Chofer de colectivo asegura que llevó a Chueco a Brasil


Comisario general Manuel Mártires Céspedes, jefe de la Policía de Misiones (Radio Libertad)

Hay desconcierto entre los investigadores afectados a la búsqueda del abogado Jorge Chueco (64), al que vieron por última vez el miércoles pasado y cuyo paradero es un enigma. ¿Puede tragarse la tierra a una persona? La respuesta va a depender del éxito que se tenga en la tarea de dar con el letrado al que vinculan con el empresario santacruceño Lázaro Báez y la causa por presunto lavado de dinero que lo tiene como protagonista.
Esta mañana, el propio jefe de la Policía de Misiones, comisario general Manuel Mártires Céspedes, confirmó que hay un colectivero que dice haber llevado al Brasil entre sus pasajeros a Chueco.
“Hay celulares secuestrados. Esperamos que las pericias arrojarán información de las últimas comunicaciones de Chueco”, añadió el uniformado.
Hasta ahora han rastreado palmo a palmo toda la frontera con Brasil y Paraguay. Y no han encontrado indicios del buscado. Hoy nadie puede afirmar si se mató, lo mataron o simplemente decidió escapar de un inminente panorama judicial adverso o de alguien que lo tenía amenazado.
La elección de Iguazú no fue casual, afirman los detectives. Chueco conoce la ciudad, lo mismo que Foz de Iguazú. Aquí tendría buenos contactos derivados a la actividad que desempeñaba y sobre las que era muy reservado. Ni su familia conocía a fondo el trabajo que hacía.
Si bien el suicida es imprevisible, cuando decide terminar con su existencia, lo hace sin mucho anuncio. Fuentes del caso confiaron que si Chueco quería matarse, lo podría haber hecho en Buenos Aires, apenas se supo que el “arrepentido” Leonardo Fariña lo había apuntado como el cerebro legal de las operaciones de Lázaro Báez. Sin embargo, el abogado vino hasta Posadas, donde estuvo poco tiempo (dejó el coche en el estacionamiento del hiper Libertad el martes pasado a las 5.30, cuando llegaban los empleados) y luego siguió viaje en micro hacia Iguazú. O sea, siguieron pasando los días y el supuesto suicida seguía vivo.
La familia de Chueco admitió que él estaba deprimido y muy presionado. No sabe quién lo presionaba.
Las autoridades brasileñas ni paraguayas hasta ahora no aportaron datos interesantes vinculados al buscado. Las personas que lo vieron en Iguazú repitieron lo mismo este fin de semana cuando les tomaron declaración: solo en el Parque Iguazú, donde protagonizó un incidente y terminó demorado, se lo vio un poco fuera de control. En la comisaría admitió que había consumido alcohol y rivotril. Esa noche, llamó a su ex mujer, Patricia, para decirle que le dejaba plata y algo más en el cofre de seguridad del hotel donde se alojaba. Después, una cámara de seguridad tomó su imagen saliendo a la calle, de bermudas y chinelas. No volvieron a verlo por Iguazú.
Las versiones de que ofreció plata a guardaparques del área Cataratas para que lo dejaran suicidar también llaman la atención. El suicida no ofrece plata para matarse. Decide matarse sin pagar nada, apuntó crudamente un detective consultado por este medio.
drones
Desde este fin de semana, más de 100 efectivos de la Policía provincial buscan al abogado. Así lo confirmó el propio jefe de la fuerza, el comisario general Manuel Céspedes.
La Policía utilizó hasta sus drones Tucán I y II para el rastrillaje. Los dos aparatos, modelos Inspire, tienen cámaras de 4 y 5 kilómetros de alcance.
Desde la institución explicaron que “sobrevolaron el teatro de operaciones policiales, donde se realiza la búsqueda del letrado desaparecido. La zona operacional surcada por ambos tucanes electrónicos comprendieron las 600 hectáreas, a lo largo de la ruta nacional 12, la zona franca, la terminal de ómnibus y diferentes sectores de difícil acceso, como corredores selváticos, saltos y cascadas del río Iguazú”.

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