Aseguran que la rivalidad Estado Islámico-Hezbollah llegó a América Latina

Durante la guerra de 2006 con Israel, toda la tribu indígena Wayuu se convirtió al islam y adoptó el nombre de Hezbollah mediante la consumación de un atentado explosivo a la Embajada de los Estados Unidos en Caracas, que resultó fallido.

Actualmente, Dabiq, la página web de ISIS, proclamó su intención de convertir al islam a los mayas en Chiapas, México y a lo largo de toda la frontera con Guatemala.
Aprovechándose del estado de pobreza y la marginación de los pueblos indígenas, ISIS anunció una campaña “anticolonial” para islamizar, entre otros, a los Taínos en el Caribe, los Wayuu de Venezuela y Ecuador y los Guaraníes y las tribus amazónicas de Brasil.

Otro anuncio de Dabiq, recogido por el sitio web de Breitbart, indica que ISIS “podría adquirir un arma nuclear en Pakistán para luego ingresarla de contrabando en los EEUU a través de México, haciendo uso de las redes de tráfico ya existentes en América Latina”.

La Cumbre de Seguridad Nuclear recientemente culminada en Washington, con la concurrencia de representantes de 50 estados, discutió dentro de una amplia agenda acerca del acceso a materiales de fusión nuclear por parte de terroristas yihadistas, ya sea para su uso o comercialización.

El Boletín de Científicos Atómicos citó a la Iniciativa de Amenaza Nuclear, nombrando a algunos países latinoamericanos y de América Central y el Caribe, como Honduras y Surinam, y en América del Sur, Colombia, Ecuador y Perú, como “hogar de grupos interesados en comprar en forma ilícita e ilegal materiales nucleares”.

De hecho, estos países coinciden con los identificados por el asesinado fiscal Alberto Nisman en su último informe sobre el atentado contra la Mutual Israelita en Buenos Aires, AMIA, donde también afirmó que dichas naciones habían sido infiltradas por 90 células durmientes de Hezbollah.

Profundamente implicado con Teherán en la planificación de los atentados de 1992 a la Embajada de Israel y a la AMIA de 1994, Hezbollah ha permanecido activa a lo largo del continente, especialmente en la anómica zona conocida como Triple Frontera, ubicada entre Paraguay, Brasil y la Argentina.

Observando desde Paraguay, hacia las Cataratas del Iguazú, se ven enormes mezquitas chiítas salpicando el horizonte del territorio de Brasil.
Residentes de la zona dan cuenta de oír frecuentemente disparos en el interior de un predio signado por un cartel con la leyenda “Club Árabe Deportivo” y manifiestan sus sospechas respecto de la existencia en el lugar de un campo de entrenamiento paramilitar.

En la Triple Frontera, reina una cierta armonía entre las diversas bandas dedicadas a lavado de dinero, tráfico de personas y órganos humanos y contrabando de drogas y armas. Las guerras territoriales son infrecuentes.

Los líderes de América Latina deberían coordinar la medidas de vigilancia y definir las políticas a adoptar para contrarrestar este peligro.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas