somete a un tratamiento podría reingresar al mundo laboral», establecieron los profesionales.

Por otro lado, varios testigos que eran compañeros del hombre no aportaron la versión sobre el acoso laboral y sí reforzaron la hipótesis sobre el alcoholismo que sufre el empleado.

Estos elementos hicieron que el juez Fernando Nicolau rechace la demanda que impulsó el trabajador, quien ahora además deberá cubrir las costas del proceso judicial.

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