Dos policías imputados por un golpe boquetero seguirán presos hasta el juicio

Dos efectivos de la Policía de Misiones detenidos el año pasado por su presunta vinculación con un atraco fallido ocurrido en una distribuidora de Apóstoles seguirán presos hasta la realización del juicio. Esta semana, la Cámara de Apelaciones en lo Penal y Correccional confirmó la prisión preventiva que pesa sobre ellos y que fue dictada en su momento por el juez de Instrucción Miguel Ángel Faría.
Se trata del comisario Aníbal Salinas y del sargento “Poroto” Alarcón. Los dos están acusados de haber sido partícipes necesarios del delito de “robo calificado en grado de tentativa agravado por tratarse de funcionarios públicos”.
Para la Cámara, no se vulneraron las garantías constitucionales de los acusados, los indicios recolectados hasta el momento los comprometen y hay riesgo de fuga y entorpecimiento de la pesquisa si ambos recuperan la libertad.
Los abogados de los acusados, Ramón Grinhauz y Juan Pablo Fernández Rissi, respectivamente, ya fueron notificados de la resolución firmada por los integrantes de la Sala II: Marisa Ruth Dilaccio y Ricardo Venialgo.
Ahora el expediente volverá al juzgado de Instrucción Cuatro de Apóstoles para el requerimiento de elevación a juicio.
Además de Salinas y Alarcón, que se encuentran comprometidos por un entrecruzamiento de llamadas telefónicas, están presos por el mismo caso Rodolfo Piris, José Miguel y Leonardo Martínez.
El hecho ocurrió el 13 de julio de 2014. Ese día, una banda efectuó un boquete en el techo la distribuidora de la firma Arcor en Apóstoles, ubicada en avenida San Martín 960. Quería abrir la caja fuerte, pero sonó la alarma y todo el grupo debió escapar.
Una paciente pesquisa encarada por la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial (Saic) determinó que ese día Salinas, que habría hecho adicionales de seguridad en la empresa y tenía datos precisos del sistema de alarmas y de la ubicación de las cámaras de seguridad, tuvo contactos telefónicos antes, durante y después del golpe fallido con Martínez, apuntado como especialista en abrir cofres de seguridad.
Martínez tenía agendado el número de Salinas en su celular con el nombre de “Comi”. Lo borró poco antes de que lo detuvieran, pero los investigadores pudieron recuperar la agenda completa.
Salinas también se habría contactado ese día con Alarcón, quien habría brindado apoyo logístico.
Pero la información que no tenían los ladrones es que había una alarma secreta en el edificio y solo el responsable del negocio conocía su existencia. Cuando ese dispositivo se activó, la banda tuvo que escapar.
Recién en septiembre de 2015, fueron apresados los policías Salinas y Alarcón. El primero fue jefe de distintas comisarías de la Unidad Regional VII “Apóstoles” y también estuvo a cargo del puesto San José. El sargento, en tanto, estaba afectado como chofer en una comisaría posadeña cuando lo apresaron.
Arcor fue blanco dos veces de los ladrones. Además del robo fallido de la caja fuerte, el 26 de mayo de 2015, un grupo comando copó la distribuidora de la firma en Apóstoles y luego de intimidar a los cuatro empleados, se llevaron 250 mil pesos.
Fue un golpe a pura violencia, que incluyó hasta simulacros de fusilamiento. Por este golpe, también colocaron en la mira a los dos policías.

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