Carta del obispo Martínez: “Discípulos de la caridad”

 

Rezando con los textos bíblicos podemos sacar algunas orientaciones fundamentales del discipulado cristianos para tener en cuenta especialmente en este tiempo cuaresmal.

El seguimiento de Jesucristo, el Señor, no tiene nada que ver con una búsqueda de perfección personal logrado como fruto de nuestro esfuerzo.  Cuando experimentamos esto podemos creernos que somos mejores que los demás, y pretender que los otros sean como nosotros. En realidad esto tiene poco que ver con la propuesta del Señor. Empezamos a comprender el camino que nos propone Cristo, el Señor, cuando nos damos cuenta que somos pecadores, frágiles y pobres, y necesitamos del abrazo misericordioso de Dios. Esta experiencia que el Señor nos enseña en algunas parábolas como la de aquel que rezaba agradeciendo a Dios por ser como era, y la del otro que no se animaba a levantar la cabeza por vergüenza ante Dios. El Señor elogió esta actitud de humildad así como la del hijo pródigo que volvió arrepentido. La humildad y la pobreza de espíritu nos hacen entender la propuesta del Reino de Dios: “Felices los pobres de Espíritu porque a ellos pertenece el Reino de los Cielos” (Mt. 5,3).

Desde esta experiencia del amor de Dios entendemos que  “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre”. Solo desde esta experiencia del amor de Dios podemos introducirnos en el camino de discipulado de Jesús. Es Él quién pone su mirada en nosotros y  nos tiende su mano con amor y gracia. Es en ese encuentro que sentimos  la gratuidad de su Amor “Misericordioso”.

Desde este encuentro con la Persona de Jesucristo, desde esta experiencia de misericordia  gratuita, el discípulo  puede ser puente de la misericordia, y “ver” con misericordia a los hermanos, sobre todo a los que más necesitan. Construir desde la humildad, y la caridad nos ubican en el discipulado cristiano. Es cierto que  en nuestras comunidades nos encontramos con miembros que por haber  construido sobre sus logros, fruto de su propia perfección se desubican parándose en condenas, desprecios, o bien adueñándose de actividades, sintiéndose imprescindibles y sobre todo perdiendo la clave de la misericordia y la misionalidad que implica el seguimiento de Jesús.

En los textos bíblicos, sobre todo en los sinópticos se encuentra el tema de la misericordia que muestra a Jesús que se sentaba a la mesa para comer con pecadores y recaudadores de impuestos, (Mt. 9,10; Mc. 2,16; Lc. 5,29); muchos contemporáneos y fieles cumplidores de la ley condenaban estas actitudes que consideraban que se contraponían a su religiosidad fundamentada en una supuesta perfección legal, pero desconectada de la caridad y la misericordia.

Es importante señalar que  deberemos revisar en nuestro examen de conciencia cuaresmal, si  nuestro estilo de vida, criterios y opciones lo vivimos teniendo en cuenta el misterio Pascual que queremos celebrar internalizándolo en nuestro discipulado. Desde el amor donado y pascual como el de Jesucristo, que nos ama para salvarnos podemos entender las exigencias, preceptos y normas de la vida cristiana. La Pascua celebrada sacramentalmente en cada Eucaristía nos orienta en el sentido necesario del discipulado cristiano, que no se entiende sino se vive desde la caridad y su consecuencia inmediata en el amor misericordioso.

En este domingo en que seguimos reflexionando sobre la carta cuaresmal y el tema de ser discípulo de la caridad, quiero agradecer a Dios que el sábado  27 pasado hemos realizado la Misa de apertura del año de nuestro seminario Santo Cura de Ars, y recibido a siete seminaristas nuevos de Posadas, seis para el año introductorio, y uno para el pre seminario; con estos son treinta y un seminaristas que forman esta familia con jóvenes de las diócesis de Oberá y Posadas. También hemos dado la bienvenida al Padre Sebastián Escalante que se incorporó como formador para acompañar la comunidad de teología.

Desde ya agradecemos la oración, la cercanía y ayuda de todo el Pueblo de Dios con nuestro seminario, que es un lugar de esperanza para la tarea evangelizadora de la Iglesia.

 

Les envío un saludo cercano, y hasta el próximo domingo!

Mons. Juan Rubén Martínez, Obispo de Posadas

 

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