Además, el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, también del Frente Renovador, destacó que con la inflación de mayo «la Argentina se mantiene en el tercer lugar en el mundo, detrás de Sudán y Ucrania, que están con guerra civil, y Venezuela, lo que refleja los problemas de poder adquisitivo de la gente, y afecta las decisiones de inversiones de las empresas, por eso vemos que el Gobierno se está preocupando de esto, y va a complicar el objetivo de 25% para todo el año con medidas que conducirán a mayores aumentos en los próximos meses».

Y agregó: «Con las medidas que está tomando el Gobierno, en materia de política fiscal y monetaria, es improbable que la tasa de inflación baje del 2% a 2,5% por mes que registra la inflación sin los aumentos de tarifas».

Lo cierto es que «la normalización de la economía», como dicen los ministros del Gobierno, que comenzó con el levantamiento del cepo cambiario, la eliminación de gran parte de las retenciones a las exportaciones, el pago de la deuda a los holdouts y el regreso al mercado internacional de deuda, el índice general de precios al consumidor saltó a niveles que no se veían desde fines de los 80, principios de lo 90.

Sin embargo, la «judicialización de los ajustes tarifarios», provocará en junio una nueva desaceleración de la suba del índice general de precios al consumidor, en particular en el área del Gran Buenos Aires, y en los extremos norte y sur del país.

Cabe destacar que por un par de puntos porcentuales, la Inflación Congreso de los últimos doce meses superó incluso el pico que había alcanzado en 2014, tras la devaluación sin plan que había dispuesto el anterior ministro de Economía, y ahora diputado nacional, Axel Kicillof.