La escalofriante confesión del #Femicidio de Gisel: “La maté por problemas personales”

La situación no es habitual en Misiones: que la prensa tenga acceso cara a cara a un sospechoso de asesinato poco después de su detención. En países como Paraguay o Brasil suele ser común. Por eso, no sorprendió que un medio encarnaceno tuviera una exclusiva con Carlos Martín Ruiz Díaz (29), el hombre acusado de haber estrangulado a su pareja Gisel Rodríguez Da Silva (26), el pasado domingo en el barrio Residencial Sur de Posadas. En la entrevista, el sospechoso admitió haber asesinado a la mujer «por problemas personales».

A Ruiz Díaz más que arrepentido se lo vio resignado en el video. Cuando la periodista lo aborda, parece temeroso, como un animal acorralado. De todos modos, no vacila. Eso sí, le costó admitir que había asfixiado a la madre de su única hija.

«Es cierto. Lo hice por cuestiones personales, por cosas mías», reconoció al inicio. Después aclaró que fue «en una discusión que tuvimos. Fue una pelea nada más».

La reportera le preguntó si el entredicho mortal tuvo que ver alguna infidelidad de Gisel, y él lo negó rotundamente. «No, fue por problemas que ya venían desde hace mucho tiempo», explicó. Tras cartón le preguntaron si tenía hijos y el dijo que es padre de una nena. «¿No pensaste en tu hija, a la que le va a hacer falta su mamá?», le espetó la periodista. «Se piensa sí, pero en ese momento, uno queda loco», respondió con el mismo tono monocorde.

«Me siento arrepentido», dijo con poco énfasis. Y explicó que fue a Paraguay para estar en un lugar tranquilo. «¿Pero viniste acá para escapar?», le insistió la trabajadora de prensa. «No sé, ponele así si querés», fue la respuesta del sospechoso.

Ruiz Díaz fue traído a Posadas el martes, luego de que la Justicia del Paraguay decidiera expulsarlo del país con el argumento de que el hombre había mentido el motivo de su estadía en el país. Había dicho que entraba a territorio paraguayo de turista. Actualmente se encuentra alojado en la Dirección Investigaciones de la Policía. Este jueves sería indagado por el juez de Instrucción Uno, Marcelo Cardozo, quien le dará a conocer las pruebas que hay en su contra y le hará la imputación formal. En ese momento tendrá la opción de declarar o abstenerse.

La confesión del femicida ante las cámaras no tiene valor legal. En su indagatoria puede desdecirse. Su suerte dependerá de los indicios que hay en su contra, que hasta el momento son muchos.

El domingo por la mañana, Ruiz Díaz llevó a su hija a la casa de los suegros y les pidió que la cuidaran porque él no podía y Gisel había salido. Mentía, para ese momento Gisel ya había muerto. La mujer fue ahorcada en lo que habría sido una letal discusión de pareja. De acuerdo con los indicios que hay hasta el momento, Ruiz Díaz golpeó y estranguló (con las manos y luego con un cordón) a su pareja en la habitación matrimonial y luego la arrastró hasta el living, donde la envolvió con sábanas y toallas. Después, se cree, limpió toda la casa. La prueba de Luminol detectó las manchas de sangre pese a la limpieza.

Fueron los padres de Gisel quienes la encontraron muerta. Ellos habían quedado preocupados porque su nieta les confesó que sus padres habían «peleado fuerte». Cuando entraron a la casa de calle 55 casi Japón, se toparon con un cuadro de terror.

La hija de la víctima está ahora al cuidado de una tía. Habrá que ver si el magistrado considera pertinente que responda algunas preguntas en Cámara Gesell.

Ruiz Díaz entró a Paraguay el domingo en su auto Peugeot 405 negro y pese a tener parientes en Encarnación y en otras localidades de Itapúa, no acudió a ellos. Deambuló una cuantas horas y luego se alojó en una pensión. El lunes, lo atraparon cerca de la terminal.

Llamó al 911 antes de escapar

A medida que pasan las horas se conocen más detalles del femicidio de Gisel. El asesino bañó a la víctima y le cambió de ropa luego de estrangularla. También limpió la casa para despistar a los investigadores. Además se conoció que fue el propio Ruiz Díaz quien habría llamado al 911 unos minutos antes de cruzar a Encarnación.
La llamada se efectuó a eso de las 11 del domingo desde el celular del sospechoso. Según familiares de la víctima, pudieron reconocer el número que quedó registrado en la operadora del sistema 911. En esa llamada un hombre alertaba una muerte en el barrio Residencial Sur. Posteriormente cruzó a Paraguay y recién a las 11.30 familiares encontraron el cadáver de Gisel en su domicilio, cerca de la plaza Estévez de Posadas.
También se conocieron otros datos: el sospechoso llegó a mandar mensajes de textos a familiares de su pareja para despistar. Hizo una supuesta invitación que también puede creerse que tenía otros fines, terminar con la vida de una hermana y una prima de la joven a quienes “no quería”.
Cuando fue detenido en Paraguay, de su auto secuestraron ropas con manchas de sangre y otros elementos.
Algunos investigadores no descartan que el hombre haya tenido la idea de sacar el cadáver de la casa. En esa línea, sostienen que desistió porque recibió la visita de su suegro, quien esa mañana acudió dos veces a la casa de su hija. En la primera ocasión, se fue luego de que Ruiz Díaz le reiterara que Gisel había salido. En la segunda, cuando su yerno se había fugado, encontró el cadáver de su hija.

 

 

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