Orion: «Este equipo tiene hombría y revierte los momentos difíciles»

El arquero de Boca, clave en la definición por penales para clasificar a semifinales, destacó la actitud y ya pensó en lo que viene: «Tenemos 40 días para recuperarnos y llegar de la mejor manera a la próxima ronda».

ustín Orion fue la figura excluyente de la clasificación de Boca a las semifinales de la Copa Libertadores. El arquero, que atajó tres remates consecutivos en la definición por penales, enfrentó los micrófonos luego del final, manifestó su felicidad y halagó a sus compañeros.

 «Estabámos a un gol de los penales y, con el empuje, sabíamos que ibamos a tener situaciones de gol. Este equipo tiene coraje, vértigo y hombría y así revierte los momemntos difíciles. Ahí sale el jugador de Boca», expresó el hombre que le dio al Xeneize gran parte de su boleto a la penúltima instancia del certamen continental.

Luego, analizó el partido: «Se nos hizo difícil con el gol, que fue una fatalidad, una desgracia, y ahí empezó a ser cuesta arriba también por las lesiones. Son cosas con las que tenemos que lidiar, pero ahora tenemos 40 días para recuperarnos y llegar de la mejor manera a la semis. Nos han pasado situaciones muy extrañas en este cuatrimestre, son difíciles pero las vamos salteando como podemos».

Pavón, angel y demonio: gol, expulsión y el reto del Mellizo

El delantero marcó el 1-1 que le devolvió el alma a Boca y llevó la serie a los penales. Pero en el festejo se sacó la camiseta y dejó al equipo con diez.

Cristian Pavón fue el mejor delantero de Boca en la dura revancha ante Nacional. En el complemento, cuando la soga del cronómetro apretaba cada vez más en el cuello del equipo de Guillermo Barros Schelotto, apareció con una gran corrida, definición de derecha y golazo para el 1-1 que le devolvió el alma al local y obligó a definir el pasaje a las semifinales por penales.

Pero en el festejo loco, Pavón cometió una imprudencia: se sacó la camiseta para gritar su gol con la boca llena y mirar a su papá y a su hermano que se abrazaban en la platea. Pero se olvidó que tenía amarilla, entonces cuando la espuma del gol bajó, el árbitro brasileño Heber Lopes le mostró la roja.

«Me olvidé, boludo», dijo el pibe, resignado, tras el reto del Cata Díaz, que sabía que no había respiro y que otra vez iban a tener que remar con uno menos. «Me había olvidado de todo. De lo único que no me olvidé es que estaban mi hermano y mi viejo», dijo después el futbolista.

Cuando Lopes pinchaba el cielo con la roja en la mano, se pudo leer en los labios del entrenador de Boca, Guillermo Barros Schelotto: «¡Qué pendejo!». Seguramente, el Mellizo le tirará de las orejas al delantero, que se perderá la ida de las semifinales.

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