«Cuando encuentren mi cuerpo, por favor avisen a mi esposo»: el trágico final de la mujer perdida en los Apalaches

La caminata de Geraldine Largay debía durar tres días, pero se convirtió en un periplo fatal de 26.

«Cuando encuentren mi cuerpo, por favor avisen a mi esposo George y a mi hija Kerry. Será una gentileza de su parte informarles a ellos que estoy muerta y dónde me encontraron, no importa cuántos años pasen».

La mujer de 66 años se extravió en aquella cordillera estadounidense (este) en un viaje de campamento en julio de 2013 y su cuerpo fue hallado dos años después.

El archivo incluye los mensajes de texto que la enfermera jubilada intentó enviar sin éxito a su marido y algunas de las anotaciones que dejó en su diario personal.

«Estoy en problemas»

Desde ese momento perdió todo contacto con cualquier otro ser humano y jamás volvió a encontrar el sendero.

Desesperada, trató de encontrar un punto donde la señal de su teléfono móvil le permitiera pedir auxilio a su esposo, quien la esperaba a la salida del bosque, apenas a unos kilómetros de distancia.

«Estoy perdida desde ayer. Me desvié tres o cuatro millas del sendero. Llamen a la policía por favor», es uno de los mensajes de texto que intentó enviar el 23 de julio de ese año.

Su marido denunció su extravío en los montes Apalaches dos días después y la policía de Maine inició su búsqueda casi de inmediato.

Sin embargo, no hubo éxito.

El sendero que atraviesa los montes Apalaches está señalizado, sin embargo Geraldine lo extravió por ir al baño..

Hambre

Los días que siguieron se ponían cada vez más difíciles.

Geraldine Largay apenas contaba con algunas provisiones, un botiquín básico, su carpa de campaña, un rosario, talco, hilo dental y un cepillo de dientes.

De poco sirvieron los cursos de campamento y caminatas que tomó en los años previos.

Tampoco las largas excursiones que realizó en las Grandes Montañas Humeantes, entre Tennessee y Carolina del Norte.

Totalmente desorientada y cada día con más hambre, la mujer apenas atinaba a registrar su lenta despedida de la vida en un cuaderno con tapa negra.

Sus esperanzas de ser encontrada se extinguían casi al mismo tiempo que sus provisiones.

Búsqueda

De acuerdo a la documentación hecha pública, el operativo de búsqueda de Largay fue uno de los más largos y costosos de la historia de Maine.

100 rescatistas con perros detectores de olor se desplegaron desde el 24 de julio.

Aviones y helicópteros también realizaron sobrevuelos, pero jamás encontraron el rastro.

El reporte del caso señala que en varias oportunidades los rescatistas estuvieron a menos de 90 metros -el largo de una cancha de fútbol- de encontrar a Largay.

Mientras tanto, Geraldine intentaba dar señales de su paradero encendiendo fogatas y extendiendo su frazada para que alguien la viera desde el aire.

Nada funcionó.

12 días después del extravío, los equipos de rescatistas redujeron la cantidad de operativos y el esposo de Largay abandonaba Maine y retornaba a casa con su hija.

«Todavía tengo esperanzas de que retorne con vida, pero debo ser realista», declaró un abatido George Largay en aquel momento.

«La incertidumbre es la parte más dura», diría después.

Lo que George Largay no sabía era que su esposa sí permanecía con vida hasta ese momento, aunque sus condiciones empeoraban cada vez más.

La última foto de Geraldine Largay con vida, tomada el 20 de julio de 2013.

La despedida

Con su celular ya sin batería, Geraldine Largay dejó sus últimos mensajes en su cuaderno.

«Por favor ten el corazón de enviar el contenido de esta bolsa a mi esposo», escribiría ya sin esperanzas el 11 de agosto.

La última nota la escribió el 18, el día en el que murió por inanición y exposición a la naturaleza.

Murió dentro de su carpa cuando ya nadie la buscaba.

Así terminó su particular vía crucis de 26 días.

Nadie vería sus desesperados mensajes de texto ni sus desesperanzadas anotaciones hasta el 11 de octubre de 2015, cuando un guardabosque encontró su cuerpo por casualidad.

Ahora hay una cruz blanca en el lugar donde fue encontrada.

En ella se lee un mensaje en inglés «I wish you were here» (Desearía que estuvieras aquí).

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