Doble homicidio mafioso: el expediente revela que otros sicarios también pretendían matar a Vega

Mucho se ha hablado acerca de las actividades que desempeñaban las víctimas del doble homicidio mafioso ocurrido en diciembre del año pasado en Posadas, Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra. Desde el entorno de ambos nunca quisieron admitir abiertamente que se dedicaban al tráfico de estupefacientes. Pero el expediente, al que Misiones Online tuvo acceso de manera exclusiva, abunda en pruebas en este sentido.
Vale aclarar que nada justifica un crimen como el que fueron víctimas, sino que el dato sirve para enmarcar el escenario en el que sucedió todo.
Blanca Noemí Luján Leguizamón (29) fue la última pareja de Ibarra y la mujer con la que tuvo tres hijos. Declaró que vivían en Buenos Aires, pero que su concubino siempre venía a Misiones con un primo a cargar camiones que partían con droga desde la Tierra Colorada. Lo dijo sin tapujos.
“Era su medio de vida. Venía 20 días y se iba. La última vez se quedó tres meses. Era muy amigo de Sebastián Vega, estaban en el mismo ambiente”, añadió.
Una herma de Ibarra, que también compareció como testigo, agregó: “Mi papá, Isidro Ramón Ibarra Ramírez, que está preso por tráfico de drogas en el penal de Marcos Paz y conoce mucho del ambiente, me llamó por teléfono para contarme que hasta la cárcel le había llegado la información de que querían asesinar a Vega. Y que incluso él le advirtió a mi hermano que se alejara de Sebastián, pero Rodrigo no le hizo caso”.
Sin embargo, Ibarra Ramírez no se refería a los sicarios que finalmente ultimaron a su hijo, sino a unos contratados por un mafioso radicado en Rosario, que cumplía un arresto domiciliario por narcotráfico.
Es decir, había indicios de que alguien más quería acabar con la vida de Sebastián Vega.
La hermana de Ibarra dijo que el narco rosarino habría mandado con un secuaz una camioneta a Misiones para que Vega e Ibarra la cargaran con droga, pero el dúo habría vendido el vehículo y le dijeron al propietario que la Gendarmería había secuestrado el rodado. Sin embargo, el rosario se habría enterado.
“Mi hermano trabajaba para Sebastián Vega, quien se dedicaba al tráfico de drogas. Rodrigo acomodaba la droga en los autos y camiones. También hacía de chofer o acompañante”, añadió.
La testigo aportó hasta el nombre del paraguayo al que supuestamente compraban la droga que llevaban a Buenos Aires.
A los testimonios que obran en el expediente, se suman las escuchas ordenadas por el Juzgado Federal de Zárate-Campana, que investigando a una banda de narcos encontró que tenía puntos de contacto con Vega. De las desgrabaciones se desprende que en el ambiente sospechaban que había “entregado” a las autoridades algunas cargas, como la secuestrada en Gobernador Virasoro, Corrientes, el 14 de noviembre de 2015.
Las escuchas también revelan que familiares de Vega sabían de las actividades de su pariente.
Néstor Fabián Rojas, alias “Negro” o “Carlos” y Luis Morínigo-Sosa están acusados de haber asesinado a Vega y a Ibarra por esa carga perdida. Roberto Candia, su mujer Silvia y su hija Denise, están acusados de haber ayudado a huir a los sicarios. Y Ricardo Vázquez es señalado como el “entregador”. Solo el primero, Rojas, sigue prófugo. Los demás están imputados y los Candia fueron excarcelados la semana pasada.

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