Frigorífico recuperado por sus trabajadores busca reinsertarse en el mercado

Trabajé un tiempo en frigoríficos haciendo suplencias a colegas,
insuficiente para aprender las partes finas del oficio, pero suficiente para comprender la rudeza del entorno y observar cómo el peón matarife tan enhiesto y rudo ante la muerte, una vez terminada la jornada vuelve a ser el hombre manso y común como cualquier otro.
A su manera es un anatomopatólogo, pues, por el color de la res
desollada, o de los órganos o sus deformaciones, reconoce la anomalía y al punto indica su sospecha.
El mundo del frigorífico empieza tranqueras afuera y termina con
la res en la carnicería. En el norte la jornada frecuentemente comienza muy a la madrugada para evitar los fuertes calores y las moscas. En el amanecer del invierno todo el frigorífico es una heladera, pero a medida que la faena se desarrolla el calor del animal desollado hace subir en igual intensidad la temperatura, aun más en el estío.
En este ambiente se desarrolla concomitantemente el submundo
del trabajo ilegal de los evasores. El más antiguo es la faena clandestina, actividad que viene de la época de la colonia cuando el contrabando del cuero permitía subsistir a los primeros habitantes porteños de la ciudad de Nuestra Señora del Buen Ayre. El modo operativo es totalmente marginal y en la volteada caen animales propios y los venidos del cuatrerismo. Al final el vacuno termina en los intermediarios obligados: los mercaditos de barrios periféricos donde se junta con la res adquirida legalmente.
Son carnicerías donde la inspección municipal visita muy de vez en
cuando y tampoco encontrará nada raro porque la res sellada está enterita colgada al gancho como prueba de la legalidad comercial, al contrario de la otra totalmente trozada, el artilugio que borra la prueba del delito.
La faena en negro es otra clase de transfugada. Se popularizó aun
más por el IVA tan elevado que tienta a la evasión. Si faenan cien se
declara setenta o menos según la impune avaricia del trasgresor.
Generalmente se da con la complicidad de muchos o por falta de
inspección en el establecimiento faenador, cosa común en mataderos municipales. Pero lo que importa aquí, es la recuperación en forma de cooperativa del ex frigorífico Zaimán.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas