El cambio rotundo en la vida de la familia del inspector que murió al ser atropellado por Rocío Santa Cruz

El siniestro ocurrió el pasado 31 de enero, cuando la ex miss Argentina y abogada Rocío Santa Cruz, atropelló, mató  y dejó abandonado al inspector de tránsito municipal Ramón “Topo” Cabrera cuando él volvía de trabajar y ella de una despedida. El hombre era el sostén familiar, sus hijos estudiaban y practicaban deportes. Hoy viven otra realidad. Con el dolor de perder a su padre, debieron dejar sus sueños de lado y salir a hacerle frente a la vida y a esa pérdida que ni un juicio justo podrá enmendarlo.

Irene Pares. Radio Libertad

Ayer se dio a conocer que la Fiscalía pidió que Rocío Santa Cruz vaya a juicio por “homicidio culposo”.  Irene Pares es la viuda de Ramón, manifestó que pese que no entiende mucho, los cometarios son que le darían solamente tres años y a su vez podría evitar la cárcel. “Si es así es muy injusto”, expresó la mujer.

A cinco meses de aquel fatal día, principalmente para la familia de Cabrera, Irene contó los detalles de cómo viven ella y sus tres hijos, donde los dos más grandes (17 y 19 años) debieron dejar de lado el fútbol y el taekwondo. “Es muy triste, es muy fea nuestra vida, es triste para nosotros, para los hijos que estudiaban y practicaban deportes y ahora desde que su papá falleció están trabajando. Ya no es lo mismo sin el papá en la casa”, expresó.

Pese a que siente que hoy están “saliendo a flote”,  asegura que es muy triste y lo fue el tener que pasar el primer día del padre sin Ramón y ahora se viene su cumpleaños.

La organización familiar era una, hasta que la tragedia llegara a su familia, cuando la joven abogada, quien salía de una despedida y el test de alcoholemia le dio 1,45, chocó la motocicleta conducida por Ramón Cabrera desde atrás y lo dejó tirado en la cinta asfáltica. Ramón era el jefe de familia y el guía. Su lema era que sus hijos estudien y cumplan sus sueños, y él era el sostén. Hoy, todo cambió. Esos sueños también ansiados por el padre, debieron ser dejados de lado. La prioridad ahora es subsistir.

“Este mes él –Cabrera- cumple años. Es todo muy triste”, sigue lamentándose Irene, para quien el dolor sigue latente como ese 31 de enero.

Recordó que como padre él era excepcional. “Fabián (19) jugaba para Mitre y Lucas (17) era taekwondista, ahora solo el más chico sigue jugando al fútbol en Guaraní. Así que el domingo fuimos todos a acompañarlo”, contó.

La viuda aseguró que “para los más grandes se terminó todo lo que es deporte”. Ahora estos jóvenes deben estudiar y trabajar.

Al recordar ese día fatal, Irene, asegura que lo más grave para ella es la actitud de haber dejado a su esposo tirado. “Siempre dije, si ella –Rocío Santa Cruz- se quedaba con él a darle una mano, nosotros como familia íbamos a estar más tranquilos. Nuestro dolor es ese, ella le chocó de atrás y le dejó abandonado y según testigos, el agonizó”, recordó con la voz entrecortada.

“Es muy difícil para mí hacerle entender a mis hijos estas cosas. Pido a todos que le hablen, que me ayuden a contenerlos”, contó.

Finalmente, dijo que espera el juicio, “al menos para sentir algo de alivio”.

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