Comedores Comunitarios: “Todos los días vienen familias a pedir comida”

La encargada del comedor Divino Niño, Alicia Lugo describió con tristeza que actualmente con la crisis desatada en estos meses con las medidas del Gobierno nacional el comedor opera al límite de la capacidad y por ello deben rechazar a familias que vienen a pedir asistencia. “Damos de comer a más de 300 personas tres veces por semana, todos los días vienen familias a pedir comida pero debemos rechazarlas porque no podemos cocinar más”, dijo esta mujer que hace seis años lleva adelante este comedor.

Más de 300 personas se acercan tres veces por semana a retirar el almuerzo en el comedor “Divino Niño”, ubicado en la intersección de las avenidas Monseñor D’Andrea y Andresito, en la Chacra 244 de Posadas. Muchos de los que retiran la comida caminan unas 14 cuadras para poder llevar el alimento a su mesa.

 

Alicia comenzó este trabajo hace 10 años cuando nació su hija Valentina, a la cual los médicos no le daban esperanza de vida por una malformación. Su madre devota del Divino Niño le prometió que si su hija sanaba ella festejaría cada día 20 con los chicos de su barrio en honor al divino niño. Hace 10 años de esa promesa y hace seis años comenzó a ofrecer comida los lunes, miércoles y viernes a las familias más necesitadas.

 

Ella recibe ayuda del Ministerio de Desarrollo Social de Misiones y además donaciones de vecinos y conocidos. Actualmente, al igual que otros comedores comunitarios de la ciudad capital reciben una gran demanda de nuevos comensales, lo que les lleva a incrementar el número de platos que sirven.

 

Las cocineras reconocen que en los barrios se siente la caída del empleo y reconocen que deben rechazar solicitudes porque no dan abasto. Alicia lamentó que esto ocurra pero describió “desde el Ministerio nos dan víveres para cocinar cinco ollas y con lo que conseguimos de donaciones hacemos seis ollas de comida por día, pero cada día vienen más personas pidiendo poder retirar comida, pero no nos alcanza y debemos decirles que no”.

 

El comedor Divino Niño en la tarde de este miércoles tuvo su fiesta mensual, donde se agasajó a los niños en su día. La encargada, dijo que “hace seis años que funciona el comedor, se brinda la comida los lunes, miércoles y viernes, tratamos de que sea buena calidad y cocinamos con mucha legumbre que en esta época viene muy bien”.

 

Los comensales retiran la comida al mediodía, porque Alicia aclaró que no disponen de “un espacio físico para que puedan comer aquí. La comida sale a las 12:00 porque los chicos que vuelven de la escuela ya tienen hambre y también permite que los niños que van a la tarde tengan un tiempito para digerir”.

 

Hace seis años funciona el comedor Divino Niño, que lleva adelante la familia Lugo Martínez y sirve el almuerzo a 300 personas.  Son los habitantes de las precarias casas levantadas sobre una calle y en terrenos inundables los que buscan la comida para servir en sus mesas.

 

“Cocinamos tres días a la semana porque es lo que nos alcanza. Ya estamos sirviendo a todos los que podemos, pero igual la gente sigue pidiendo y consultando”, señaló Alicia, que tiene la tarea de preparar la comida, con la colaboración de su esposo Juan y sus cuatro hijas.

 

La semana pasada incorporaron una familia más a la lista de beneficiarios, porque desde el Caps les solicitaron por la situación de riesgo en que se encuentran los chicos, aunque lamentaron que ya no pueden atender a más vecinos. De la compra del gas se hace cargo el matrimonio, al mes necesitan cuatro garrafas de 10 kilos y otras cuatro de 15 kilogramos.

 

Alicia recordó que empezó a cocinar para el barrio por una promesa al Divino Niño.  “Le pedí que me deje ver crecer a mi hija, porque los médicos me habían dicho que no tenía posibilidades de desarrollarse”, indicó.

 

De esa oración pasaron diez años y en 2009 habilitaron el comedor en una carpa para refugiarse cuando llovía, de a poco construyeron el galpón de costero.

 

“Desde que nació mi hija hace diez años, todos los 20 de cada mes (que es el día consagrado al Divino Niño) hacemos una merienda para los chicos en agradecimiento por la vida y la salud de nuestra hija Valentina”, contó la pareja.

Su hija menor nació con graves problemas de salud, incluso los médicos tenían el peor pronóstico. “Nos dijeron que no iba a vivir, pero vive, está en quinto grado, tiene muchos amigos y es una gran hija, por eso hasta el día de hoy tenemos el comedor, porque Valentina es un milagro”, sostuvo Alicia emocionada.

 

Remarcó que recordando esa promesa, todos los días 20 de cada mes se sirve chocolate, y pidió que la población colabore con la entrega de ropa usada, calzados y colchones para repartir a los que menos tienen.

 

Cada 20 los chicos se acercan al comedor para la merienda festiva de todos los meses. Para las personas que puedan colaborar con ropa, alimentos, calzados, los contactos son: Comedor Divino Niño, 154364727.

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