Se abrió un fuerte debate en la Justicia por el alcohol al volante

La oleada de muertes en incidentes de tránsito con conductores alcoholizados abrió un enorme debate social y una grieta en la Justicia sobre el tipo de sanciones que reciben quienes manejan en forma imprudente o, en algunos extremos, matan al volante.
El consenso generalizado es que “algo hay que hacer” y la propuesta de establecer alcohol cero en Posadas –el vicegobernador Oscar Herrera Ahuad confirmó que impulsará un proyecto desde el Ejecutivo y hay varios de la oposición-, asoma como una medida que puede servir como ayuda para disminuir los casos de desastre al volante.
Sin embargo, también jueces y abogados debaten sobre qué medidas deben tomarse en los juzgados una vez que los casos suceden. Hasta ahora, todos los casos tenían el mismo destino: homicidio en accidente de tránsito, un delito excarcelable, por lo que los desaprensivos conductores recuperaban la libertad antes de que se enfríe el cuerpo de la persona atropellada.
El juez Carlos Giménez rompió la lógica e imputó por doble homicidio con dolo eventual en concurso ideal y lesiones graves a Gastón Brunner (24), el joven que con 1,6 puntos de alcohol en sangre, al mando de un VW Vento chocó y provocó la muerte de Susana Prestes y Oscar Meza frente a la estación de Transferencia de Posadas. El joven “pistero” sigue detenido y la graduación alcohólica de 1,6 en sangre -el triple del máximo permitido para manejar que es 0,5-, fue constatada cuatro horas después del incidente que se cobró la vida de dos personas.
El homicidio simple con dolo eventual prevé una condena de entre ocho y 24 años de cárcel y no es excarcelable.
Aunque el propio juez admite que no todos los casos pueden caratularse del mismo modo, su decisión abrió una grieta para que en la Justicia se actúe de otro modo ante casos similares.
En el juzgado de Giménez saben que la mirada social está puesta en lo que suceda con el conductor que mató a dos personas y que por ahora se mantiene tras las rejas.
El juez está decidido a probar su teoría de que en este caso hubo dolo eventual, ya que el conductor tuvo que haberse figurado que manejar desde Candelaria en estado alcohólico y después de una noche agitada, podría derivar en el resultado trágico que después sucedió.
El magistrado además tiene elementos para probar que Brunner no sólo vino hasta Posadas, sino que hay testigos que lo comprometen al revelar que volvía a Candelaria bastante tiempo después de haber ingresado a la capital. También se buscará determinar si el vehículo estaba “tocado” para aumentar su potencia.
Giménez y sus colaboradores reconocen que la comunidad jurídica también los está observando, ya que hasta ahora ningún juez había tomado una determinación semejante, que, de confirmarse, podría derivar en la primera condena efectiva por homicidio en un incidente de tránsito en la Argentina.
Por eso, advierten que es necesario que el Poder Judicial se sume a los otros dos poderes para ponerle un freno a los hechos trágicos producto de incidentes con vehículos. “La conmoción social no debe afectar la interpretación de un juez, pero formamos parte de la sociedad”, definió el magistrado.
Para Giménez, son necesarios establecer mayores controles en el tránsito y endurecer las penas o por lo menos que haya más trabas para la excarcelación de los conductores cuando haya algún tipo de imprudencia o consumo de alcohol.
Hay una corriente jurídica que indica que el dolo eventual nace en el mismo instante en que el conductor bebe alcohol y después sale a manejar. Esta corriente indica que nadie puede desconocer los efectos del alcohol al volante, por lo que pueden “prefigurarse” las consecuencias de esa conducta.
Eso conllevaría una enorme cuota de responsabilidad social que no se consigue con ninguna ley.
De cualquier modo, en la Justicia coinciden jueces y abogados que alguna medida más drástica y ejemplar hay que tomar para bajar el número de muertes por el tránsito.
Incluso los abogados de quienes asesinaron al volante, admiten que la conducta de sus defendidos es impropia, pero siempre al filo de la ley.
En los estudios que hizo Salud Pública con el apoyo de Tránsito, en los controles al azar, solo el cinco por ciento de los conductores han superado el límite permitido de alcohol en sangre. Pero en el 50 por ciento de los accidentes al menos uno de los conductores supera los límites de alcohol permisible en sangre. Esto muestra la incidencia del alcohol en los siniestros viales.
Alejandro Guerrero Kampf, capacitador del área de Docencia e Investigación de la Unidad Central de Emergencias y Traslados (UCEyT), indicó que “hace cinco años el mayor problema era el consumo de bebidas con alcohol, pero ahora incide mucho el uso de otras drogas legales e ilegales”.
Sin embargo, para José Luis Rey, ex juez y ahora abogado defensor de Rocío Santa Cruz, la ex mis Argentina y joven abogada que mató a un empleado de tránsito cuando salía de una despedida de soltera, la graduación del alcohol a la hora de manejar tiene una “relevancia relativa”.
“Para hablar con seriedad respecto a esta problemática lo que hay que ver es cual es el porcentaje de incidencia de accidentes con resultado fatal, que obedezcan a una causalidad de este tipo”, indicó.
El abogado Eduardo Paredes considera sin embargo que el alcohol no necesariamente es vinculante.
“El alcohol tiene que tener incidencia en el ressultado. Porque yo puedo pasar lo establecido normativamente por las leyes de tránsito y no tiene ninguna vinculación con el accidente. Tiene que haber una vinculación entre el alcohol que consumí y mi mal manejo para provocar el hecho luctuoso”, aseguró quien también defiende a Rocío Santa Cruz,
Para Paredes, “la presentación de los hechos” genera “cierta punción social, casi de revancha”, con una conducta “negligente”.
En lo mismo coincide Roxana Ramírez, la abogada de Belén Michalec, la jovencita que mató a la artista Teresa Warenycia en el ingreso a la ciudad de Posadas, después de venir de una fiesta en la mañana del balotaje, en noviembre pasado.
“Nadie sale de su casa con la idea de matar a alguien ya sea con el auto o con otra cosa, una moto, una bici o de la forma que sea. Es lo que considera el Derecho, que nadie normal sale con esa idea, generalmente sale a realizar sus cosas, ya sea por obligaciones, distracciones y cuando tiene un accidente, deja de ser algo normal y pasa a ser anormal”, consideró la abogada de Michalec, quien goza de una libertad mientras sigue la causa, aunque tiene una prohibición de manejar.
Por el contrario, la abogada insiste en que el alcohol puede ser un “atenuante” a la hora de la condena.
Mario Ramírez, defensor oficial quien representa a Gonzalo Slámovitz, el joven de 32 años que literalmente partió al medio a dos mujeres cuando conducía en estado de ebriedad en una de las avenidas de Posadas, sostuvo que aunque son llamativas las coincidencias entre los casos de su defendido Michalec, Brunner y Santa Cruz, “son distintos”.
“No se puede esperar que las personas que los juzgan tengan la misma consideración o percepción, tampoco esas diferentes maneras de actuar indican que una está bien y la otra mal. Si pueden producir una sensación de alarma en la sociedad y entonces está bueno que se tomen medidas para prevenir los accidentes, pero también sabemos que pasa y todos los días en todos las partes del mundo”.
El debate divide a los juristas y tiene en vilo a la sociedad.

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