El homicidio ocurrió el viernes último frente a un supermercado en la localidad de Pinotepa Nacional, en el estado de Oaxaca, y en las redes sociales muchos trazaron un paralelo entre esa muerte del bebé y el caso de Aylan, el refugiado sirio muerto ahogado cuya foto en una playa turca dio la vuelta al mundo.

La foto, ampliamente difundida, que muestra a las víctimas de Oaxaca después de ser asesinados detonó una ola de reacciones en las que se acusa a las autoridades de incapacidad para frenar la creciente ola de violencia en esta provincia, una de las más pobres y con mayor población indígena de México.

Según la procuraduría de Justicia de Oaxaca, varios hombres armados mataron a la familia desde un vehículo en movimiento.

El padre, identificado como el comerciante Juan Alberto Pano, de 24 años, llevaba al bebé Marcos Miguel en sus brazos y a su lado a la madre de éste, Alba Isabel, de 17, cuando fueron baleados.

La imagen del bebé ensangrentado, boca abajo bajo el cuerpo sin vida de su padre, se viralizó y las redes sociales se llenaron de inmediato de denuncias, protestas y comparaciones con Aylan Kurdi, de 3 años, que apareció ahogado a orillas del mar Mediterráneo hace cinco meses.

«Te acuerdas del niño sirio? Pues esto pasa en México, para ser precisos en Pinotepa, Oaxaca, donde el narcotráfico mató a esta familia incluyendo a este pequeño ángel de 7 meses», escribió un usuario a través de Facebook.

A través de Twitter, otro internauta preguntó por qué no se ha desatado la misma ola de rechazo en México que generó el caso del niño Aylan. «Los mexicanos pareciéramos más compasivos por otros que por nosotros mismos», afirmó.

«Podemos imaginar algo más injusto que un asesinato a sangre fría de una familia que carga a su bebé en brazos?», señaló el columnista local Octavio Martinez, que incluyó en su texto un dibujo del bebé muerto junto a una bandera mexicana.

Las autoridades señalaron que el crimen habría sido motivado por una venganza de bandas de narcotraficantes, específicamente de una «pandilla del estado de Guerrero», vecino a Oaxaca, porque supuestamente los padres del bebé eran vendedores de drogas.

La fiscalía señaló que estas muertes coincidieron con el asesinato de un hombre identificado como Isidoro González, que les suministraba la droga a los padres del niño Marcos Miguel, según las primeras investigaciones.

La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca condenó el caso y abrió una investigación con base en informes aparecidos en los medios informativos.

Los peritos de la fiscalía hallaron 18 casquillos de bala calibre 38, por lo que los expertos se preguntan por qué hubo tantos disparos para asesinar a una pareja y su bebé, y la oficina del Obmudsman local exigió a la fiscalía de Oaxaca investigar los hechos y enviarle una copia del prontuario para seguir de cerca los avances del caso.