Estiman que 300 familias de colombianos se dedican a otorgar préstamos ilegales en Misiones

pres
En abril de 2013, el carpintero Juan Carlos Marín (54) recibió un balazo en la cabeza en lo que se cree fue un ajuste de cuentas derivado de una deuda. Fue en un primer piso ubicado en la avenida López y Planes y calle 121. El hombre quedó con muerte cerebral y dejó de existir horas después. Una de las hipótesis que se investigó en su momento fue que la víctima tenía deudas con prestamistas colombianos. Fue la primera vez que en una causa aparecían esos financistas clandestinos que desde hacía un año recorrían Posadas ofreciendo préstamos a distintas tasas de interés y sin trámite alguno más que la palabra empeñada. Se supo entonces que amas de casa, jubilados, empleados públicos y privados eran parte de la cartera de clientes de estos personajes.
Ese homicidio hizo que los investigadores judiciales se adentraran en el submundo de los préstamos ilegales, que tuvieron explosión en los barrios periféricos de la capital provincial. Así se pudo determinar que hay unas 300 familias de colombianos que se dedican a la actividad en la provincia.
Desde 2012, han expandido su rubro a las principales localidades de Misiones. Ofrecen créditos desde 1.000 hasta 15.000 pesos. Quienes hacen uso de la opción deben pagar cuotas diarias y el reintegro suele llegar a ser el doble del préstamo adquirido.
Fueron investigados distintos personajes dedicados a la actividad. Ninguno tenía antecedentes; no eran prófugos de la Justicia y tampoco habían entrado ilegalmente a la Argentina. Lo único turbio de todo era el origen del dinero. Especulaciones hay muchas, pero certezas ninguna. ¿Narcotráfico? Es la versión que más se repite, pero nadie aportó pruebas concretas de que sea el origen de esos fondos.
Un funcionario de la Justicia provincial consultado por Misiones Online arriesgó una hipótesis vinculada a estos misteriosos personajes: cuando en Colombia se decidió la amnistía para guerrilleros y paramilitares la condición es que esa gente que se desmilitarizaba abandonara el país, previa eliminación de antecedentes. Parte de esos “desmilitarizados” habrían desembarcado en Argentina con dinero para hacerlo trabajar en préstamos. Por eso no tendrían antecedentes; incluso habrían cambiado sus identidades para iniciar su nueva vida.
Las fuentes precisaron que apenas una denuncia vinculada a un “apriete” de uno de estos prestamistas fantasmas llegó a judicializarse en Posadas. Quienes son intimidados para que paguen sus deudas no suelen denunciar las amenazas.
Solo en tres juzgados posadeños hay causas con colombianos involucrados: uno por el robo de una moto y otras por delitos menores.
La presunta procedencia ilegal de dinero es un delito que le compete investigar a la Justicia Federal. En ese fuero tampoco hay causas abiertas por el accionar de los prestamistas colombianos.
Generalmente se asocia a los financistas ilegales con los vendedores de muebles que recorren la ciudad capital (y las principales localidades del interior) con sus carritos. No todos esos vendedores son prestamistas, aunque muchos de estos utilizan la fachada de los muebles para hacerse de clientes.
Quien accede a un crédito de este tipo no necesita entregar papeles ni firmar formularios. Alcanza con el compromiso de pagar la cuota diaria. Nadie sabe la identidad de los prestamistas, tampoco nadie se toma el trabajo de preguntar.
Además del trabajo “puerta a puerta”, el boca a boca resulta clave para la expansión de la actividad. Posadas, Oberá, Eldorado, San Vicente y San Pedro son algunas ciudades donde los financistas operan sin problemas.
Las fuentes añadieron que cada vez son más los pequeños comerciantes de barrio y los puesteros chicos del Mercado La Placita (en Posadas) los que se inclinan por estos préstamos. Si bien pagan el doble de lo que reciben, la cantidad de cuotas y la accesibilidad de los montos tientan a los desesperados. Alcanza con dar el sí para tener los billetes frescos a los pocos minutos.
Eso sí, cuando el cobrador en moto llega por la tarde a buscar la cuota, hay que cumplir. De lo contrario, surgen los problemas.
En el caso Marín jamás se pudo vincular a los colombianos con el asesinato. Pero fue la puerta de entrada para un mundo que sigue activo. Tal vez más que nunca.

presunto ajuste de cuentas en panaderia grande pa - planes casi monseñor dandrea
Escenario de la muerte de Marín, en abril de 2013.

 

 

MAS
EP

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas