La comisión aprobó el juicio político a Dilma Rousseff y elevó la decisión al Senado

Fue aprobado por 15 votos a 5. El próximo miércoles el plenario del Senado votará el informe y por mayoría simple puede suspender por seis meses a la Presidenta, quien respondió que no renunciará.

 

Comisión aprobó por 15 votos a 5 el envio del juicio político al plenario del Senado

 

Por 15 votos a 5, la comisión de juicio político del Senado brasileño aprobó hoy el envio al plenario de la cámara alta del proceso para decidir, el próximo miércoles, si aprueba la suspensión por 6 meses de la presidenta Dilma Rousseff, quien respondió que no renunciará y calificó al vicepresidente Michel Temer como «un usurpador del poder».

 

Como se preveía, la oposicion logró imponerse en torno al informe del senador Antonio Anastasia que condena a Rousseff por haber dictado medidas administrativas que alteraban las prioridades del presupuesto, las llamadas «pedaleadas fiscales» en 2015.

 

Este es el paso previo para el fin del gobierno de Rousseff, ya que la aprobación de la denuncia será votada el miércoles por los 81 senadores, en el recinto, donde la suspensión se define por mayoría simple.

 

La oposición cuenta con más de 41 votos para suspender por 6 meses a la mandataria, con lo cual asumirá Temer, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) quien desde hace un mes se declaró en rebeldía y apoyó la destitución de su compañera de fórmula en el Congreso.

 

El Partido de los Trabajadores, a través de la senadora Gleisi Hoffman, en la comisión del Senado, pidió, sin éxito, la nulidad del juicio político por tratarse de una medida que fue autorizada por «desvío de poder» y «venganza» por parte de Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara de Diputados que fue suspendido por la máxima corte por abusar de su cargo para obstruir sus investigaciones de corrupción.

 

Cunha fue suspendido por la corte, en una medida inédita, por múltiples delitos, entre ellos trabajar para impedir ser investigado por cobrar sobornos de empresas constructoras en Rio de Janeiro y en el caso Petrobras, Aliado de Temer, Cunha iba a ser el número dos del país y el presidente en ejercicio, con lo cual la corte consideró la posibilidad imposible, ya que el diputado se encuentra procesado.

 

A medida que se extingue el tiempo de su mandato, la presidenta comenzó a citar directamente a Temer, luego de que acusó a Cunha de haber abierto su juicio político porque el gobierno se negó a darle cobertura.

 

En un discurso al entregar viviendas construidas por cooperativas del movimientos de trabajadores sin techo, en el Palacio del Planalto, la jefa del Estado rechazó la hipótesis de renuncia.

 

«Si yo renuncio, entierro la prueba viva de un golpe absolutamente sin base legal y que tiene como objetivo herir intereses y conquistas de los últimos 13 años», sostuvo la mandataria.

 

«Todos los beneficiarios de este proceso, que están usurpando el poder, lastimosamente el vicepresidente, son cómplices de un proceso extremadamente grave», agregó ante los movimientos sociales, que gritaban «No al Golpe».

 

La cuenta regresiva hacia el miércoles será traumática y encontrará el gobierno en inferioridad de condiciones en el Congreso para salvar el mandato de Rousseff: se esperan actos con sectores de izquierda en todas las ciudades.

 

Rousseff prepara alojarse en una casa de Brasilia mientras se encuentre suspendida -cobrando la mitad de su salario- hasta que el Senado ofrezca el veredicto sobre su continuidad, esta vez con una matemática más compleja, ya que se necesita 2/3 de los votos para expulsarla de la presidencia.

 

Según fuentes allegadas al PT, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva considera que no hay retorno una vez que Temer instale un gabinete con el apoyo de de 11 partidos en el Congreso y un agenda proporcionada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del candidato derrotado por Dilma en 2014, el senador Aecio Neves.

 

El PSDB, según la prensa local, negocia con Temer ocupar la presidencia de la cámara de diputados en lugar de Cunha, mientras que, sin Cunha, se robustece otra figura del PMDB, el presidente del Senado, Renán Calheiros, quien será el segundo en la sucesión presidencial y tiene buen tránsito con Lula y Rousseff.

 

Según sectores empresariales citados por el diario Valor Económico, la caída de Cunha facilitó en términos políticos la presión moral de un eventual gobierno de Temer, pero complicó el escenario para aprobar proyectos arriesgados de ajustes económicos en la cámara baja.

 

En la comisión del Senado, el presidente del cuerpo, Raimundo Lira, se negó a votar adhiriendo al regimiento interno y entonces la votación contó con 15 apoyadores del juicio político y 5 en contra.

 

Discusiones nerviosas marcaron la sesión decisiva en la comisión, sobre todo porque el senador Lindbergh Farias, del PT, acusó a Aecio Neves de apoyar a Temer para mudar la legislación laboral, como buscan las cámaras empresariales que financiaron la campaña pública y publicitaria a favor del impeachment.

 

«La historia absolverá a Dilma», dijo, parafraseando a Fidel Castro, Farias, el senador que en 1992 fue un líder estudiantil que se destacó en las calles para el juicio político del entonces presidente Fernando Collor de Mello, acusado pero de corrupción.

 

El miércoles Collor de Mello, senador del Partido Trabalhista Brasileño (PTB) que fue absuelto en la justicia, estará como juez de Rousseff.

 

Formó parte en muchas votaciones de la base de apoyo de los gobiernos del PT, pero ahora deberá ofrecer su voto condenatorio, según todas las especulaciones.

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