Reflexión del pastor Decena: Caminar con una visión

Todo el mundo anda detrás de lo suyo. Hay gente que está con los brazos cruzados y no hace nada más que vivir la vida como una rutina, y hay personas que tienen un rumbo claro hacia el cual avanzar. Y en este contexto, hoy vamos a ver cómo trazar el rumbo de nuestra vida según los propósitos de Dios.

 

Todo el mundo anda detrás de lo suyo. Hay gente que está con los brazos cruzados y no hace nada más que vivir la vida como una rutina, y hay personas que tienen un rumbo claro hacia el cual avanzar. Quisiera mostrar un camino distinto a estos dos. En Dios entendemos que no sirve ninguno de los dos. Dios está buscando gente que comprenda que Él tiene un propósito específico para cada uno, y que no solo comprenda, sino que abrace la visión de Dios para su vida.

Veamos Lucas 13:31 al 33. Nuestro Señor Jesús fue alguien con una visión clara que lo sostuvo y lo llevó a cumplir el propósito de Dios sobre la tierra. Y eso que murió joven, sólo tenía 33 años. Pero eso no lo hizo ningún fracasado. Hay cristianos que han pasado esa edad, llegaron a ser ancianos, y no encontraron oportunidad en su vida para hacer lo que Dios los llamaba a realizar. Por eso no debemos tener miedo de la muerte. Debemos tener miedo de partir de esta tierra y no haber realizado el propósito de Dios. Vamos a ver algunos puntos al respecto:

  1. De una visión a una visión estratégica:

Podemos decir entonces que una visión es el resultado del llamado de Dios. Dios nos presenta un destino claro hacia el cual caminar progresivamente. Pero si no sabemos el propósito de Dios, tampoco podremos tener una visión. Una vez que Dios nos da una visión, necesitamos tener una visión estratégica. Pero, ¿qué es una visión estratégica? Tener una visión estratégica, en la vida cristiana, es planificar el rumbo de nuestra vida en base a la visión que Dios generó en nosotros, a través de su llamado. Entonces, Dios nos da el propósito, pero nosotros debemos decidirnos firmemente a transitar la vida con una dirección para alcanzar la meta que Dios nos ha propuesto. Una visión estratégica nos va a permitir ordenar nuestra vida con prioridades que van a tener como objetivo dirigirnos hacia un punto determinado. Ya no vamos a estar simplemente viviendo, sino procurando estar enfocados en cumplir lo que Dios tiene para nosotros. Entonces, y esto es importante, una vez que sabemos qué nos demanda Dios, debemos empezar a movernos para alcanzarlo.

 

  1. El principio de la planificación

Este fue el caso de Pablo. El apóstol se topó un día con Jesús de camino a Damasco, y el propósito que le fue revelado es que él era llamado a predicar el evangelio de Cristo a los gentiles. Por eso todo lo que hizo el resto de su vida lo estructuró conforme a ese propósito. Podemos ver la importancia de su llamado en Cristo en Filipenses 3:8. Pero también con planes concretos en Romanos 1:11 al 13, y 15:24. La visión estratégica encierra este otro principio clave: la planificación. Sin planificación es imposible alcanzar una visión, tal como lo dijo con claridad Jesús en Lucas 14:28 al 30. Planificar implica meditar en cuales van a ser las metas que nos pondremos para saber cuál es el próximo paso a dar. Lo mismo sucedió con Josué. Tenía claro que Dios iba a ir con él, porque la visión había sido dada. Pero Josué tenía que moverse en base a la visión.

 

III. ¿Cómo tener una visión clara?

  1. Primeramente, tenemos que aprender a buscar cuál es la voluntad de Dios, «buena, agradable y perfecta«, como dice Romanos 12:2. El hombre natural, en su carne, se mueve por su propia voluntad. Pero Isaías 55:8 dice que los caminos de Dios son más altos que los nuestros, y eso es algo que a veces no podemos comprender. En un tiempo se puso de moda en la iglesia hablar de los sueños. Y sueños podemos tener todos. Pero lo que importa acá es el origen de los sueños. Lo que estamos queriendo realizar, ¿proviene de Dios? ¿O somos como el resto del mundo que se guía por la carne? Entendamos esto: no todo lo que nos agrada es la voluntad de Dios. Muchas veces la voluntad de Dios va a romper nuestros esquemas. Pero, una vez que sabemos que es su voluntad, y en verdad queremos hacerla, los frutos perdurarán más allá de nuestra existencia.
  2. Podemos decir también que tener una visión, desde el punto de vista espiritual, demanda fe. Porque, como dice Hebreos 11:1, «la fe es la garantía de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve«. Y agrega en el versículo 3 que «el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve«. El mismo pasaje habla de que sin fe no podemos agradar a Dios. Entonces, comprendamos esto claramente: tener una visión estratégica parte, primeramente, de aprender a contemplar con fe el porvenir. Aquí podemos encontrar el ejemplo de Abraham. Génesis muestra claramente cómo, en obediencia a un mandato de Dios, dejó absolutamente todo lo que le había resultado familiar (tierra, dioses y parentela), para empezar de cero, en una tierra desconocida. Esto habla Hebreos 11:8 al 12. Un caso en el cual la fe fue fruto de un proceso es Zacarías. Ejerciendo el sacerdocio, tuvo un encuentro con el ángel Gabriel, quien le presentó una visión clara: vas a tener un hijo, como muestra Lucas 1:13 al 20. Era una visión que demandaba fe, porque él y su esposa ya eran ancianos. Pero la respuesta fue de incredulidad. Esa pregunta cargada de duda, provocó una advertencia que Zacarías jamás se olvidó. Pero fue e hizo lo que debía hacer.
  3. Tengamos en cuenta los dones y capacidades que Dios puso en nuestras vidas, y que podemos entregar en servicio a Dios. A muchos nos pasó que nuestros dones y capacidades simplemente estaban mal orientados, y Dios estaba demandando que sean reorientados. Que los dones y las capacidades vienen del Padre lo vemos en Éxodo 31:1 al 5, en donde Dios, por medio de su Espíritu muestra como es Él el que llena a la persona con capacidad creativa. Es lo mismo que aparece en Génesis. Somos imagen y semejanza de nuestro creador. Eso significa que su naturaleza creativa está en nosotros. Además Pedro nos motiva a emplear esto para servir a Dios en 1 Pedro 4:10 y 11.

Pidamos la guía del Espíritu Santo, con el cual fuimos sellados, para saber a qué nos llama Dios, y así tener una visión que, luego, podamos tornar en una visión estratégica.

Como nos dice Pablo Filipenses 2:5 al 11, recordemos que nuestro gran ejemplo a seguir, respecto a una visión estratégica y en todo, es nuestro Señor Jesús. Quien en todo momento siguió la instrucción del Padre y cumplió con su propósito en la tierra.

Que Dios los bendiga y tengan una semana de victoria!

Pastor David Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado.

Prédicas en vivo los miércoles y viernes 20 hrs y domingos 19.30 horas, a través de http://cfceldorado.org/

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