¿Cómo impactará en el fútbol del interior la Súper Liga?

Cualquier semejanza con aquella historia de “unitarios y federales” es pura coincidencia. O no. El fútbol en la Argentina va camino, decididamente, a dividirse en dos grandes grupos que, por poderío económico y casi emparentado a una cuestión geográfica, marca líneas políticas muy claras. Los “federales” partidarios de un fuerte gobierno central, están representados por los clubes grandes que levantaron la bandera de la “Súper Liga”. Los “unitarios”, defienden la autonomía del interior y buscan un reparto equitativo de los fondos de “Fútbol para Todos”, amparados en el famoso torneo de 30 equipos y donde el Ascenso quiere pisar fuerte.
El próximo 30 de junio se termina el mandato de “transición” que aceptó Luis Segura al frente de la AFA, después de la fallida Asamblea de doble voto y a diferencia de lo que ocurrió a fines de 2015, ni el mismo Segura ni Tinelli aparecen en las marquesinas de los candidatos. Ahora los nombres apuntan a Víctor Blanco (actual presidente de Racing) y a Claudio “Chiqui” Tapia (presidente de Barracas Central y yerno de Hugo Moyano) aunque nadie hace campaña abiertamente, sino que la pelea apunta a quedarse con el poder. ¿Qué poder?
Desde que asumió Mauricio Macri a la Presidencia, su ladero histórico en Boca, Daniel Angelici, se erigió casi “virtualmente” la conducción de la sede de la calle Viamonte. ¿Y Luis Segura? Parece pintado al óleo. Basta con recordar que en la habitual reunión de Comité Ejecutivo de AFA de los martes, no asistieron cuatro de los cinco clubes grandes, en una clara muestra de que comienzan a “cortarse solos” con esa idea de la Súper Liga. Otro indicio claro es el puntapié inicial que dio River al confirmar que no jugará más los torneos de verano porque atenta contra su preparación y en el mismo sentido se alineó Boca.
¿Qué es la Súper Liga? Un torneo similar a la Premier League o a la Liga Española, donde una asociación deportiva (en este caso no la AFA) maneje los derechos de la competencia y ayude a la profesionalización de las estructuras del fútbol argentino. Lo que se busca es fortalecer el certamen, dicen; y generar nuevos recursos, haciéndolo más rentable para potenciales inversionistas, un producto más atractivo para venderlo al exterior y más rentable para las economías de los clubes.
Con este formato, AFA se quedaría a cargo de las Selecciones nacionales, el fútbol del ascenso -el cual recibiría un apoyo financiero para su desarrollo surgida del flujo de capital que genere esta «Súper Liga»- y los árbitros. De esta manera, se daría un sistema mixto muy parecido al español donde la Liga de Fútbol Profesional, maneja el torneo de Primera y Segunda división, pero tiene autonomía jurídica y jerárquica de la Real Federación Española de Fútbol, donde sólo confluyen en la coordinación de los certámenes.
Este proyecto -que tiene el apoyo de los clubes más importantes del país como Boca, River, San Lorenzo, Racing, Independiente, Estudiantes, Gimnasia LP, Newell’s, Rosario Central, Vélez, Huracán, Talleres de Córdoba y Belgrano- amenaza con ser una bomba de tiempo en una AFA convulsionada por la falta de liderazgo. De hecho, pone en duda la realización de las elecciones del próximo 30 de junio.
Pero, porqué los “federales” quieren avanzar en la creación de una Liga paralela?. Porque si van a la votación del 30 de junio pueden perder y el próximo presidente sería Chiqui Tapia, hombre del gremialismo y líder de los clubes del ascenso. En él estarían englobados los “unitarios”, defendiendo un mejor reparto de dinero al que los “federales” no están dispuestos a ceder porque entienden que ellos “manejan el show”.
En rigor, los “federales” mueven a las masas futboleras y la plata que les llega de Fútbol para Todos, representan un mínimo en su presupuesto. Sin embargo, entre los “unitarios”, están los clubes de ascenso incluidos Crucero y Guaraní, que aspiran a engrosar su presupuesto con el aporte oficial. Y si tienen que votar, los del Interior pueden arrasar en las urnas.
En la actualidad los “federales” tuvieron que ceder a un aporte solidario para que les derrame más fondos a los sufridos clubes del ascenso (unitarios). Y es sabido que, cuando le tocan el bolsillo a los “federales” prefieren tirar la pelota afuera. A otra cancha si es posible. En otro torneo.
Mientras se esperan esas definiciones, se juega un torneo que nadie sabe quién lidera, cuál es el formato de la competencia y cuando termina. En el medio los clubes del ascenso rescinden contratos, acumulan deudas por concentraciones y viajes y esperan al 30 de junio para torcer la historia. Unitarios o federales, la historia de nuestro país en el presente y futuro del fútbol argentino.

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