Antes de aceptar, cuáles fueron los pedidos de Guillermo Barros Schelotto

El Mellizo será presentado este miércoles a las 13.

Eran cuestiones puntuales las que se debían resolver. En la charla entre Guillermo y Gustavo Barros Schelotto con Daniel Angelici, había algo más que temas de plazos y dinero. En esa mesa se trataron puntos más profundos que hacen a la vida del plantel, que exceden a los asuntos organizativos o administrativos. Los Mellizos conocen mejor que nadie de qué se trata el mundo Boca y lo que eso implica.

Es que necesitaban asegurarse que su gestión no estuviera condicionada por la injerencia de otro actor fundamental dentro del universo xeneize: Carlos Tevez. Se sabe que el Apache se quedó con la llave del club desde que desembarcó en la Ribera.

Sus deseos son órdenes y sus humores repercuten adentro y afuera de la cancha. Por eso es que Guillermo necesitaba saber cuál será el alcance de sus determinaciones, que comenzarán a tomar fuerza desde mañana, se extenderán por 18 meses y tendrán el primer desafío el jueves próximo ante Racing, en la Bombonera.

Tampoco había que resolver demasiado en cuándo tomar el control, Guillermo tenía claro que debía ser inmediato. Sabía que eso implicaba estar al frente del equipo para el clásico con Racing, por la Copa Libertadores, y ser quien asuma la aventura de ir al Monumental para el choque con River, por el torneo local.

En realidad lo que se expuso en la mesa de reuniones entre el presidente de Boca y el entrenador que siempre deseó tener es, por ejemplo, que no haya cuestionamientos sobre su preparador físico, Javier Valdecantos.

El PF es conocido por su rigurosidad y por sus formas de trabajo en las que no hay diferencias por trayectoria ni jerarquía. El tema no era menor, porque le había llegado a los dirigentes y al futuro cuerpo técnico que varios futbolistas de este grupo no querían un profesional con tanta dureza en su formas de trabajar.

La primera muestra de carácter de Guillermo y también el primer límite que quiso imponer fue, incluso, antes de este acuerdo. Es que habría existido un contacto previo encabezado por Adrián Ruocco, el representante de Tevez, en donde el Mellizo le habría dicho: «En condición de qué me llamás. Si tengo algo que arreglar, lo hago con Boca, con el presidente del club». Allí es donde se advirtió que las cosas no iban a ser sencillas y por eso era importante aclarar algunas cuestiones previas.

La posibilidad de tomar el control inmediato también requería de un guiño del presidente en el que pudiesen comenzar a imponer ciertas normas para algunos futbolistas, que según se pudo saber, no estarían en los planes de Guillermo. No se tratan de algunos juveniles ni tampoco de los refuerzos (no son todos del gusto de DT), sino que la idea de cambios del Mellizo estaría concentrada en referentes del plantel.

Lógicamente que Tevez está fuera de cuestionamiento alguno. También era importante para el cuerpo técnico saber que todos sus integrantes estén cumpliendo las funciones acordadas. Eso implica que Ariel Pereyra pueda ser el nuevo entrenador de la reserva de Boca, lo que significaría que Rolando Schiavi podría dejar el cargo que ocupa desde hace menos de un año y medio.

Algunas cuestiones que impuso Tevez desde su llegada, como el cambio en la alimentación o el cenar juntos en el vestuario después de un partido, no incomodan a los Mellizos, aunque sí ellos serán los que definirán cómo será la planificación de trabajo del plantel.

Llegaron a un acuerdo después de establecer los puntos importantes para Barros Schelotto. Y no es detalle menor porque la única forma que los Mellizos entienden se puede tomar el control de Boca, es evitando que Tevez sea el dueño del club. Y Angelici le dio carta blanca.

Fuente: canchallena.lanacion.com.ar

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