El Chacal de Villa Cabello está listo para ir a juicio

El juez de Instrucción Uno de Posadas, Marcelo Cardozo, ya dio por cerrada la investigación por el terrible caso de abuso sexual del que fue víctima durante más de dos décadas una mujer de Villa Cabello, que terminó con secuelas gravísimas por los ataques. El autor de los ultrajes, de acuerdo con los indicios que hay en su contra, fue el propio padre de la denunciante.
Héctor Boo (58), alias «Chinoco», está preso desde julio de 2014. Nunca habló, siempre prefirió negarse a la indagatoria. Lo acusan del delito de «Abuso sexual con acceso carnal agravado, en concurso real, con reducción a la servidumbre».
Fuentes judiciales indicaron que la causa se encuentra en la Fiscalía para el pedido de elevación a juicio. El trámite puede hacerse este semestre, por lo que el debate podría concretarse el próximo año o, con suerte, a fines de este.
«El Chacal de Villa Cabello» es un personaje violento e intimidante, con sus casi dos metros de altura. Siempre haciendo uso de la fuerza, adosada con insultos, durante 23 años tuvo como esclava sexual a su hija Mirta. Era tal el grado de sometimiento y humillación, que hasta le negaba la comida.
Los vecinos del sector de Villa Cabello donde reside la víctima (López y Planes casi Eva Perón) siempre escuchaban los malos tratos de Chinoco para con su hija. El hombre hasta le impedía salir a la calle.
El 21 de julio de 2014, ante una nueva agresión de Boo, intercedió una vecina, quien llamó al 911. El acusado terminó preso por violencia doméstica.
Pero no volvió a salir, porque Mirta se animó a vencer al miedo y decidió contar su desgarradora historia. Detalló los golpes, los improperios y las violaciones que sufría de manera constante. La mujer, como secuela, empezó a sufrir ataques similares a la epilepsia.
Además, cuando la Policía la asistió, tenía un cuadro de desnutrición. Debió recibir atención médica y psicológica para empezar a salir del trauma.
Desde el inicio de la causa Chinoco es asistido por una Defensoría Oficial, que decidió no apelar la prisión preventiva, que le dictaron en septiembre de 2014, ante el cúmulo de evidencias que había en contra del imputado. Mirta contó en su denuncia que ella fue criada por su abuela paterna, pero cuando esta falleció, Boo impuso «su ley» en la casa. Entonces, la que era una jovencita normal, con proyectos y esperanza, terminó convertida en la esclava de su padre alcohólico y violento.
Durante años, Boo vivió como pescador. Algunos allegados también lo ligan con el contrabando. Cuando cobró una indemnización de la EBY para abandonar la costa, se mudó a Villa Cabello. Fue allí, en la zona Oeste de Posadas, donde ejecutó su macabro plan de sometimiento.
En su momento, Mirta le contó a Misiones Online que si ella no hablaba iba a terminar muerta. Hace casi dos años le venció al miedo. Hoy, como puede, trata de reponerse y recuperar el tiempo perdido.

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