Crimen de las mendocinas en Ecuador: la clave que sigue la familia de las mochileras

Hernán Ulloa Ordóñez, abogado de las familias de Marina Menegazzo y María José Coni, dialogó y analizó el presente de la causa: “Hasta el momento, el expediente no nos ofrece ninguna certeza”.

Las familias de Marina Menegazzo (21) y María José Coni (22), las jóvenes mendocinas asesinadas en febrero en Montañita, contrataron ayer un bufete de abogados ecuatorianos para seguir de cerca el avance de la causa.

Hernán Ulloa Ordóñez, quien lidera el grupo de letrados, anticipó: “Hasta ahora, creemos que es un móvil sexual que podría haber sido ayudado por el uso de escopolamina(la droga conocida como burundanga)”.

La única certeza que manejan los familiares de las mochileras argentinas es que las chicas hicieron el check out del hostal en el que se hospedaron durante sus últimos once días de vida, JN, el lunes 22 de febrero a las 14. Desde entonces, lo que sucedió con las turistas es un misterio tanto para la Fiscalía General, como para la querella familiar. Testimonios entrecruzados y pistas falsas contaminan la reconstrucción de sus últimas horas.

“Todo crimen tiene un móvil. En este caso, lo que hasta ahora reflejan los documentos procesales, es que se trató de un móvil de índole sexual. Fueron muertes muy violentas. Esto es lo que debatimos con los abogados de la defensa y lo que sostenemos hasta que nos demuestren lo contrario”, precisó Ulloa Ordóñez.

Las dudas de la defensa, compartidas por los familiares de Marina y María José, radican en cómo y por qué las chicas abandonaron Montañita y viajaron 2.5 kilómetros hasta la casa de Alberto Segundo Mina Ponce, en las afueras de la ciudad balnearia. “La pregunta es: ¿por qué las chicas llegaron a ese domicilio? Eso es lo que queremos establecer. Qué circunstancias las motivaron para ir a ese sitio”.

Las hipótesis que se barajan son dos. Luego de descartar la posibilidad de que las turistas lo hayan hecho de modo voluntario, la familia baraja dos alternativas. “Pudieron haber sido influenciadas por un engaño. Ellas debían regresar ese día a Guayaquil (para emprender vía Perú y Chile el regreso a la Argentina) y quizás les ofrecieron ir hasta ese lugar para buscar un carro y llevarlas”, analizó.

Sin embargo, la teoría que más convence a la defensa es que las chicas se trasladaron bajo los efectos de la llamada droga burundanga. “En Ecuador es muy frecuente el uso de diferentes drogas como el opio, laescopolamina. Son barbitúricos que no necesariamente son de consumo consensuado y que se utilizan para influenciar la voluntad de las personas”, detalló.

Los barbitúricos son fármacos que actúan como sedantes del sistema nervioso central y que producen desde una sedación suave hasta anestesia total. De haberlo tomado (con o sin consentimiento), las chicas fueron trasladadas sin el uso total de sus facultades.

Cuestionamientos hacia la investigación oficial

“Con mucha pena debo decir que por el grado de agilidad con el quequisieron presentar el caso públicamente se generaron erroresinvestigativos que, desde el punto de vista penal, son imperdonables”, denunció el letrado, en alusión al anuncio de la detención de Mina Ponce (33) y Aurelio Eduardo Rodríguez (39), ambos imputados desde el 2 de marzo por el juez de la causa, David Balladares.

Pero la celeridad con la que la Policía ecuatoriana resolvió el caso no es la única crítica de la defensa. “Las personas que fueron llamadas a declarar no fueron sometidas a un interrogatorio profundo, como corresponde a una investigación seria. Preguntas más incisivas hubiesen permitido establecer horas, tiempos, sitios en los que estuvieron las chicas y la detección de nuevos posibles testigos”, señaló.

Instalados en Ecuador desde el domingo 22 en el que el ministro del Interior local, José Serrano Salgado, anunció el hallazgo de ambos cuerpos, los familiares de Marina y María José comenzaron por su cuenta una investigación paralela que aportó datos y testigos a la querella. “Han entrevistado a varias personas que aportaron nuevos detalles de ese día y pruebas vinculadas al hecho”.

“Nadie se preguntó, por ejemplo, en dónde están con las mochilas y qué pasó con las pertenencias de las chicas. Son detalles que pueden parecer poco importantes, pero son de gran relevancia porque permiten, a futuro, desbaratar una coartada”, señaló el letrado, y anticipó: “Mañana vamos a presentar un escrito para solicitar la ampliación de las declaraciones realizadas”.

La identificación de los cuerpos y la hora de muerte

Aunque la Justicia ya confirmó que el cadáver hallado el jueves 25 por la tarde en Santa Elena es el de María José, el de Marina todavía presenta dudas, tanto para la investigación oficial, como para la querella.

“El cuerpo que queda identificar es el de Marina, porque el familiar que fue a hacer el reconocimiento físico (Marcos, su hermano mayor) dijo que no lo pudo reconocer. Eso ha generado una duda en la familia”, advirtió, aunque aclaró: “No se trata de polemizar con los resultados de los peritos, pero la familia quiere solicitar la elaboración de un estudio privado”.

Según el abogado, el expediente ofrece algunas “verificaciones y pericias que tienden a identificar los cuerpos hallados”, pero no son concluyentes. “La familia está en su justo derecho de sentir que con las pruebas que se han efectuado, por más que tengan un 99.9 por ciento de seguridad, todavía existe un 0.01 por ciento de duda. Una pericia privada, que no tenga que ver con ningún gobierno, les permitirá tener mucha paz”.

La autopsia realizada a los cuerpos de las jóvenes ofrece un horario de muerte, pero la defensa lo pone en duda. “No puedo darlo por confirmado hasta no reunirme con el médico que lo realizó y preguntarle con qué criterio lo hizo. En otras administraciones de Justicia existen técnicas más avanzadas que permiten determinar con precisión el horario y eso es lo que queremos”.

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