Stanley y el sexo en Abel Albino

Abel Albino es un médico pediatra mendocino, de 69 años, presidente de la ONG Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil) y asesor del partido gobernante PRO en materia de desnutrición infantil. Autor del libro Gobernar es poblar: ¿paternidad responsable o fornicación asistida? (publicado en 2010), pertenece al Opus Dei desde hace 35 años. Es padre de 5 hijas, todas de nombre María, enviudó en 1999 y volvió a contraer enlace en julio de 2015 con una señora chilena de 57 años, en la Parroquia del Inmaculado Corazón de María.

 

Hacia fines de abril, la ministra de Desarrollo Social de la Nación, la abogada Carolina Stanley, suscribió un convenio con Albino por medio del cual la ONG que preside recibirá un monto de 100 millones de pesos (alrededor de 7 millones de dólares) para la apertura de 30 nuevos centros de atención a la primera infancia y el fortalecimiento de otros ya existentes. La metodología de trabajo, como así también la capacitación de los profesionales actuantes, quedará a cargo exclusivo de la ONG, sin intervención del Estado. El médico ya había firmado otros convenios con el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, durante el mandato de Mauricio Macri.

 

El pensamiento retrógrado del médico Albino que, sin duda, se verá reflejado en la labor que despliegue en los centros de atención a la infancia, se evidencia ya desde el título de su libro y en sus diversas declaraciones públicas que generaron escozor y controversia en distintos sectores de la sociedad.

 

Así, por ejemplo, llegó a manifestar que “la homosexualidad es un problema”, que “la masturbación es una adicción y genera angustia”, que “el sexo es una maravilla que tenemos para contribuir a la obra de Dios, no para divertirse”. Se expresó, asimismo, en contra del uso de preservativos, afirmando que “no sirve para prevenir el sida”.

 

Aunque sin mencionar al pediatra Albino, en noviembre de 2015 la propia Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) salió a refutar los dichos de este médico que, en la actualidad, por intermedio del convenio suscripto con el ministerio nacional, tendrá a su cargo la orientación de las actividades que se lleven a cabo en sus centros de atención a la infancia, patrocinados por el Estado.

 

Respecto de la homosexualidad, la SAP señaló que “Desde 1990 la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud excluyó de la lista de enfermedades psiquiátricas a la homosexualidad y desde entonces se ha producido un lento pero continuo cambio en la visión de esta situación”. Agregando que “Un creciente cuerpo de literatura científica demuestra que a los niños que crecen con uno o dos padres gay y/o lesbianas, les fue tan bien en el funcionamiento emocional, cognitivo, social y sexual al igual que los niños cuyos padres son heterosexuales”.

 

En cuanto a los preservativos, la SAP destacó que “El uso de preservativos es el método más eficaz para prevenir el contagio del VIH-Sida y otras enfermedades de transmisión sexual, como lo demuestran múltiples estudios científicos nacionales e internacionales. Es por ello que este método está propuesto por innumerables entidades científicas, gubernamentales y organizaciones relacionadas con la salud para la protección”.

 

Albino se reafirma en que el sexo está para “procrear y educar” y de ello se desprende que la práctica sexual debería limitarse sólo a los fines de la procreación. Peculiar concepción que impediría tener relaciones sexuales, por ejemplo, a una pareja de 69 y 57 años, si no estuviera ya en capacidad de concebir, porque el sexo -según el pediatra Abel- “es una maravilla que tenemos para contribuir a la obra de Dios, no para divertirse”.

 

En su libro, Albino propone instruir causas penales para los médicos que reclaman ligadura de trompas a las mujeres y plantea que “la mujer debe esforzarse por ofrecer al hombre su virginidad tanto física como moral”. Y agrega, en otro tramo, que “En los sectores marginados, muy frecuentemente, el ejercicio de la sexualidad se desarrolla de modo promiscuo y animal”. También describe que “La desnutrición infantil es una enfermedad cultural propia de sitios en los que el acto sexual (…) se lo suele llevar a cabo compulsivamente, bajo los efectos de una vehemencia descontrolada e irracional que pretende la mera satisfacción de un placer instintivo por parte del varón”. Curiosa, por lo menos, resulta la forzada relación de este “especialista” entre desnutrición infantil y sexualidad.

 

En otras declaraciones, desplegó una hipótesis desopilante (sino fuera por lo trágico). Afirmó: “Veo a esas niñas con las uñas pintadas, con peinados de peluquería a los ocho años. ¿Saben por qué? Porque las violan de noche”. Resulta difícil evitar la tentación de relacionar este tipo de manifestaciones descabelladas, estigmatizantes y discriminatorias con las expresiones que vertiera el cómico Miguel del Sel, actual embajador argentino en la República de Panamá, cuando afirmó que “las adolescentes se embarazaban para poder cobrar la Asignación Universal por Hijo”.

 

No obstante, este profesional también despierta adhesiones y reconocimientos en los sectores conservadores de la sociedad, a punto tal que Héctor Aguer, el arzobispo de La Plata, propuso distinguirlo con el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Católica de dicha ciudad, lo cual se concretó en el mes de noviembre de 2015.

 

El gobierno del PRO-Cambiemos, presidido por el exitoso empresario neoliberal Mauricio Macri y su ministra Carolina Stanley, le transfirió 100 millones de pesos a la ONG de Albino, a este “filósofo” moderno de la sexualidad, y, lo que es verdaderamente más grave, le encomendó la orientación y el cuidado de nuestros niños y niñas.

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